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Editorial
El año 2004 cerró con buenos augurios en lo que
al combate de la epidemia del VIH/sida se refiere. El acuerdo aprobado por
el Consejo de Salubridad General -que obliga a todas las instituciones de
Salud pública del país a realizar campañas de prevención dirigidas a las
poblaciones más afectadas por la epidemia, entre éstas a la población gay
y de hombres que tienen sexo con hombres, entre otros acuerdos que entraron
en vigor el pasado 12 de diciembre-, y la realización del primer Seminario
Internacional de Mejores Prácticas de Prevención del VIH/Sida en Hombres
que tienen Sexo con Hombres -en el que participaron los jefes de los programas
estatales de VIH/sida y activistas de diversas partes del país, realizado
del 13 al 15 de diciembre-, marcan el camino correcto a seguir en el control
de la epidemia. Es de esperar, cuando menos, una mejor disposición de los
gobiernos locales para asumir este compromiso, que ahora es obligatorio,
y una mayor coordinación entre las propias instituciones del Estado y entre
los diversos sectores gubernamentales y civiles.
El
entusiasmo suscitado por el Seminario llevó a algunos participantes a calificarlo
de "histórico", por ser la primera vez, luego de más 20 años de epidemia,
que se realiza un evento de este tipo con ese tema central, patrocinado por
el gobierno. Sin embargo, no hay que apresurarse, su carácter de "histórico"
dependerá de los resultados derivados del mismo, más que del hecho de haberse
realizado. Es decir, dependerá de que los consensos ahí logrados y los compromisos
ahí adquiridos se lleven efectivamente a la práctica.
Vigilar
que se cumpla el acuerdo del Consejo de Salubridad General y dar seguimiento
a los resultados del Seminario son ahora dos tareas fundamentales que las
organizaciones gay y de lucha contra el sida deberán considerar en su agenda
de prioridades del año que recién inicia. |