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EN POS DE LA ECONOMIA DE CHINA

6 de diciembre de 2004

En una gira reciente de 20 días por América del Sur y Cuba, el líder chino Hu Jintao dejó claro que su país desea establecer con la región una alianza mucho más estratégica que el mero intercambio de baratijas electrónicas. La clave está en las materias primas que posee esta área y que aquel país necesita para satisfacer sus crecientes necesidades. El gobierno mexicano cree que es momento de buscar acuerdos en lugar de dirimir controversias con la imposición de aranceles excesivos a los productos chinos. El primer paso es un acuerdo de protección de inversiones. Después de todo, China anda ahora con la billetera abierta en busca de dónde colocar su dinero.

Ronald Buchanan

Los matadores eran de España, los toros de México y la corrida fue en un estadio de futbol. Ocurrió en Shanghai y no se mató a ninguno de los toros "para no ofender las sensibilidades del público" según el China Daily.

Por cierto, el periódico añadió con la inocencia que todavía caracteriza a algunos medios chinos, que "se desconoce, sin embargo, el destino final de los animales".

No importa que hayan terminado como albóndigas en agridulce, los toros costaron a los chinos 20 mil dólares cada uno para un espectáculo, cuyo propósito era la promoción de Shanghai como ciudad pujante y multicultural. Actos por el estilo han incluido el paracaidismo en masa desde un rascacielos y un festival italiano con todo y una réplica de cinco pisos de la torre de Pisa.

Mientras las promociones parecen frívolas, detrás de ellas se esconde un propósito muy serio: hacer de China una gran potencia económica. De ahí el interés en desarrollar las relaciones con América del Sur y Cuba, cuyas materias primas ­como granos, metales y petróleo­ no pueden surtir los vecinos asiáticos con que China acaba de firmar un tratado de libre comercio más grande que el de América del Norte.

También China ha volteado hacia México ­y no sólo por sus toros­ de manera muy distinta de los otros países de América Latina. Salvo el petróleo, y con un acceso al gran mercado de Estados Unidos, China no se ha interesado en las materias primas mexicanas.

De hecho, China es competidor directo de muchas industrias mexicanas, y desleal en opinión de algunas. No es sólo el socio comercial número dos ­detrás de Estados Unidos, por supuesto­, sino el país con que se tienen más conflictos comerciales.

foto APEC

México es uno de los 10 países que más medidas antidumping han tomado contra China, dijo en un foro la semana pasada Wang Shichun, director de la oficina de Comercio Equitativo de la Secretaría de Comercio de Pekín.

En los últimos 15 años, calculó Wang, China ha perdido más de 19 mil millones de dólares a causa de las cuotas compensatorias y otras medidas tomadas por países como México.

Y los chinos temen que lo peor podría estar por venir. Cao Xinyu, presidente de la Cámara China de Importadores y Exportadores de Textiles, está preocupado por el fin, este 31 de diciembre, del sistema de cuotas que ha controlado el comercio internacional de textiles y ropa.

Sin cuotas y con una mano de obra que se encuentra entre las menos caras del mundo, China que ya es el exportador número uno de ropa y textiles a Estados Unidos y la Unión Europea, lleva las de ganar y en grande. Pero también, teme Cao, podría enfrentar una guerra comercial sin cuartel por parte de México, número dos en el mercado de Estados Unidos, y Turquía, número dos en Europa, que querrán defender sus participaciones respectivas.

"El hecho de que se eliminen las cuotas presenta nuevas oportunidades, pero también nuevos desafíos", expresa Cao. Para enfrentar la posibilidad de revanchismo proteccionista, sugiere que las empresas chinas sigan el ejemplo de Silique, en Guandong, que ha logrado adquirir prestigio para su marca de productos de seda. Con mayor valor agregado y mejor servicio, asegura Cao, las empresas chinas podrían evitar conflictos.

Exactamente, señala Gerardo Traslosheros, director general para Negociaciones Multilaterales y Regionales de la Secretaría de Economía, México no bajará la guardia contra el comercio desleal, enfatiza, pero cada vez quiere considerar a China como socio en vez de rival.

