LETRA S
Enero 6 de 2005
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¿De cabeza y sin protección?

Mientras se les sigue regateando la información sobre sexualidad y el acceso a los métodos anticonceptivos y de prevención, las y los adolescentes están lanzando en su vidad sexual sus propias apuestas , calculan los posibles riesgos y recurren a técnicas que a su entender, los protegen. En una palabra, en el sexo se la están jugando echando mano del conocimiento a su alcance, que no es siempre el más correcto y adecuado.
El siguiente texto expone diversos testimonios de jóvenes y adolescentes que explican las estratégias a las que recurren para asumir o evitar riegos en el terreno sexual.

Por Antonio Medina

Quizá en ninguna otra edad cobra tanta importancia el sexo como en la etapa adolescente. La sexualidad pasa a ocupar un lugar central en la vida de las y los adolescentes no sólo por razones de desarrollo corporal, sino también por la necesidad de construirse o dotarse una identidad de género propia. Este proceso muchas veces está influenciado por situaciones que exhiben los medios de comunicación en donde se ven imágenes de cuerpos esculturales que invitan al sexo y a la pasión, que las y los adolescentes incorporan a su imaginario colectivo como una premisa de la felicidad. Así pues, en el diario acontecer de la vida adolescente, la intimidad se acompaña de los "íconos de placer y sensualidad" que la publicidad exacerba en los espacios mediáticos, en donde pocas veces se plantean relaciones igualitarias entre los géneros o se ofrecen a la par del "delirio por el sexo" mensajes preventivos o relacionados con el ejercicio de derechos y la responsabilidad que implica una vida sexual activa.

En esta etapa que va, según el Conapo, de los 11 a los 19 años, se tiene por lo regular dificultad para conversar de sexualidad con los padres, con la misma pareja o con alguna autoridad en la materia en espacios como la escuela, la iglesia o los centros deportivos. A esto se agrega la dificultad de acceso a los métodos anticonceptivos y la vulnerabilidad que generan los ambientes de pobreza e ignorancia, propicios para las conductas sexuales de riesgo, exacerbadas por el consumo de alcohol y drogas.

Entre la negativa, la ambigüedad y la confusión de mensajes que reciben de las instituciones estatales, de las familias, de la Iglesia y de los medios de comunicación, las y los jóvenes adolescentes están haciendo sus propias apuestas, realizan cálculos y desarrollan técnicas para asumir o evitar riesgos, según sea el caso, en su actividad sexual. Así, muchos jóvenes valoran la oportunidad "única" de una experiencia sexual desprotegida por encima del posible riesgo, o recurren al sexo anal o al coito interrumpido para evitar embarazos sin percatarse de otros riesgos.

En los siguientes testimonios de jóvenes entrevistados por Letra S se da cuenta de éstas y otras estratagemas a las que están recurriendo algunos jóvenes en su vida sexual.

Si me la canta, le entro

Iván, estudiante de tercero de preparatoria, describe que más de una vez se ha visto entrelazado en el delicado y suave cuerpo de Britney Spears durante su clase de matemáticas, historia o biología, lo que provoca que salga disparado del salón de clases rumbo al baño para "hacerse justicia con su propia mano". "Si algún día una chava, aunque no se parezca tanto a Britney, me aflojara, qué chingados me importaría el condón... oportunidades solo hay una y sería muy güey si no la aprovecho, aunque sea sin condón, que al fin y al cabo se siente más chingón", contesta seguro a la pregunta expresa del reportero.

Al extender su respuesta, Iván, de 17 años, precisó que ya había tenido "sesiones locas" con una amiga con la que se faja "solamente por encimita" sin eyacular, pero que prefería esperar a encontrar una chava más "seria" con la que pueda tener una vida sexual "sin broncas", y, de esta manera, dejar de ser "un chaquetero de tiempo completo", como él mismo se definió.

La experiencia de Iván no dista mucho de la de Sandra, estudiante del primer semestre de la carrera Trabajo Social de la UNAM, pues dijo que si el Brad Pitt o el Luis Miguel de la Facultad se le insinuara para tener relaciones sexuales, no dudaría en entrarle. "Tener una experiencia con el chavo de tus sueños es lo que toda chava desea, aunque no lo digan".

