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MENOS CUEROS, MAS CORREAS
10 de enero de 2005

La industria mexicana del calzado, que genera una producción anual valuada en más de 38 mil millones de pesos, camina con las suelas gastadas. Las micro y pequeñas empresas han recurrido a medidas de urgencia para mantenerse apenas en niveles de subsistencia. Una, convertirse en maquiladoras de las pocas grandes firmas nacionales, pero principalmente de las extranjeras

Juliana Fregoso

El 15 de marzo de 2002 marcó el final de una era en la industria nacional del zapato. La tapatía Calzado Canadá, otrora empresa zapatera más importante de América Latina, cambiaba de manos, había sido vendida a Coppel, firma sinaloense dedicada a la venta a crédito de ropa, muebles y enseres domésticos.

Abatida por la falta de recursos y la negativa de las instituciones financieras para otorgarle créditos, el emporio fundado en 1940 por Salvador López Chávez era vivo reflejo de la situación por la que pasaba el ramo.

En efecto, 2002 fue angustioso para el sector y 2003 fue catastrófico, no obstante, 2004 fue promisorio y al parecer los productores nacionales de calzado empiezan 2005 con la intención de no dejarse vencer por las circunstancias del mercado.

"En este negocio se va a morir sólo el que quiera morirse", sentencia el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Calzado en Jalisco, Eduardo Huber.

p-tenis2No importa que en Guanajuato, Jalisco y el valle de México, asientos de los principales fabricantes a escala nacional, más de 80 por ciento de las empresas del sector sean micro y pequeñas, pues consideran que aun los negocios de menor tamaño pueden competir.

A diferencia de sectores como el textil, el de calzado reconoce que apoyos gubernamentales no han faltado, pero son los mismos empresarios, quienes no han sido más "intrépidos y arriesgados" para hacer frente a la baja competitividad, la recesión económica y la importación de producto de baja calidad de China y Brasil.

En los últimos años la industria se ha estancado. Una cuarta parte de las empresas ha tenido que recurrir a insumos importados a fin de mantenerse competitiva.

Entre 2002 y 2004 los costos de los materiales nacionales aumentaron; las suelas y otros componentes se encarecieron 13 por ciento. La participación de la industria del calzado en la economía se ha reducid significativamente en los últimos cuatro años, debido al estancamiento de su producción. Esta industria es altamente sensible a los cambios en la competitividad internacional.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), la industria del cuero-calzado participa con 0.22 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, con uno por ciento del PIB manufacturero y con 13.7 por ciento de la división textiles, prendas de vestir e industria del cuero y calzado. Según el Censo Nacional de la Industria del Calzado, el valor de la producción anual se estima en 38 mil 580 millones de pesos.

El 60 por ciento de las empresas del sector cuero, piel y calzado se ubican en León, Guanajuato; en Jalisco 18 por ciento, y en el Distrito Federal y estado de México 12 por ciento; esta concentración es única en el territorio nacional y se repite en muy pocas regiones del mundo, lo que permite un fuerte grado de especialización territorial, condición útil para consolidar cadenas de valor con más eficiencia para competir en el mercado interno y aumentar la oferta exportable.

Tácticas de supervivencia

La crisis no sólo golpeó a los gigantes de Calzado Canadá; Egopel, pequeña empresa de marroquinería ubicada en Jalisco, tampoco escapó del conflicto. En 2002 tenía 55 trabajadores, un año después recortó a casi la mitad y ahora se mantiene sólo con 30 empleados; "en 2004 vamos a salvar la honra con 2 por ciento de utilidad", expresa una fuente allegada al negocio.

BOTAPIELas micro y pequeñas empresas han tenido que buscar medidas de emergencia para mantenerse a flote. Una es producir más con menos; así, en Guanajuato los empresarios han recurrido (en los municipios de San Francisco del Rincón y Purísima del Rincón), a la reducción de jornadas laborales. Otra medida ha sido bajar los precios en un promedio de 5 por ciento anual. Una tercera es vender por catálogo. "Este se ha convertido en un canal de distribución interesante, y una alternativa para sacar la producción", acota Eduardo Huber.

La dificultad de las empresas más pequeñas para acceder a los mercados, como en el caso de las tiendas de autoservicio, ha llevado a fábricas como Beverly Hills, Foot Wear Internacional y Felipe Rentería a lograr su permanencia gracias a los catálogos.

Otra opción es maquilar para grandes empresas mexicanas y foráneas. Keneth Cole, Zara y Dockers, maquilan su calzado en México. "Muchos talleres pequeños han tocado la puerta de otros más grandes para decirles 'yo te maquilo'", señala el representante de los zapateros en Guadalajara

En Jalisco, 80 por ciento (cerca de 800) de las empresas del sector tienen menos de 50 empleados, por lo que han debido sortear la crisis para no dejarlas morir. "Hemos usado mucho el ingenio los micro y pequeños empresarios y hemos sobrevivido, y nos hemos metido mucho también en desarrollo de diseño y producto, buscando programas de mejora continua", explica el presidente de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato, José Antonio Salim.

Otro enemigo que han tenido que encarar estas empresas es la baja competitividad, afirma Francisco Torres Loyola, investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y autor de estudios sobre el sector en el estado de México.

Dicha entidad, que comercializa 12 por ciento del calzado nacional, es víctima de este mal. En San Mateo Atenco, principal productor de zapato en el estado, un trabajador de un taller produce entre tres y seis pares al día, mientras que países asiáticos alcanzan una media de entre 10 y 16.

