Tres obispos, en el séptimo aniversario de la matanza
Sobrevivientes de Acteal: las heridas no sanan con limosnas
ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL
Tuxtla Gutierrez, Chis., 22 de diciembre. "Hay quienes han querido que sanen nuestras heridas con limosnas, pero no nos han ofrecido ningún cambio profundo en las estructuras de injusticia, de discriminación, de olvido", afirmaron sobrevivientes de la masacre perpetrada hace siete años en Acteal, municipio de Chenalhó, durante una ceremonia en recuerdo de los 45 indígenas que murieron a manos de paramilitares. Los obispos emérito, titular y auxiliar de la diócesis de San Cristóbal, Samuel Ruiz, Felipe Arizmendi y Enrique Díaz, respectivamente, encabezaron el acto.
En este aniversario luctuoso no hubo, como en años anteriores, una representación teatral de la masacre. En cambio se ofrecieron cantos tradicionales, rezos, flores y aroma de incienso. El obispo emérito Samuel Ruiz recordó que la de 1997 fue una de sus "Navidades más tristes", y pidió a los mexicanos no olvidar que el 21 de diciembre de ese año se advirtió "a las autoridades sobre lo que iba a suceder, y el 22 les comunicamos lo que estaba sucediendo", pero no se hizo nada por impedir la matanza. Con voz entrecortada, el prelado comentó que "ahora Acteal es un signo de la resurrección y esperanza, de la unidad y la resistencia".
Tatic Samuel destacó que "esta ermita aquí construida con las acciones en común es el símbolo de lo que es Acteal ahora. Acteal es una habitación del cielo, sigamos siendo testigos de esta resurrección y testigos de la unidad y la fraternidad".
Durante el mensaje central de la ceremonia, traducido a la lengua tzotzil -que habla gran parte de la población local-, el obispo auxiliar de San Cristóbal, Enrique Díaz, dijo que "una herida no sana si solamente se le cubre y se le disimula. Muchos quisieran que ya no se hablara más de Acteal y se quedara en el olvido. Pero eso no es sanar. No es cierto que todo está bien; no es cierto que ya se hizo justicia. Es mentira que ya sanaron los heridos; es mentira que ya aceptaron su culpa todos los responsables directos o indirectos".
Díaz sostuvo: "muchos quisieran que ya no se hablara más de Acteal y que quedara en el olvido. Si solamente se cubre una herida, se pudre y se encona. Si se cubre, la injusticia lleva también a la podredumbre y al encono. Una herida tampoco sana si solamente se le ponen cataplasmas y ungüentos".
Agregó que la masacre no fue un hecho aislado, "sino la consecuencia de todo un sistema que se olvida del respeto a la vida, del derecho de todos a ser iguales ante Dios, de la atención y del cuidado del más pobre y desvalido".
El obispo auxiliar aclaró que los sobrevivientes no pretenden "mostrar la herida buscando compasión o detenernos a contemplar nuestro dolor. Ni se busca el provocar lástima o la autocompasión, porque no nos ayudan a crecer las caridades lastimeras ni la mano extendida pidiendo limosna. Exigimos nuestros derechos y aceptamos nuestras responsabilidades para poder construir un mundo mejor donde vivamos como hijos de Dios".
Por su parte, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas -que fundó y preside Samuel Ruiz-- pidió que se llame a cuentas a mandos del Ejército Mexicano -específicamente a los generales de división Miguel Angel Godinez Bravo y Mario Renán Castillo Fernández-, y se deslinden responsabilidades del Estado.
En una carta que hizo pública este miércoles, el organismo no gubernamental exigió que se garantice el derecho a la justicia para las víctimas, sancionando a los responsables materiales e intelectuales "de los delitos de lesa humanidad dirigidos en contra de la población civil, de acuerdo con el Estatuto del Tribunal de Nüremberg".
De los 103 detenidos por su presunta participación en la masacre de Acteal, a la fecha han sido liberados siete indígenas; en los próximos meses dejarán la cárcel, por haber cumplido sus sentencias, los únicos funcionarios de la entonces Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que fueron procesados por el caso: Julio César Santiago Díaz, Roberto García Rivas y Roberto Martín Méndez Gómez. Actualmente siguen pendientes 29 órdenes de arresto relacionadas con el caso que no se han ejecutado.
El general retirado Santiago Díaz, quien en diciembre de 1997 era coordinador de asesores de la SSP, fue detenido el 2 de abril de 1998 acusado de los delitos de homicidio por omisión, daños y lesiones en el caso de los 45 asesinados en Acteal. Dos meses antes se aprehendió a Roberto García y Roberto Méndez, a quienes se sentenció a ocho años de prisión. Los tres ex servidores públicos solicitaron su preliberación, que se les podría conceder en los próximos meses.