Al responder sobre la "hipotética" falta de condón en el momento del coito, respondió que no le importaría, ya que "de un embarazo te puedes librar con pastillas", y al sida o alguna otra infección de transmisión sexual la adolescente las ve realmente lejanas, pues "el sida le da principalmente a los gays". "Yo creo que el condón no te garantiza nada al cien por ciento, y la verdad es de hueva estar primero en el faje y después que se te baje la excitación por estar colocando el condón en el pene", remató.

Sandra inició su vida sexual a los 16 años con un tío con quien duró 2 años y posteriormente con un par de novios, por lo que "sabe" que muchas veces los chavos son inexpertos para colocarse el condón y se les zafa, por ello siente que "es más emocionante así, sin nada y conocer en qué días sí puedes y cuáles no, pero si el chavo de mis sueños me la cantara... ¡yo sí me arriesgaría!", concluyó.

A falta de condón, simular la penetración

Juan Carlos, estudiante de enfermería en el Conalep Culhuacán, consideró que si a él se le presentara la situación de tener una relación de repente con una chava, sí lo pensaría. No obstante, explica: "ya me ha pasado que estás bien caliente y la neta no se te ocurre lo del condón o de plano no lo traes... y si se te ocurre, la verdad te da por valerte madres y no lo usas".

El adolescente considera que "si ya te estás dedeando a la chava, está cabrón que salgas con la ocurrencia de sacar el condón, si lo único que falta es que la penetres y si te pones a retrasar todo, se te baja o ella se arrepiente y entonces se sala el asunto".

Explicó que a sus 19 años ha tenido alrededor de seis relaciones sexuales y que cuando menos en tres ocasiones le ha sucedido que comienza jugueteando y cuando menos se da cuenta ya está a punto de penetrarlas, pero su "técnica" es solamente simular que las penetra entre las piernas y cuando siente que eyacula, se retira, pues "de esa forma evito cualquier pedo".

En el caso de Daniela, quien se asume como una Vampira underground, sentir la piel de su novio es lo más importante, pues "la verdad yo creo que estar cuerpo a cuerpo es lo más chingón". Explicó que a su chavo y a ella no les gusta usar condón, "primero porque a él lo deja muy rozado y creo que es alérgico al hule o a 'la cremita' que le ponen a los condones; segundo, porque lo hacemos cuando yo puedo sin broncas; y tercero la verdad es mucho más placer sentir todas las sensaciones al natural, sin barreras". La adolescente de 19 años y empleada de una tienda de ropa dark, dijo que cuando se les antoja a su novio y a ella tener relaciones sexuales en los días que le baja la regla, lo hacen sin penetración y solamente "nos masturbamos mutuamente o yo le hago sexo oral... no es a huevo la penetración", concluyó.

En este sentido, Rodrigo de 21 años y quien pertenece a un batallón del Ejército Mexicano, coincidió con Daniela sobre las sensaciones cuerpo a cuerpo, y a falta de condón él prefiere la penetración anal y el sexo oral para evitar embarazar a las chicas. Relató que le ha sucedido que cuando está "franco" él y sus amigos del Batallón se van con chavas que rondan la zona militar y "una vez entradas en el desmadre" sí le han "aflojado" y, como siempre, no ha tenido condón a la mano. Para ello, dice que hay otras formas, "las puedes cachondear por atrás". "A muchas no les gusta, pero hay que saber hacerlas sentir que no es malo, al contrario, que sí hay placer tanto para ella como para uno". Y la gran ganancia, concluye: "no hay nada de riesgo de que salgan panzonas".

Para evitar un embarazo, Arturo, de 21 años y estudiante de química en la UNAM, relató: "Sí me ha pasado ya estando pedo o medio pacheco que de repente la más buenona te afloja todo y no traes condón, pero la verdad, yo si prefiero mejor jalármela que embarcarme o que vaya a salir cualquier otra cosa como sida o sífilis".

