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QUERIDO DIARIO
10 de enero de 2005
La era de los periódicos impresos tal y como la conocemos está en proceso de cambio...uno de ellos está en la propia casa. Para especialistas, la competencia generada por la difusión de noticias por Internet apenas empieza. Tal vez no sea muy distante el día en que se viva una paradoja: que las ventas de los diarios caigan a niveles económicamente insostenibles mientras que sus sitios en la red sean inmensamente populares, pero pierdan dinero.

Ronald Buchanan

Fue como si la reina Isabel viajara en Chevy en vez de Rolls-Royce. A principios de este mes, el Times de Londres ­el diario más antiguo del mundo­ cambió de formato estándar a tabloide. Para la elite inglesa, el choque fue mayor: en términos periodísticos, tuvo que cambiar su gin-and-tonic de toda la vida por un café exprés.

thesunCAl otro lado del charco, varios periódicos estadunidenses ­de los que suelen sermonear en sus editoriales acerca de la ética en la política y los negocios­ fueron sorprendidos con las manos en la masa. ¿Su delito?, falsificaron sus cifras de ventas para así inflar las tarifas que podían cobrar a los anunciantes. Ahora tienen que pagar las consecuencias con compensaciones a los compradores de espacios publicitarios que ascienden a varios millones de dólares.

Y ¿a qué se debe tanta locura? Pues al Internet, que ya hace estragos en el mundo de los periódicos, por lo menos en Europa y Estados Unidos. Todavía no en México, donde los grandes magnates de la prensa diaria todavía pueden dormir relativamente tranquilos. Aquí, la enorme cantidad de cafés Internet que hay por las calles revela un dato importante: son pocos los mexicanos que disfrutan de la comodidad de entrar a la web desde casa.

Sitios al estilo de E-bay y Cars.com, que se dedican al comercio personal, prácticamente han acabado con las secciones de aviso oportuno, que eran de las principales fuentes de ingresos de muchos periódicos estadunidenses. Como en México el comercio electrónico personal todavía no ha llegado a una masa crítica, la gente sigue acudiendo a los periódicos para buscar un departamento o un coche y hasta empleo.

mirrorCOtro factor en favor de la prensa mexicana: todos los estudios indican que las elites, en Europa y Estados Unidos, siguen fieles a la costumbre de leer periódicos, aunque lo complementan con la web. Son las clases medias y las masas populares quienes más han abandonado los diarios para buscar información de la política, la farándula o el deporte. Como la mexicana nunca ha sido una prensa de masas, el factor Internet probablemente vaya a pegarle menos.

No así en el mundo angloparlante. "El cambio de página impresa a pantalla se está dando a una velocidad que no previeron muchos evangélicos de la red", dice Roy Greenslade.

Greenslade contempla las fortunas de la prensa británica desde un balcón privilegiado. Fue director del tabloide Daily Mirror cuando tenía una venta certificada de más de 4 millones al día (ya anda en la mitad) y director adjunto del legendario (por lo escandaloso de sus notas) The Sun cuando vendía más de 5 millones (hoy casi tres). Ahora está con The Guardian, cuyo equivalente más cercano en México ­por lo menos en lo ideológico­ sería La Jornada.

The Guardian, periódico serio de formato estándar, "apenas" vende 400 mil ejemplares al día, pero unos 9 millones de personas al día, muchos en Estados Unidos, donde escasean puntos de vista de centroizquierda, lo visitan en Internet.

Curiosamente, The Sun vende casi nueve veces más ejemplares que The Guardian, pero los visitantes a su sitio electrónico promedian únicamente 3.9 millones al día. Tal vez sus exclusivas ­"Cuando la princesa Diana, descalza, me untó mantequilla en el pan"­ pierdan impacto en pantalla. Sin duda las muchachas topless de la página tres ­"Suzy, 19, de Stratford, tiene dos grandes puntos a su favor"­ parecen fotos hogareñas comparadas con las que desfilan por los sitios pornográficos. Y el chovinismo a ultranza ­"mariquitas franceses"­ limita, por decirlo de alguna manera, las posibilidades de ganar un público internacional.

peri舒dicosEl problema es que ni The Guardian ni The Sun han encontrado la fórmula de hacer de la red algo rentable. Lo mismo pasa en casi todo el mundo, salvo, tal vez las únicas excepciones, The Wall Street Journal y Financial Times, vendedores de información altamente especializada.

Mientras, las ventas de los periódicos caen mes tras mes. En octubre pasado, las ventas de los cuatro tabloides populares de venta nacional en Reino Unido eran 6 por ciento más bajas que en el mismo mes de 2003. En Estados Unidos la caída ha sido menor, aunque con la misma tendencia. Durante los seis meses que terminaron el 30 de septiembre, la venta certificada de los periódicos estadunidenses cayó uno por ciento, comparado con el mismo lapso de 2003.

Allá, sin embargo, el problema no ha sido tanto la pérdida de ventas, sino de publicidad. La tarifa que pagan los anunciantes en Estados Unidos depende en gran parte en la venta del periódico certificada por la Oficina de Control de Circulación (ABC, por sus siglas en inglés). Los periódicos pillados in fraganti por el ABC por alterar las cifras de tiraje fueron el Dallas Morning News, el Chicago Sun-Times, Newsday y el diario en español Hoy.

Los infractores han tenido que compensar a sus anunciantes con pagos que ascienden en conjunto a más de 100 millones de dólares y, por tanto, han tenido que recortar personal (el Dallas Morning News perdió uno de sus cinco corresponsales en México). Además enfrentan demandas legales de sus inversionistas. Pero no todo es pesimismo. Al menos en Inglaterra, las oportunidades de empleo para periodistas no han disminuido. Lo que no funciona como negocio son los portales de los periódicos, pero cada vez más sitios independientes de ellos operan con números negros y emplean a periodistas.

guardianCAdemás la prensa "seria" ha descubierto las posibilidades del formato tabloide. No sólo The Times, sino The Independent han reducido su tamaño con resultados positivos, por lo menos de momento. The Guardian, siempre un poco diferente, va a hacer lo mismo, pero con una especie de híbrido ­un tabloide extragrande­ tan pronto pueda comprar nuevas prensas.

La razón es bastante obvia. Gran parte de la clase media inglesa viaja a su trabajo en transporte público, y un tabloide es mucho más manejable en el tren, camión o Metro. Además, dice Robert Thomson, director de The Times, los periódicos tienen que adaptarse a la era del Internet. "Ya no es suficiente un sólo punto de entrada para una nota, como tradicionalmente era la cabeza", dice. "Ahora hacen falta recuadros, resúmenes y mucho más."

¿Pero, a la larga, serán esas técnicas suficientes para mantener el nivel de ventas? Roy Greenslade tiene sus dudas. "Apenas empieza la revolución de la web", dice, "pero tal vez no sea muy distante el día en que veamos una paradoja insólita: las ventas de los periódicos impresos habrán caído a niveles económicamente insostenibles mientras que sus sitios web resultan inmensamente populares, pero pierdan dinero" §   

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