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LA NOCHE DE RABANOS

EN LA CIUDAD DE OAXACA, desde hace más de cien años se celebra un concurso que tiene como fin distinguir y estimular a los mejores talladores de rábanos.

La más antigua tradición señala que en la noche del 23 de diciembre se realizaba una ceremonia para propiciar y celebrar el renacimiento del sol y que asociado a esta celebración se hacia un tianguis. Con la presencia de los europeos, se introdujeron el trigo y diferentes hortalizas. Su cultivo tiene una larga tradición en poblados, ranchos y huertas que hoy son parte de la ciudad de Oaxaca, como La Santísima Trinidad de las Huertas, Los Cinco Señores y San Antonio Ocotlán. Se sabe que desde antes de 1580 se cultivó el rábano en la hoy ciudad de Oaxaca.

Nombre técnico

RAPHANUS SATIVUS,

hay diferentes variedades.

En el curso que se realiza en Oaxaca, se convoca en una categoría especial a los niños con el fin de que continúe la tradición.

LAS HUERTAS eran de los españoles, ahí aprendieron los indios a cultivar las hortalizas nuevas; las ofrecían bellamente acomodadas en los puestos del tianguis, junto con otros productos que se vendían desde tiempos remotos, como pescado salado que llegaba de la costa, además de frutas y verduras locales.

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ESPECIALMENTE para el día 23 de diciembre, cada quien se esmeraba en presentar sus productos lo mejor posible, disponiendo la fruta en armónicos montones; las hojas de lechuga servían de "cama" para exhibir otras hortalizas. Se dice que los puestos se alumbraban con hachones de ocote que iluminaban y perfumaban el tianguis lleno de "tlachiguales" (palabra deformada que proviene del náhuatl, significa estructura provisional en donde se venden comestibles, en otras palabras "puesto de tianguis").

EN LOS INICIOS se tallaban los rábanos y las pequeñas cebollas y se hacían trabajos "que recordaban a la filigrana", con el tiempo se produjeron esculturas con los grandes rábanos tallados, a partir de sus caprichosas y sugerentes formas. Los artistas oaxaqueños han ido sumando técnicas, así, elaboran mosaico con fragmentos de rábano aprovechando el rojo del exterior y el blanco de la pulpa. Con varios trozos de rábano se elaboran esculturas de formato más grande, sin embargo los rábanos tallados, que es la categoría con mayor tradición, sigue siendo la favorita de los creadores y del público en general.

EN LA ACTUALIDAD el certamen ha desplazado al tianguis y en los tlachihuales se exhiben los conjuntos o instalaciones. La creatividad es infinita, se presentan escenas con tradiciones y costumbres regionales como un grupo que ejecuta la danza de la pluma o las carretas jaladas por la yunta, tradicionales de los Valles Centrales; también hay nacimientos, altares de muertos y escenas de la vida cotidiana.

A LAS TÉCNICAS más antiguas se les llama escamado, floreado, acanalado y calado; se realizan con navajas y pequeños tubos afilados en un extremo. El proceso consiste en lavar los rábanos y seleccionarlos de acuerdo a las características deseables; después se procede a tallar las figuras, que se colocan sobre una base para lograr los detalles; para completar la representación, se pone musgo u otros elementos. Los rábanos se refrescan diario, para conservarlos frescos. La comunidad de Ocotlán, destina un cuarto de hectárea que trabaja con tequio, para apoyar a los integrantes que participan en el concurso. Siembran de manera escalonada para obtener rábanos de diferentes tamaños. Todavía esta presente algo que recuerda el origen prehispánico de la celebración, que es la costumbre de romper los platos; hoy se rompen los de barro, después de comer los buñuelos.

Dibujo: Marco Buenrostro

Agradeceremos que nos envíen datos acerca de las celebraciones que se realizan en su comunidad, así como descripciones de sus costumbres y tradiciones. También serán bienvenidos sus comentarios y correspondencia a: La Jornada, Av. Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, Benito Juárez C.P. 03310, sección Cultura, página Tradición y Cultura.