En el caso de los adolescentes gay la percepción del riego del sida está más latente, pues por ser el sector más afectado por la pandemia están más cerca de esa realidad, algunos de ellos conocen a alguien que lo padece, a pesar de ello, las conductas de riesgo aún persisten.

Francisco Javier, joven gay de 20 años, narra que él recurre sobre todo al sexo oral por ser una práctica de menor riesgo, y en algunas ocasiones ha experimentado la penetración anal sin condón, pero solamente con "un chavo que a leguas se ve sano". "La verdad, después del beso negro lo único que quieres es que te penetren y si no hay condón, poco o nada me ha importado, ya que me da una especie de ansiedad que lo único que quiero es eso".

¿Cómo bella durmiente del bosque?

Los testimonios recabados para este reportaje son de adolescentes y jóvenes de clase media y media baja, y por su nivel de estudios demostraron conocer diferentes tipos de métodos anticonceptivos y la manera de evitar infecciones de transmisión sexual. Pero también indican que, a pesar de ese conocimiento, por diversas motivaciones y situaciones deciden en un momento dado correr riesgos en sus relaciones sexuales. Lo que representa todo un desafío para las políticas de educación y salud sexuales.

Luego de años de educación sexual, se ha logrado aumentar el número de adolescentes que usan condón en su primera relación sexual, pero el reto es lograr que persistan en sus prácticas sexuales protegidas y para ello es necesario conocer esas motivaciones que los o las llevan a valorar más la oportunidad por encima del riesgo o a realizar cálculos muchas veces basados en información errónea o incompleta, así como rescatar aquellas técnicas y prácticas preventivas que ellos y ellas mismos han desarrollado.

Lo que ya no puede admitirse es seguir pretendiendo que la sexualidad adolescente permanecerá adormecida, como una bella durmiente del bosque, si impedimos que algún príncipe la despierte con su lascivo beso. Negar o regatear información y servicios de salud sexual a las y los adolescentes y jóvenes sólo aumentará su vulnerabilidad a las consecuencias indeseadas en el ejercicio de su sexualidad. Sobre todo, teniendo en cuenta que en la actualidad los medios de comunicación son una fuente de información preponderante en las poblaciones jóvenes, las cuales cada día se ven en la encrucijada de íconos e imágenes cargadas de sexualidad sin tener el referente educativo que les permitan formarse juicios propios.



Tips

Primeras relaciones sexuales La proximidad de la primera relación sexual suele provocar grandes expectativas entre adolescentes y jóvenes, quienes desean sea única, especial e inolvidable. Sin embargo, por la inexperiencia, los apresuramientos o las angustias, esa experiencia puede resultar decepcionante. Por ello, los educadores sexuales recomiendan, si ya se ha tomado la decisión, planearla junto con la pareja elegida. Es decir, prepararse para dar ese paso importante informándose y tomando las debidas precauciones para evitar desagradables sorpresas, como embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual o culpas, sentimientos de vergüenza y arrepentimientos. Más vale dejar pasar la oportunidad de una experiencia sexual si las condiciones de una relación satisfactoria y segura no están presentes.

Sexo anal Algunos jóvenes y adolescentes recurren al sexo anal sin condón como forma de evitar embarazos no deseados. Sin embargo, deben saber que esa es la práctica de mayor riesgo para transmitir el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El uso del condón durante esa práctica sexual disminuye probadamente dicho riesgo.

Coito interrumpido El retirarse antes de venirse es otra práctica a la que se recurre para supuestamente evitar embarazos. Si bien las probabilidades de embarazo disminuyen, esta técnica no es muy segura, pues el líquido pre eyaculatorio puede contener espermatozoides capaces de terminar en embarazo. Lo mismo sucede con las infecciones de transmisión sexual, ese mismo líquido puede contener los gérmenes que las provocan, incluyendo el VIH.

A falta de condón Si no tienes a la mano un condón a la hora del acto sexual, puedes recurrir a lo que otros jóvenes hacen: simular la penetración entre las piernas de tu pareja sin penetrarla.