El gobierno mexicano, dice, quiere que más empresas chinas se instalen aquí para aprovechar la cercanía geográfica con Estados Unidos, mientras firmas mexicanas ­como Vitro (vidrio), Imsa (acero), Gruma (harina y tortillas)­ han expresado la intención de instalar plantas en China. "Previendo este escenario, los dos gobiernos decidieron iniciar negociaciones para un acuerdo de protección de la inversión," añadió.

México busca inversión en áreas como la manufactura de televisores de alta definición. "Nos interesa atraer proyectos de alta tecnología, que necesitan mano de obra más calificada", indica Traslosheros.

Sin duda, enfatiza, la "ineludible" ventaja de la cercanía del mercado estadunidense será un gran atractivo para los chinos, pero el mercado mexicano también es interesante por tener el ingreso per cápita más alto de América Latina.

Aunque la agenda mexicana en sus pláticas con China incluye el impulso al comercio y a la inversión, tampoco se olvidan las diferencias habidas. Cuando el presidente Hu Jintao visitó América del Sur, los países de la región se apresuraron a prometer que iban a declarar a China como "economía de mercado", etiqueta que, bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio efectivamente libra al país de toda acusación de prácticas desleales.

México no tiene prisa para seguir el ejemplo de sus vecinos del sur. "En todo caso, si China quiere demostrar el estatus de economía de mercado, puede hacerlo. Pero nosotros de manera unilateral consideramos que no podemos hacerlo," expresa Traslosheros  §

callechina

OXIGENO PARA UN MODELO AGOTADO

Durante una visita de 20 días por cuatro países, el presidente chino, Hu Jintao, anunció más de 30 mil millones de dólares de inversiones en América Latina. Hu firmó una serie de contratos para proveer las materias primas que necesita la enorme economía de su país para seguir creciendo a todo tren.

Sin duda, los acuerdos traen beneficios para América Latina. Aunque no afectan directamente los intereses de Estados Unidos, tal vez persuadan a Washington de tomar un poco más en serio a una región largamente olvidada. De hecho, Hu coincidió en América del Sur con el presidente George W. Bush y el contraste en sus respectivos recibimientos no pudo haber sido mayor. Pese a que China es la fuerza motriz más importante de la globalización, donde iba Hu no hubo protestas. Al contrario, los funcionarios y empresarios con quienes se reunió se deshicieron en elogios de su persona y su país.

Bush, por el contrario, enfrentó protestas sumamente enérgicas en Chile, donde tuvo que rescatar a su jefe de seguridad de un pleito bochornoso entre guaruras.

En cuanto a las inversiones chinas, la mayoría 舑unos 20 mil millones de dólares舑 serán en Argentina, principalmente en ferrocarriles y la exploración de hidrocarburos. En Cuba destaca un proyecto de níquel 舑importante materia prima de la industria acerera舑 en que la inversión podría alcanzar 500 millones de dólares.

Las inversiones son bienvenidas, sobre todo en países cuyas economías han sido tan golpeadas como las de Cuba y Argentina. Pero tampoco hay que hacerse ilusiones. Aunque sean de bandera roja, los chinos son igual de capitalistas que los europeos y estadunidenses. Invierten para ganar en un mercado global que impone las mismas normas a todos.

Igual se puede decir de los acuerdos de compras de largo plazo de materias primas. Gracias a sus compras de hierro, soya y bauxita, China ya es el socio comercial número dos de Brasil; también compra más cobre a Chile 舑el mayor productor mundial舑 que Estados Unidos.

