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FABRICAS DE BOSQUES 27 de diciembre de 2004


Medio centenar de empresas han apostado por la explotación silvícola de alta rentabilidad. Aunque es una inversión de largo plazo, este incipiente pero intenso agronegocio tiene en marcha mil 572 proyectos apoyados con 200 millones de pesos por la Comisión Nacional Forestal.

Roberto Campa Zúñiga

Compañías como Liverpool, Chedraui, Hoteles Qualton, la industrial Desc, Unitec y Kimberly Clark no pudieron resistir la tentación de aprovechar la seguridad de un negocio rentable convirtiéndose en "fábricas de bosques".

Aunque es una inversión a largo plazo, este incipiente pero intenso agronegocio ya lo aprovechan 50 empresas que participan dentro de los mil 572 proyectos existentes y apoyados financieramente (200 millones de pesos actualmente) por la Comisión Nacional Forestal (Conafor). Estos proyectos han establecido metas para cubrir 320 mil hectáreas de cultivos de árboles para la generación de maderas finas y preciosas (cedro, caoba, teca y melina) y de maderas propias para la producción de celulosa y papel.

Del total de proyectos existentes a octubre de 2004, alrededor de 841 pertenecen a pequeños propietarios, más de 700 a ejidos y sociedades y sólo a 50 a compañías como las mencionadas, seis de las cuales representan inversiones de casi 700 millones de pesos, según la Conafor.

La perspectiva es de una creciente demanda de maderas. A decir de Marilio Morell, experto en Silvicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las zonas forestales en el mundo con árboles plantados aumentarán de 12 millones a 16 millones de hectáreas en 2020 y cada vez se designarán más bosques naturales protegidos. Además de la necesidad de cubrir el déficit forestal de más de 6 millones de metros cúbicos anuales.

Decisión arbórea

Empresas como la productora de papel Kimberly Clark, por medio de su subsidiaria Silvicultura Soraya, decidió incursionar en las plantaciones comerciales.

Manuel Araujo, gerente general de Soraya, afirma que las 6 mil hectáreas de eucalipto a plantar en Guerrero servirán para abastecer parte de la celulosa que requiere Celulosa y Papel de Michoacán (Cepamisa) la fábrica de papel de la trasnacional. La primera cosecha será en 2008, pues comenzaron a sembrar en 2000. El directivo indica que hasta ahora se han invertido 20 millones de los 120 millones de pesos que Kimberly Clark espera dedicar a este proyecto.

P7cuadrosLo mismo sucedió con el Grupo Chedraui (tiendas de autoservicio) que en 1996 fue invitado por el cafetalero y ganadero veracruzano Rafael Riaño, quien ya había incursionado en la "fabricación de bosques" desde 1991 en Veracruz y Campeche. La firma Agroindustrial Agua Fría, que dirige Riaño, principal accionista, junto con Chedraui, obtendrá su primer cosecha de maderas preciosas en 2005, misma que servirá para exportar madera dimensionada de teca y melina, abastecer de tarimas a la industria citrícola de Martínez de la Torre (Veracruz) y a la industria de la construcción, así como al desarrollo y fabricación de triplay en el mercado nacional. La inversión total para la siembra de las 15 mil hectáreas por desarrollar será de 402.5 millones de pesos.

La familia Sourverville, accionista minoritaria de la cadena de tiendas departamentales Liverpool, pero madereros por décadas, se aventuraron a crear su propia materia prima al constituir Promotora de Plantaciones del Sureste (Proplanse), en Balancán, Tabasco con 3 mil hectáreas de cedro, caoba, melina, teca, ceiba y eucalipto tropical. Intentan lograr el autoabasto a su planta y aserradero de tabla en moldura de Toluca, estado de México.

Antonio Martínez, gerente de desarrollo y finanzas de Proplanse, detalla que se invertirán casi 200 millones de pesos, de los que 150 ya se ejercieron. Planea, por ejemplo, instalar un aserradero cerca de la plantación en Tabasco para luego fabricar muebles. Aunque desiste en dar a conocer el nombre, el ejecutivo revela que se encuentra en pláticas con un grupo canadiense para formalizar una inversión conjunta.

A pesar que las plantaciones de Proplanse son de 2000, en 2005 tendrán su primeros cortes debido a que cuentan con mil 500 hectáreas de eucalipto (medio millón de metros cúbicos), para celulosa y fabricación de tablas y tarimas, ya que en noviembre de 2003 adquirieron Desarrollo Forestal, propiedad de Alfonso Romo, del Grupo Savia, con ocho años de existencia.

Del pinino al auge

Las incursiones de grandes empresas en la incipiente industria forestal mexicana data de los años 1930. El primer intento por desarrollar plantaciones forestales comerciales se llevó a cabo en 1932 por la cerillera La Imperial, que creó plantaciones de álamos en las cercanías de Chalco, estado de México.

Luego hubo tibios intentos, básicamente por pequeñas compañías. Pero en 1953 nuevamente una compañía como Fibracel inició un programa para abastecer a la industria de tableros de fibra, por lo que fincó 5 mil hectáreas de plantaciones de eucalipto y melina en Tamuín, San Luis Potosí, que cosechó en 1969.

Otros empresarios retomaron el rumbo a partir de 1991. En ese año Rafael Riaño vio cómo la industria del café se sumía en crisis y avizoró el potencial de rentabilidad de plantar árboles.

También los extranjeros vieron con perspectiva rentable las fábricas de bosques en México y aprovecharon en 1997 la creación del Programa para el Desarrollo de Plantaciones Forestales (Prodeplan), pero se salieron pronto. Fue así que el consorcio forestal estadunidense Simpson estableció un proyecto de eucalipto en Las Choapas (entre Veracruz y Tabasco) para enviar la madera a Luisiana, Estados Unidos. Asimismo, Smurfit instaló una plantación de eucalipto en Campeche.

Pero 1998 ante el desplome de los precios internacionales del papel de 600 a sólo 280 dólares por tonelada, ambas empresas abandonaron el negocio. Simpson vendió su proyecto a Planfosur y Temple Inland, que terminó pasando a manos de Rexel, del Grupo Desc; mientras Smurfit lo transfirió a Rafael Selem Ferrer, propietario de la empresa Tres Hermanos, que cultiva eucalipto y melina en Campeche y ahora produce muebles que vende a cadenas hoteleras internacionales, sobre todo en Cancún.

Riesgos

Como todo negocio, la industria de los bosques no está exenta de riesgos y trabas, la mayor parte asociados a la tenencia de la tierra, abundancia de trámites y pésima infraestructura de carreteras y caminos.

Antonio Martínez, gerente de desarrollo y finanzas de Proplanse, sostiene que se enfrentan muchas deficiencias de infraestructura, pues no hay accesos; es un vía crucis llegar hasta el ferrocarril.

Por si fuera poco hay que negociar con las empresas de ferrocarril para mover la madera, en un servicio caro y malo. Por ejemplo, para desplazar un metro cúbico de Campeche, centro productor, a Morelia, centro manufacturero, el flete representa casi 70 por ciento del precio de la madera. Además, en la etapa productiva de sembrar y luego cosechar, hay que padecer sobrerregulación de la Semarnat para los trámites para cortar y embarcar el producto.

No obstante, la perspectiva del negocio es alentadora, ya que según el Inventario Nacional Forestal Periódico, el país tiene 8 millones de hectáreas de terrenos preferentemente forestales y 4 hectáreas dedicadas a uso agropecuario poco productivas con aptitud para plantaciones forestales §

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