Las micro,
pequeñas y medianas empresas son el sustento del aparato
productivo nacional y del empleo. Sus propietarios consideran que los
organismos de la iniciativa privada no los representan. Tampoco quieren
seguir afiliados a ellos. "Los grandes empresarios sólo se
representan
a ellos mismos", expresan. Están en busca de voz propia.
María de
la Luz González
Son la base de la economía nacional, pues generan 52 por
ciento del producto interno bruto (PIB) y 71.9 por ciento del empleo
total; no obstante, las micro, pequeñas y medianas empresas
(Pymes)
tienen nula representación en los organismos empresariales, de
los que
se deslindan y a los que reclaman falta de apoyo.
"Por supuesto que no nos
representan ni queremos que lo hagan.
Ellos se representan a sí mismos, a los grandes empresarios y a
sus
intereses. Se instalan en los programas institucionales y se quedan con
los convenios", aseguró en entrevista Pedro Salcedo
García, presidente
de la Asociación Latinoamericana de Micro, Pequeños y
Medianos
Empresarios (Alampyme).
Con un padrón de casi 3.5
millones de miembros, las Pymes, sostiene
Salcedo, han tenido que organizarse y buscar canales propios de
promoción ante la falta de impulso a sus proyectos por
organismos, como
la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio
(Concanaco), Cámara
Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) y
Confederación
de Cámaras Industriales (Concamin), cuyos dirigentes
están más
enfrascados en el debate político del país que en el
desarrollo de
programas para apoyar a los micro y pequeños empresarios.
"Todos los líderes
empresariales están cortados por la misma
tijera. Es una camarilla que secuestra a una asociación y no se
abre
para nosotros, no dan los servicios que deberían brindar:
asesoría,
bolsa de trabajo, relaciones gubernamentales. Se han burocratizado y
hasta cierto punto amafiado, y les interesa más ir a Los Pinos
para
promover sus negocios personales que ponerse a trabajar", afirmó
Salvador Ortega, presidente de Parque Industrial Iztapalapa, que agrupa
a 200 pequeñas empresas.
Para Adolfo Valles
Septién, vicepresidente de la Asociación
Industrial y Empresarial Tlalnepantla, que agrupa a mil 354
pequeñas
empresas, los dos únicos organismos de consulta que,
constitucionalmente, deben existir en el país son la Concamin y
la
Concanaco que, en teoría, deben representar a todas las empresas
sin
importar su tamaño.
Sin embargo, afirmó, no
ha sido así, pues la cúpula empresarial
sólo actúa como legitimador de las acciones del gobierno
en turno y
contra el pueblo. "Nuestra voz nunca ha contado", manifestó.
"El Consejo Coordinador
Empresarial no tiene representatividad; la
Confederación Patronal de la República Mexicana es un
sindicato
patronal que debe desaparecer o cambiar de giro, al igual que el
Consejo Nacional Agropecuario, y el Consejo Mexicano de Hombres de
Negocios es un absurdo, pues sólo agrupa a los hombres y
empresas más
ricos del país.", consideró.
La falta de apoyo de la
cúpula empresarial ha obligado a las Pymes
a buscar esquemas propios de promoción, tanto en los gobiernos
estatales como municipales y en las delegaciones del Distrito Federal.
Como resultado de ese trabajo,
que desarrollan desde hace unos ocho
años, las asociaciones de libre afiliación integradas por
la pequeña
empresa ya participan en foros y espacios que están al alcance
de sus
afiliados con cuotas menores hasta en 40 por ciento a las que cobran
los grandes organismos empresariales a sus socios "que son imposibles
de cubrir para una micro y pequeña empresa", explicó
Alejandro Salcedo,
director del Centro de Desarrollo Empresarial de la Alampyme.
Sin embargo, reconoció,
todavía falta mucho por hacer en cuanto a
organización de los micro y pequeños empresarios, pues de
los 3.5
millones que están registrados, apenas la mitad está
afiliado a la
Alampyme o alguna otra asociación. El resto lucha solo para
subsistir
en medio de la burocracia y las cargas fiscales cada vez mayores que
abruman a este sector de la economía.
Elías Vanegas
Velázquez, director ejecutivo del Instituto Nacional
de Recicladores (Inare), organismo que cuenta con mil 200 empresas
asociadas en el país, destacó que la mayoría de
los micro y pequeños
empresarios han estado afiliados a alguno de los organismos
cúpula y
terminaron por abandonarlos, principalmente por problemas fiscales y la
falta de apoyo de las cámaras.
"Las cámaras atienden
asuntos propios. Los líderes están más
dedicados a hacer política y no consideran importantes a los
micro y
pequeños empresarios; no nos promueven ni generan
información confiable
del sector. En las condiciones en que están, ya agotaron su
razón de
existencia", consideró.
Anuncian batalla legal
La Alampyme y las demás
asociaciones de libre afiliación integradas
por la pequeña empresa se preparan para dar una nueva batalla a
los
organismos empresariales, a los que acusan de abrir un frente para
tratar de controlarlas mediante las reformas a la Ley de Cámaras
Empresariales y sus Confederaciones, aprobada por la Cámara de
Diputados el 4 de noviembre pasado.
Las reformas buscan hacer
obligatorios la inscripción y el registro
en el Sistema de Información Empresarial Mexicano (SIEM) en la
cámara
que corresponda para todas las empresas, lo cual no obligará al
pago de
cuota de afiliación, pero sí al del registro.
El presidente de la Alampyme,
calificó la medida de
anticonstitucional y anunció que las Pymes promoverán los
amparos
correspondientes, en caso de que el Senado también apruebe las
modificaciones, pues la imposición de un registro innecesario
atenta
directamente contra el frágil equilibrio, sobre todo, de las
micro
empresas.
"¿De cuánto dinero
se van a hacer las cámaras al obligarnos a
registrarnos ante el SIEM?" Se trata de una concesión
económica que el
gobierno está dando a unos cuantos, que supuestamente nos
representan
cuando no es así", cuestionó.
Destacó que el registro
duplica una función que corresponde a la
Secretaría de Economía y que la información sobre
las empresas del país
debe ser manejada por el Estado.
También expuso la
inconformidad de los pequeños y micro empresarios
con la amenaza de una multa de 200 a 600 salarios mínimos a
quienes
incumplan con el registro o proporcionen información incorrecta
o
incompleta, prevista en el artículo 40 de la citada ley, y que
se
impondrán a denuncia expresa de las cámaras "aquellos que
dicen
representarnos y defendernos"
Alfonso Otero Torregrosa,
presidente de la Asociación Nacional de
Industriales de la Transformación, sostuvo que las reformas son
el pago
del gobierno federal al apoyo que ha expresado a sus proyectos la
cúpula empresarial y una forma de dar oxígeno a estos
organismos,
agobiados por las deudas.
De cualquier forma, las
asociaciones integradas por Pymes están
dispuestas, una vez más, a dar la pelea y solicitar los amparos
que
sean necesarios una vez que la ley se publique §
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