En la entidad existe un promedio de 2 mil 300 talleres de fabricación de calzado que necesitan modernizar sus procesos. En marzo de 2002, el gobierno mexiquense entregó 2 millones y medio de pesos a los fabricantes para fortalecer las áreas de capacitación, asesoría y comercialización. "Nuestras empresas no están lo suficientemente preparadas para enfrentar la competencia, sobre todo por el reto que representa la incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio", advierte Torres Loyola.

Año para olvidar

A decir de los protagonistas, de los últimos cinco años 2003 fue el peor de la industria. Su impacto en la micro y pequeña empresa fue devastador, al grado de que todos prefieren olvidarlo. Tan sólo en Guanajuato, durante ese año, cerraron 300 micro y pequeñas fábricas, casi una diaria. En Jalisco, la planta productiva perdió 10 por ciento.

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De acuerdo con el Censo del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), en 2003 las microempresas del sector redujeron a 54 por ciento de su capacidad, las pequeñas a 57, las medianas a 67 y las grandes a 86 por ciento.

La entrada ilegal de calzado barato se apoderó de la cuarta parte del mercado nacional, lo cual fue otro gancho al hígado. Hace dos años llegaron a México unos 40 millones de pares de calzado de contrabando que en el mercado alcanzaban un precio promedio de 66 pesos el par, mientras que uno hecho en México tenía un precio de fábrica de casi 125 pesos.

De acuerdo con datos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), ese año se desarrollaron cuatro operativos en los que se decomisaron 1.4 millones de pares de calzado ilegal procedentes de China, cantidad que no representa ni 5 por ciento del total del zapato contrabandeado.

Las importaciones documentadas en 2003 superaron los 34 millones 500 mil pares. Datos de la Administración General de Aduanas resaltan que las importaciones documentadas pasaron de 2 mil 346 millones de pesos en 2002 a 3 mil 342 millones de pesos 12 meses después.

Los cálculos de los empresarios señalan que por lo menos 27 millones de pares fueron introducidos mediante contrabando técnico, sea por factores de subvaluación, triangulación o documentos falsos. Una cuarta parte del comercio local de calzado no paga impuestos.

"Hay que reconocer que el contrabando se ha ido deteniendo, ha mejorado la Administración General de Aduanas y eso ha reactivado mucho la economía; tan sólo en León (Guanajuato) hubo un repunte de 4 mil 350 empleos en 2004", apunta José Antonio Salim.

El golpe de 2003 llevó a la industria a establecer alianzas para hacer compras en común, comercializar de forma conjunta y a trabajar con programas de mejora continua. Uno de los programas que ha ayudado a la industria, principalmente a la micro y pequeña es el de Competitividad de la Cadena Cuero-Calzado, instrumentado por la Secretaría de Economía (SE), gracias al cual más de 500 empresas lograron librar la crisis.

Respiro

"Mucha gente ha logrado sobrevivir; yo creo que estamos recuperando el mercado nacional, los cierres de empresas no han aumentado, lo único que sigue estancado son las exportaciones", apunta Salim.

La industria del calzado en Guanajuato tuvo un crecimiento de casi 8 por ciento en 2004, el doble que el crecimiento del PIB del país. La industria genera más de 160 mil empleos directos e indirectos en la entidad y un total de 266 mil a escala nacional.

En el caso de Jalisco, aunque aún sin números precisos, parece que el segundo semestre de 2004 fue positivo para el sector "y veo muy positivo 2005", apunta el líder de la cámara de la entidad.

Para el nuevo año hay muchas fábricas que están al tope en sus pedidos.

México es actualmente el séptimo productor de calzado en el mundo. "La industria mexicana del cuero, piel y calzado ha pasado por un proceso de ajuste y reconversión que la ubica en posición de enfrentar la competencia de productos importados en el mercado nacional", apunta un informe de la Secretaría de Economía. Para México, China e India representan una fuerte competencia por sus bajos precios, así como España e Italia por sus diseños.

Durante 2004, el sector recuperó 7 por ciento del mercado nacional, para 2005 la expectativa es recuperar un nivel similar o llegar hasta 10 por ciento. Con una inversión que puede alcanzar 25 millones de pesos, la SE, industriales del calzado, vestido, textil y joyería lanzarán un proyecto conjunto de moda mexicana que esté a la altura de los diseños europeos.

Aunque todavía no existe una moda nacional, ahora hay más disposición para adaptarse a los estilos europeos y poner los nuevos modelos en el mercado casi al mismo tiempo que la presentación de las pasarelas.

"Estamos apoyando al micro y pequeño fabricante con información sobre los patrones", apunta Salim.

Como medida para ser más competitivos, quienes integran a las representaciones empresariales del sector han demandado la cancelación de aranceles en la importación de materia prima. Los programas de exportación también ocupan un lugar preponderante en la nueva agenda del sector que busca potenciar empresas capaces de aprovechar tratados comerciales, como el recién firmado con Japón, mercado que para los fabricantes mexicanos de calzado vale 100 millones de pares al año. En 1996 la industria exportó 27 millones de pares, para 2003 la exportación fue de apenas 7 millones §

 

Zapatero, a tu país

Numeralia


 
En el mundo se comercializan
10 mil millones
de pares de zapatos al año

 
China es el principal productor
6 mil millones

 
India: más de
800 millones

 
Brasil
650 millones

 
México es el séptimo productor mundial
240 millones  

 

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