.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario
C U L T U R A
..

Martes 4 de enero de 2005

In vinum veritas fue escondido por el esposo de la modelo, que aparece desnuda

Reaparece en Miami óleo oculto de gran formato de Diego Rivera

Un aire de leyenda envuelve al cuadro; se rumoró que adornó los muros del famoso bar Ciro's

MERRY MAC MASTERS

Hace 60 años Diego Rivera pintó el cuadro de grandes dimensiones In vinum veritas, de 1.11 por 2.71 metros, cuyo modelo desnudo y voluptuoso fue nada menos que una inquieta y atrevida joven de la alta sociedad bostoniana, Lucy CZ Cochrane, que, a pesar del escándalo suscitado, incursionó en Broadway en una reposición del espectáculo Ziegfeld Follies, pretendió entrar al cine hollywoodense y viajó a México en busca de fama, la cual consiguió.

Entre los rumores surgidos en torno al óleo de tamaño mural, se llegó a decir que adornó las paredes del famoso bar Ciro's, del desaparecido hotel Reforma. Sin embargo, cuando CZ se casó con el acaudalado Winston Frederick Churchill Guest, se dice que el heredero del emporio acerero Phipps, que tenía negocios en México, mandó a sus agentes a comprar el cuadro, a cualquier precio, y acabar con él.

Pero In vinum veritas no se destruyó, supuestamente porque CZ insistió en encomendarlo a una amistad que lo mantendría fuera de la vista. Y así fue hasta que Winston Guest murió, en 1982. De nuevo se rumoró que los Guest tenían problemas financieros, por lo menos para mantener su costoso nivel de vida, porque en 1986 el cuadro fue subastado en Sotheby's (tiene un valor de un millón y medio de dólares) de Nueva York, y la consignataria era la familia Guest, aunque en el momento su nombre se mantuvo en secreto.

Largas temporadas en la sombra

Los actuales propietarios, impresionados por la obra y divertidos con su historia, compraron el cuadro pero de inmediato lo almacenaron. La pintura salió de nuevo a la luz en 1988, cuando fue prestado a un museo de Brooklyn como parte de la exposición itinerante El espíritu latinoamericano. La muestra fue vista en varios museos pequeños de Estados Unidos durante un periodo de dos años, al término del cual el cuadro fue guardado de nuevo, hasta 2004.

Una pequeña fotografía del óleo, que no le hace justicia, con su ficha respectiva, aparece en el enlistado Diego Rivera. Catálogo general de obra de caballete (CNCA/ INBA, 1989).

Fueron los dueños de la Galería Arvil, de la ciudad de México, Armando Colina y Víctor Acuña, quienes se toparon con el cuadro en la sala de una casa particular en Miami, Florida. Junto con la periodista estadunidense Sondra Schneider, quien investigó la historia de la pieza, lograron su exhibición en el Museo Bass de Arte, en Miami Beach, donde se puede ver hasta el 31 de enero. CZ se libró de verse exhibida de nuevo, ya que falleció en 2003, a los 83 años.

Dado su gran formato, In vinum veritas se exhibe en el pasillo de entrada del museo. Pero este hallazgo, Ƒcómo incide en la producción de Rivera? "Es importante saber que la obra existe", apunta Colina. Es, además, un cuadro "espectacular y muy bien pintado. Es un retrato, pero al mismo tiempo no lo es porque CZ es simplemente el modelo. Es un Venus en el estilo clásico".

Todavía no está claro el destino de la pintura en México; no obstante, en 1943 Rivera había pintado una serie de murales para el bar Ciro's, cuyos protagonistas eran mujeres desnudos, aunque el retrato de CZ no formó parte de la lista. Para Schneider, sin embargo, en uno de los murales, Champaña, una de las figuras parece tanto a los "senos redondos y perfectos de CZ, pequeña cintura y cabello rubio, como visto en In vinum veritas, que no puede ser sólo una coincidencia".

Continúa: "El dibujo original al carbón para el cuadro emplea un modelo evidentemente diferente, de manera que es posible que Rivera también trabajaba en el retrato de CZ -o sobre ésta- al mismo tiempo y retomó su cuerpo sin su conocimiento o consentimiento".

Rivera, por su parte, se refirió a esas pinturas como sus pin-up girls (chicas del calendario); inclusive afirmó haber desarrollado una manera única e inovadora de crearlas, que llamó su estilo cantina. En el libro Diego Rivera, mi vida, mi arte (1963), de G. March, el muralista dijo: "Mis modelos no fueron modelos profesionales para artistas. Por el contrario, pertenecían a las más ricas familias de México. Y todas confesaron la misma razón para querer ser pintadas desnudas en la pared de una cantina: un deseo de estar eternamente desnudas en un recinto iluminado de una manera provocadora donde los hombres las desearan sin inhibiciones. Consciente de la pasión que despertaba su cuerpo, cada una se sentiría siempre deseable, a pesar de los cambios y finalmente de los deterioros de la edad. En mis óleos permanecería joven para siempre".

En el único comentario hecho por CZ, por lo menos en público, señaló que Rivera "fue muy amable, y yo me volví famosa".

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Exts: 4329, 4308, 4137 y 4104

Email
La Jornada en Internet

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.