En
una gira
reciente de 20 dÃas por América del Sur y Cuba, el
lÃder
chino Hu Jintao dejó claro que su paÃs desea establecer
con la región
una alianza mucho más estratégica que el mero intercambio
de baratijas
electrónicas. La clave está en las materias primas que
posee esta área
y que aquel paÃs necesita para satisfacer sus crecientes
necesidades.
El gobierno mexicano cree que es momento de buscar acuerdos en lugar de
dirimir controversias con la imposición de aranceles excesivos a
los
productos chinos. El primer paso es un acuerdo de protección de
inversiones. Después de todo, China anda ahora con la billetera
abierta
en busca de dónde colocar su dinero.
Ronald Buchanan
Los matadores eran de
España, los toros de México y la
corrida
fue en un estadio de futbol. Ocurrió en Shanghai y no se
mató a ninguno
de los toros "para no ofender las sensibilidades del público"
según el
China Daily.
Por cierto, el periódico
añadió con la inocencia que todavÃa
caracteriza a algunos medios chinos, que "se desconoce, sin embargo, el
destino final de los animales".
No importa que hayan terminado
como albóndigas en agridulce, los
toros costaron a los chinos 20 mil dólares cada uno para un
espectáculo, cuyo propósito era la promoción de
Shanghai como ciudad
pujante y multicultural. Actos por el estilo han incluido el
paracaidismo en masa desde un rascacielos y un festival italiano con
todo y una réplica de cinco pisos de la torre de Pisa.
Mientras las promociones parecen
frÃvolas, detrás de ellas se
esconde un propósito muy serio: hacer de China una gran potencia
económica. De ahà el interés en desarrollar las
relaciones con América
del Sur y Cuba, cuyas materias primas Âcomo granos, metales y
petróleoÂ
no pueden surtir los vecinos asiáticos con que China acaba de
firmar un
tratado de libre comercio más grande que el de América
del Norte.
También China ha volteado
hacia México Ây no sólo por sus toros de
manera muy distinta de los otros paÃses de América
Latina. Salvo el
petróleo, y con un acceso al gran mercado de Estados Unidos,
China no
se ha interesado en las materias primas mexicanas.
De hecho, China es competidor
directo de muchas industrias
mexicanas, y desleal en opinión de algunas. No es sólo el
socio
comercial número dos Âdetrás de Estados Unidos, por
supuestoÂ, sino el
paÃs con que se tienen más conflictos comerciales.

México es uno de los 10
paÃses que más medidas antidumping han
tomado contra China, dijo en un foro la semana pasada Wang Shichun,
director de la oficina de Comercio Equitativo de la SecretarÃa
de
Comercio de PekÃn.
En los últimos 15
años, calculó Wang, China ha perdido más de 19
mil millones de dólares a causa de las cuotas compensatorias y
otras
medidas tomadas por paÃses como México.
Y los chinos temen que lo peor
podrÃa estar por venir. Cao Xinyu,
presidente de la Cámara China de Importadores y Exportadores de
Textiles, está preocupado por el fin, este 31 de diciembre, del
sistema
de cuotas que ha controlado el comercio internacional de textiles y
ropa.
Sin cuotas y con una mano de
obra que se encuentra entre las menos
caras del mundo, China que ya es el exportador número uno de
ropa y
textiles a Estados Unidos y la Unión Europea, lleva las de ganar
y en
grande. Pero también, teme Cao, podrÃa enfrentar una
guerra comercial
sin cuartel por parte de México, número dos en el mercado
de Estados
Unidos, y TurquÃa, número dos en Europa, que
querrán defender sus
participaciones respectivas.
"El hecho de que se eliminen las
cuotas presenta nuevas
oportunidades, pero también nuevos desafÃos", expresa
Cao. Para
enfrentar la posibilidad de revanchismo proteccionista, sugiere que las
empresas chinas sigan el ejemplo de Silique, en Guandong, que ha
logrado adquirir prestigio para su marca de productos de seda. Con
mayor valor agregado y mejor servicio, asegura Cao, las empresas chinas
podrÃan evitar conflictos.
Exactamente, señala
Gerardo Traslosheros, director general para
Negociaciones Multilaterales y Regionales de la SecretarÃa de
EconomÃa,
México no bajará la guardia contra el comercio desleal,
enfatiza, pero
cada vez quiere considerar a China como socio en vez de rival.
