COSTOS Y BENEFICIOS DE LAS CORRIENTES MIGRATORIAS | 27 de diciembre de 2004 |
Europa necesitará de 40 millones de inmigrantes hasta el año 2050 para garantizar el remplazo de su población, dado el bajo índice de fecundidad. Por ello los países de la Unión Europea buscan un marco legal para ordenar los flujos migratorios y prevenir problemas sociales y políticos. Adela Mac-Swiney González, MadridEspaña ya supera los 43 millones de habitantes. De ellos, algo más de 3 millones son extranjeros y de éstos, más de 800 mil se encuentran en condición laboral irregular. ¿Cuánto le cuesta o cuánto se beneficia el país de la inmigración? Es un dilema, aunque muchos datos permiten ubicar más arriba el beneficio que el costo e incluso, especialistas en el tema aseguran que quienes se oponen al proceso pueden estar matando "la gallina de los huevos de oro".
Algunos estudios revelan que Europa necesitará de 40 millones de inmigrantes hasta el año 2050 para garantizar el remplazo de su población, dado el bajo índice de fecundidad. Por ello los países de la Unión Europea buscan un marco legal para ordenar los flujos migratorios y prevenir problemas sociales y políticos. Para España, desde finales de los años 90, la inmigración es el principal factor de crecimiento, en una sociedad que se ha caracterizado por una baja fecundidad y aumento en la expectativa de vida. En este país, el Congreso de los Diputados recién aprobó reformas a la Ley de Extranjería, las cuales entrarán en vigor en febrero del 2005, para intentar regularizar a los inmigrantes en términos laborales. Un aspecto del tema es que el debate sobre si la presencia de inmigrantes cuesta más que los beneficios económicos que genera no ha producido muchos estudios rigurosos de conjunto, sino sobre todo visiones y propuestas parciales, más bien guiadas por intereses específicos de distintas instancias sociales y los puntos de vista con enfoque político han predominado en el tratamiento del tema sobre los del análisis económico.
Existen acciones dirigidas directa o indirectamente al conjunto de los inmigrantes en los tres niveles del gobierno: la administración central, la administración autonómica y las administraciones locales. De manera directa, el Presupuesto General del Estado para 2005 destina 147 mil 153.59 euros (unos 186 mil 885 dólares) para acciones en favor de los inmigrantes, lo que representa un incremento considerable con respecto al presupuesto del año pasado, que canalizó a este rubro 82 mil 911.51 euros. A ello se suma el gasto que las comunidades autónomas y las corporaciones locales realizan en materias básicas de la política migratoria, como sanidad, educación o atención social. Hay otros programas que, aunque no están destinados específicamente a los inmigrantes, se refieren a gastos divisibles, siendo por tanto calculable, aunque no de manera precisa, la cuantía en que pueden representar, por ejemplo: seguridad ciudadana, instituciones penitenciarias, atención sanitaria, educación y prestaciones de desempleo. Sin embargo, para los especialistas como Antonio Izquierdo Escribano el presupuesto que destina el gobierno a la gestión de los inmigrantes es muy bajo en relación con el volumen de personas que llegan cada año al país, y más aún en relación con lo que ellos aportan al Estado. "Por ejemplo, dijo, el gobierno destina muchos apoyos a la educación privada, y no así a la pública. Si tomamos en cuenta que 85 por ciento de los hijos de inmigrantes van a las escuelas públicas, los maestros de éstas tienen que agradecerles mucho el seguir teniendo empleo".
Uno de los vacíos que se tienen sobre el tema es que el vertiginoso aumento de esta población que se ha producido en los últimos años no se ha trasladado a las cifras oficiales del producto interno bruto (PIB). Consciente de esta carencia, el INE analiza el impacto que tienen en la producción del país. La revisión se producirá en mayo de 2005, y el volumen de PIB será, según se estima, al menos 5 por ciento más alto, hasta llegar a los 782 mil millones de euros. La propia Eurostat, la agencia de estadísticas de la Unión Europea, ha instado a España a ofrecer una cifra de PIB más ajustada a sus estimaciones de población. Izquierdo Escribano, consultor de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y quien ha sido experto en migraciones internacionales para la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, explicó que en realidad la correlación del costo-beneficio que tienen los inmigrantes para España "depende de lo largo de mirada" que se aplique al tema, aunque, aseguró, el balance actual es que el flujo de extranjeros que se han asentado ha beneficiado más que perjudicado a España. Uno de los aspectos a tener en cuenta para considerar si España se ha beneficiado más de lo que ha tenido que gastar para apoyar a los inmigrantes, es la composición de los flujos migratorios y en este caso, es altamente favorable. "Parece guiada de la mano de Dios", consideró el especialista al destacar que la edad media de las personas que llegan a este país buscando una mejor oportunidad de vida es de 31 años, por lo que no son demandantes de prestaciones sociales como las que tienen que darse a ancianos o personas que por su edad recurren con asiduidad a los servicios médicos. En España, se ha notado un aumento del peso de la población en edad activa y sobre todo entre los 25 y los 44 años. Estos trabajadores en plenitud de su vida laboral y que, por tanto, contribuyen a la productividad del país suponían 48 por ciento del total de permisos de residencia en 1999 y 53.6 por ciento en 2002. Consiguientemente, ha disminuido la proporción de los extranjeros en edades dependientes: menos de 15 y más de 65 años. Además, en España ha prevalecido una política migratoria restrictiva en cuanto al origen de los inmigrantes, lo que ha frenado la llegada de flujos provenientes de países africanos y ha favorecido los flujos de países latinoamericanos o de Europa del este. Izquierdo Escribano aseguró que una de las características de este flujo de inmigrantes es que ahora se trata de una alta composición femenina y con alto nivel de estudios, casi comparable a la población española, e incluso superior si se compara por grupos de edad. De acuerdo con datos del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso) en lo que respecta al nivel de estudios, más de 15 por ciento de los inmigrantes que están en España han terminado estudios universitarios, 38 por ciento ha concluido estudios secundarios y 30 por ciento los primarios, mientras que los que no saben leer ni escribir, suponen apenas 6 por ciento. "Se trata de un flujo migratorio con una calificación superior, lista para adaptarse a los distintos sectores profesionales e incluso cambiar de profesión mientras la legislación en la materia no sea tan estricta", señaló el investigador. "El gobierno no reconoce que buena parte de la inmigración que nos llega tiene abundantes recursos educativos. Son más bien las clases medias las que se aprestan a venir y tienen estudios que conviene reconocer y homologar. Y conciben planes de instalación y expectativas de progreso laboral que les lleva a abandonar de entrada los nichos laborales. No se les puede retener en ellos, ni en una provincia o sector de actividad. La rigidez en política migratoria se paga y el precio suele ser el aumento de irregularidad", afirmó Izquierdo. De esta manera, puede concluirse que en principio el creciente flujo migratorio que vive España ha beneficiado en mayor medida de lo que le ha costado al país. Es cierto que ni prohibir por completo la entrada ni evitar poner ningún obstáculo legal son acciones viables. Los inmigrantes aportan principalmente en los sectores de la agricultura, la construcción, la hotelería y en el trabajo doméstico y también es cierto que los patrones no dan la cara por sus empleados. Si una de las virtudes de la mano de obra extranjera es la flexibilidad, a ella debiera responder el político con la misma cualidad § |
MANOS A LA OBRA
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