Mientras esos acuerdos han sido saludados como la 舠salvación舡 de América Latina, o por lo menos de América del Sur, más bien son la salvación de un modelo económico. Por supuesto, las elites empresariales y políticas de la región los han saludado casi con delirio: gracias a los acuerdos, los países sudamericanos pueden seguir siendo exportadores de materias primas para alimentar las industrias de otros, un sistema que ha reforzado los privilegios sin sacar de la pobreza a sus masas. Como la liposucción para una vedette entrada en años, los nuevos acuerdos chinos posponen el día en que esto ya no dé para más  §             RB

 

MENTIRAS PIADOSAS

Sin necesariamente compartir el punto de vista del viejo dicho "hay tres clases de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas", siempre hay que ser cauteloso con las cifras del comercio.

Dos terceras partes, por ejemplo, de las importaciones mexicanas de los países asiáticos son insumos para las industrias de exportación. En efecto, ayudan a que la industria mexicana sea más competitiva.

China no es excepción. A primera vista las cifras comerciales espantan. El año pasado China importó unos 1.7 miles de millones de dólares de productos mexicanos y exportó 9.4 miles de millones, dejándonos un déficit de 7.7 miles de millones de dólares, situando a China como segundo socio comercial después de Estados Unidos. En términos reales, sin embargo, no fue para tanto. Lo que pasa, según funcionarios de la Secretaría de Economía, es que unos 6.3 miles de millones de dólares de nuestras importaciones de China eran refacciones o insumos de productos que se arman aquí para exportar después a Estados Unidos o Europa. Importaciones temporales, pues. Así que las verdaderas importaciones, las que se quedaron en el país, ascendieron a unos 3.1 mil millones de dólares. Sin ­y tal vez este "sin" debería escribirse con mayúsculas­ contar con el contrabando   § RB




ACUERDOS BILATERALES

El presidente chino Hu Jintao reforzó las relaciones económicas con cuatro países de América Latina y, además, aprovechó el viaje para mostrar a China como una nación con creciente influencia y una clara estrategia en la economía internacional.

Argentina, Chile, Brasil y Cuba fueron los países que firmaron con China 39 acuerdos bilaterales relacionados principalmente con el comercio, la inversión, la educación, el turismo y la industria espacial.

La explotación de níquel fue el tema más relevante en los acuerdos pactados con Cuba para abastecer la gran industria china del acero. Ambos gobiernos acordaron, entre otras cosas, una inversión de 500 millones de dólares para la explotación de ese metal y convinieron la creación conjunta de una empresa dedicada a la exploración de los yacimientos niquelíferos de Cuba.

También se acordaron Intercambios en materia tecnológica y facilidades financieras, en los que se incluye hasta un donativo de 6.1 millones de dólares para la adquisición de tela para uniformes de escolares isleños.

Argentina y China pactaron impulsar los acuerdos en materia de educación y turismo, así como la cooperación económica y comercial entre ambos países. Asimismo, decidieron colaborar mutuamente en cuestiones relativas a la agricultura, ganadería, manufacturas, energía, telecomunicaciones, recursos minerales y transporte.

El mandatario argentino Néstor Kichner aseveró que China se ha convertido en el cuarto mayor socio comercial de su país, así como el "mejor comprador" de mercancías argentinas en Asia. Por su parte, Hu Jintao manifestó la decisión de su gobierno de establecer y desarrollar una asociación estratégica con Argentina para fortalecer sus relaciones bilaterales.

En su visita a Brasil, el líder chino acordó una alianza para la construcción, en territorio brasileño, de un gasoducto de mil 300 kilómetros de extensión, el cual tendrá un valor aproximado de mil 300 millones de dólares. El gasoducto servirá para atender la demanda de gas natural de las centrales termoeléctricas del noroeste de Brasil, donde existe la carencia de suministro suficiente de energía.

El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, manifestó que las asociaciones estratégicas se hicieron con la esperanza de que ambos países puedan construir una "nueva geografía comercial" en el mundo. Brasil provee actualmente de enormes cantidades se soya al mercado chino.

Los acuerdos alcanzados entre Chile y China impulsarán la cooperación económica pues implican negociaciones para la firma de un tratado de libre comercio entre los dos países. Además convinieron en apoyar el desarrollo turístico e impulsar la inversión en el sector minero.

Karla Torrijos


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