El gobierno mexicano, dice,
quiere que más empresas chinas se
instalen aquà para aprovechar la cercanÃa
geográfica con Estados
Unidos, mientras firmas mexicanas Âcomo Vitro (vidrio), Imsa
(acero),
Gruma (harina y tortillas) han expresado la intención de
instalar
plantas en China. "Previendo este escenario, los dos gobiernos
decidieron iniciar negociaciones para un acuerdo de protección
de la
inversión," añadió.
México busca
inversión en áreas como la manufactura de televisores
de alta definición. "Nos interesa atraer proyectos de alta
tecnologÃa,
que necesitan mano de obra más calificada", indica Traslosheros.
Sin duda, enfatiza, la
"ineludible" ventaja de la cercanÃa del
mercado estadunidense será un gran atractivo para los chinos,
pero el
mercado mexicano también es interesante por tener el ingreso per
cápita
más alto de América Latina.
Aunque la agenda mexicana en sus
pláticas con China incluye el
impulso al comercio y a la inversión, tampoco se olvidan las
diferencias habidas. Cuando el presidente Hu Jintao visitó
América del
Sur, los paÃses de la región se apresuraron a prometer
que iban a
declarar a China como "economÃa de mercado", etiqueta que, bajo
las
reglas de la Organización Mundial del Comercio efectivamente
libra al
paÃs de toda acusación de prácticas desleales.
México no tiene prisa
para seguir el ejemplo de sus vecinos del
sur. "En todo caso, si China quiere demostrar el estatus de
economÃa de
mercado, puede hacerlo. Pero nosotros de manera unilateral consideramos
que no podemos hacerlo," expresa Traslosheros §
OXIGENO PARA UN MODELO AGOTADO
Durante una visita de 20
dÃas por cuatro paÃses, el
presidente chino, Hu Jintao, anunció más de 30 mil
millones de dólares de inversiones en América Latina. Hu
firmó una serie de contratos para proveer las materias primas
que necesita la enorme economÃa de su paÃs para seguir
creciendo a todo tren.
Sin duda, los acuerdos
traen
beneficios para América Latina.
Aunque no afectan directamente los intereses de Estados Unidos, tal vez
persuadan a Washington de tomar un poco más en serio a una
región largamente olvidada. De hecho, Hu coincidió en
América del Sur con el presidente George W. Bush y el contraste
en sus respectivos recibimientos no pudo haber sido mayor. Pese a que
China es la fuerza motriz más importante de la
globalización, donde iba Hu no hubo protestas. Al contrario, los
funcionarios y empresarios con quienes se reunió se deshicieron
en elogios de su persona y su paÃs.
Bush, por el contrario,
enfrentó protestas sumamente
enérgicas en Chile, donde tuvo que rescatar a su jefe de
seguridad de un pleito bochornoso entre guaruras.
En cuanto a las
inversiones
chinas, la mayorÃa 舑unos 20 mil
millones de dólares舑 serán en Argentina, principalmente
en ferrocarriles y la exploración de hidrocarburos. En Cuba
destaca un proyecto de nÃquel 舑importante materia prima de la
industria acerera舑 en que la inversión podrÃa alcanzar
500 millones de dólares.
Las inversiones son
bienvenidas,
sobre todo en paÃses cuyas
economÃas han sido tan golpeadas como las de Cuba y Argentina.
Pero tampoco hay que hacerse ilusiones. Aunque sean de bandera roja,
los chinos son igual de capitalistas que los europeos y estadunidenses.
Invierten para ganar en un mercado global que impone las mismas normas
a todos.
Igual se puede decir de
los
acuerdos de compras de largo plazo de
materias primas. Gracias a sus compras de hierro, soya y bauxita, China
ya es el socio comercial número dos de Brasil; también
compra más cobre a Chile 舑el mayor productor mundial舑 que
Estados Unidos.
Mientras esos acuerdos han
sido
saludados como la èˆ salvación舡 de
América Latina, o por lo menos de América del Sur,
más bien son la salvación de un modelo económico.
