Se suman casos de víctimas de pederastia en Irlanda, Estados Unidos y España
Documentan más denuncias de abusos sexuales del padre Maciel
ALMA E. MUÑOZ
Mientras el tiempo transcurre en espera de que el Tribunal Eclesiástico del Vaticano juzgue si el fundador de los Legionarios de Cristo, el padre Marcial Maciel, cometió abusos sexuales en contra de menores, las quejas al respecto se acumulan. Al expediente de las denuncias de mexicanos se suman algunas procedentes de Irlanda, Estados Unidos y España, en las cuales se afirma que hubo excesos de miembros de la citada congregación católica, algunos directamente cometidos por el propio Maciel.
Una vez que el sacerdote Antonio Roqueñí, ex magistrado del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de México, ventiló el cúmulo de denuncias, el 2 de diciembre se reabrió el proceso que se sigue en el Vaticano. El investigador Elio Masferrer informó que víctimas de la pederastia de Maciel se le han acercado, aunque no tiene certeza de que formen parte de las quejas que se investigan.
La renuncia de Maciel a la dirección de los Legionarios de Cristo, no obstante, significa para especialistas en la materia como Roqueñí, Masferrer y Alberto Athié -ex sacerdote católico que renunció a sus votos tras conocer los escándalos de religiosos- que el proceso en el tribunal eclesiástico será largo y habrá dudas sobre el resultado real por los "votos de silencio" que la iglesia católica acostumbra imponer en asuntos de esta naturaleza.
Masferrer y José Barba -uno de los pioneros en denunciar los abusos de Maciel- apuntaron que es probable que la Iglesia "deje correr todo al tiempo", es decir, que los denunciantes o el propio fundador de los Legionarios de Cristo fallezcan antes de que concluya el proceso, lo cual significaría terminar la causa en contra del acusado, un hombre de 84 años.
Para Barba, no obstante, la probabilidad de que las víctimas continúen con las denuncias es más factible. Adelantó, en entrevista, que a los delitos que se imputan a Maciel se suman las acusaciones contra algunos otros miembros de la orden porque encubrieron las conductas indebidas. Entre ellos mencionó a Jorge Luis González Limón, Armando Arias Sánchez y Valente Velázquez Camarena, quienes habrían participado en una conspiración contra el grupo que inició las querellas, usando documentos falsos para desacreditarlos.
Como ejemplo de lo anterior citó la existencia de dos cartas de la supuesta autoría del obispo emérito de Illapel, Santiago de Chile, Polidoro Van Vlieberghe, a quien el Vaticano nombró visitador apostólico en 1957 para investigar una serie de acusaciones hechas en contra del padre Maciel. En los textos se mencionaba que las denuncias no tenían sustento. Sin embargo, según Barba, en enero de 2001 personalmente el religioso les negó, a él y a Arturo Jurado -otra de las víctimas- haber escrito las misivas.
Consideró que la reapertura del caso en el tribunal eclesiástico se dio por presiones de la "alta jerarquía" del Vaticano, y adelantó que entre los casos incluidos sobre abusos sexuales de Legionarios de Cristo se incluyen hechos ocurridos en Irlanda, Estados Unidos y España.
Para José Barba el nombramiento de Alvaro Corcuera en sustitución de Marcial Maciel aconteció porque el nuevo director de la orden responde al perfil de su antecesor -según le confiaron personas afines al sacerdote-: "astucia y fuerza, y si hace falta emplea otros elementos que no necesariamente utilizan hombres morales".
En la página electrónica de los Legionarios de Cristo, en la sección destinada a la defensa del fundador de la orden, aparece un correo electrónico que envió en 2001 el cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, a Gerald Renner, responsable en ese entonces de la sección de religión del periódico Hartford Courant, de Connecticut, Estados Unidos -uno de los primeros en publicar los casos de pederastia del líder religioso-, en el que negó haber influido en la pérdida de los cargos de los padres Antonio Roqueñí y Alberto Athié como magistrado del tribunal de su curia y como secretario de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, respectivamente, por estar involucrados en la defensa de los acusadores de Maciel ante el Vaticano.