Por supuesto, las elites empresariales y polÃticas de la
región los han saludado casi con delirio: gracias a los
acuerdos, los paÃses sudamericanos pueden seguir siendo
exportadores de materias primas para alimentar las industrias de otros,
un sistema que ha reforzado los privilegios sin sacar de la pobreza a
sus masas. Como la liposucción para una vedette entrada en
años, los nuevos acuerdos chinos posponen el dÃa en que
esto ya no dé para
más §
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MENTIRAS PIADOSAS
Sin necesariamente compartir el
punto de vista del viejo
dicho "hay tres clases de mentiras: mentiras, malditas mentiras y
estadÃsticas", siempre hay que ser cauteloso con las cifras del
comercio.
Dos terceras partes, por
ejemplo, de las importaciones mexicanas de
los paÃses asiáticos son insumos para las industrias de
exportación. En
efecto, ayudan a que la industria mexicana sea más competitiva.
China no es excepción. A
primera vista las cifras comerciales
espantan. El año pasado China importó unos 1.7 miles de
millones de
dólares de productos mexicanos y exportó 9.4 miles de
millones,
dejándonos un déficit de 7.7 miles de millones de
dólares, situando a
China como segundo socio comercial después de Estados Unidos. En
términos reales, sin embargo, no fue para tanto. Lo que pasa,
según
funcionarios de la SecretarÃa de EconomÃa, es que unos
6.3 miles de
millones de dólares de nuestras importaciones de China eran
refacciones
o insumos de productos que se arman aquà para exportar
después a
Estados Unidos o Europa. Importaciones temporales, pues. Asà que
las
verdaderas importaciones, las que se quedaron en el paÃs,
ascendieron a
unos 3.1 mil millones de dólares. Sin Ây tal vez este "sin"
deberÃa
escribirse con mayúsculas contar con el contrabando  §
RB
ACUERDOS BILATERALES
El presidente chino Hu Jintao
reforzó las relaciones
económicas con
cuatro paÃses de América Latina y, además,
aprovechó el viaje para
mostrar a China como una nación con creciente influencia y una
clara
estrategia en la economÃa internacional.
Argentina, Chile, Brasil y Cuba
fueron los paÃses que firmaron
con
China 39 acuerdos bilaterales relacionados principalmente con el
comercio, la inversión, la educación, el turismo y la
industria
espacial.
La explotación de
nÃquel fue el tema más relevante
en los acuerdos
pactados con Cuba para abastecer la gran industria china del acero.
Ambos gobiernos acordaron, entre otras cosas, una inversión de
500
millones de dólares para la explotación de ese metal y
convinieron la
creación conjunta de una empresa dedicada a la
exploración de los
yacimientos niquelÃferos de Cuba.
También se acordaron
Intercambios en materia tecnológica
y facilidades
financieras, en los que se incluye hasta un donativo de 6.1 millones de
dólares para la adquisición de tela para uniformes de
escolares
isleños.
Argentina y China pactaron
impulsar los acuerdos en materia de
educación y turismo, asà como la cooperación
económica y comercial
entre ambos paÃses. Asimismo, decidieron colaborar mutuamente en
cuestiones relativas a la agricultura, ganaderÃa, manufacturas,
energÃa, telecomunicaciones, recursos minerales y transporte.
El mandatario argentino
Néstor Kichner aseveró que China
se ha
convertido en el cuarto mayor socio comercial de su paÃs,
asà como el
"mejor comprador" de mercancÃas argentinas en Asia. Por su
parte, Hu
Jintao manifestó la decisión de su gobierno de establecer
y desarrollar
una asociación estratégica con Argentina para fortalecer
sus relaciones
bilaterales.
En su visita a Brasil, el
lÃder chino acordó una alianza
para la
construcción, en territorio brasileño, de un gasoducto de
mil 300
kilómetros de extensión, el cual tendrá un valor
aproximado de mil 300
millones de dólares. El gasoducto servirá para atender la
demanda de
gas natural de las centrales termoeléctricas del noroeste de
Brasil,
donde existe la carencia de suministro suficiente de energÃa.
El presidente brasileño,
Luiz Inacio Lula da Silva,
manifestó que las
asociaciones estratégicas se hicieron con la esperanza de que
ambos
paÃses puedan construir una "nueva geografÃa comercial"
en el mundo.
Brasil provee actualmente de enormes cantidades se soya al mercado
chino.
Los acuerdos alcanzados entre
Chile y China impulsarán
la
cooperación económica pues implican negociaciones para la
firma de un
tratado de libre comercio entre los dos paÃses. Además
convinieron en
apoyar el desarrollo turÃstico e impulsar la inversión en
el sector
minero.
Karla Torrijos
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