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México D.F. Lunes 22 de noviembre de 2004

Javier Flores/II

Clonación humana en la ONU

La 59 Asamblea General de la ONU, que concluyó hace algunas semanas, se realizó en un contexto mundial caracterizado por cambios favorables a la investigación en células embrionarias y clonación terapéutica. Este año, por ejemplo, Hwang y colaboradores en la Universidad Nacional de Seúl, Corea, realizaron el primer reporte de clonación de embriones humanos para la creación de líneas celulares con fines terapéuticos, y en el Reino Unido la Human Fertility and Embriology Autority aprobó el primer protocolo para realizar investigaciones con células troncales humanas, obtenidas por transferencia nuclear, orientadas al tratamiento de la diabetes. Además, se ha transformado aceleradamente el mapa mundial de las naciones en las que ya existen leyes o guías para la investigación de embriones humanos o que la realizan de facto, que para este año se ha incrementado a 41 países. Quizá éstas son algunas razones que llevaron al bloque Costa Rica-Estados Unidos-Vaticano a pasar por encima de la resolución del sexto comité para tratar de acelerar este año la prohibición global a todas las modalidades de clonación humana. Pero el intento nuevamente fracasó. Después de dos días de debate no fue posible llegar a acuerdos.

Sin embargo, si bien en Nueva York no se produjo ningún avance, en México se manifestaron algunos hechos importantes. En los días previos a las sesiones en que se discutió el tópico, decenas de organizaciones adherentes a Provida (por cierto, este grupo ha quedado por ahora muy limitado para participar directamente en el debate, debido a que enfrenta una demanda por desvío de recursos públicos) pidieron al gobierno sumarse en la ONU a la iniciativa de Costa Rica. También se hizo realidad la frase que alguien sabiamente anticipó: šfuera máscaras! La Iglesia católica en nuestro país por fin tomó directamente en sus manos la lucha contra la clonación terapéutica, y ahora los obispos publican comunicados para presionar al gobierno, se crean comités de bioética, hay cabildeo entre los legisladores y se polemiza en la prensa. Esto es algo positivo, pues permite conocer directamente la posición de un sector de la sociedad mexicana, que por cierto no incluye a todos los católicos.

Pero en medio de esta presión de los sectores conservadores, Ƒcuál fue la posición adoptada por la representación mexicana? Juan Manuel Gómez Robledo reafirmó, en su intervención del 22 de octubre pasado en la ONU, lo que expresó el año anterior, pero añadió algo de gran significación. Al referirse al tipo de resolución a la que se podría aspirar, señaló: "... el instrumento debe estar dirigido a ser uno que prohíba totalmente la clonación reproductiva y que establezca estándares para otros tipos de clonación humana", y propuso un proceso de tres etapas para avanzar hacia un consenso. Esto está realmente muy lejos de la iniciativa de Costa Rica. Nuevamente se puso de manifiesto la independencia que ha caracterizado en sus mejores momentos a la política exterior de México, que no debe estar sujeta a presiones, ni de adentro ni de afuera, y que busca contribuir a la solución racional de las controversias entre las naciones.

En el contexto internacional, al parecer el Vaticano se va quedando solo. Cuenta con una alianza con Estados Unidos, que es volátil, pues si bien el triunfo de George W. Bush en las pasadas elecciones parece significar el fortalecimiento de una postura conservadora, en ese país existe una vigorosa comunidad científica que busca no quedarse atrás en el avance del conocimiento en este campo (cabe recordar que en Estados Unidos se realiza investigación en algunas líneas celulares embrionarias, aprobadas por el propio Bush). También cuenta la presión ejercida por enfermos y sus familias, quienes no dejan de insistir en la eliminación de las trabas a la investigación en el área de la clonación terapéutica; y un curioso fenómeno, que se ha manifestado en años recientes, en el que legisladores identificados con las posiciones de Provida y acérrimos enemigos de la causa del aborto se han manifestado en favor de esta modalidad de la clonación. Pese al triunfo republicano, la historia sobre la clonación humana no está escrita todavía en ese país.

La postura del Vaticano cuenta con el respaldo de un numeroso conjunto de países en desarrollo, como las naciones de Africa y América Latina y el Caribe. En nuestro continente se ha integrado dentro de esta postura a naciones como Antigua y Barbados, Chile, Costa Rica (que actúa como vocero), El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Saint Kitts y Nevis, entre otros. Se trata de países que combinan un escaso desarrollo educativo y científico (con excepción de Chile), con una influencia determinante de la Iglesia católica en sus políticas locales e internacionales.

Brasil, la nación del continente con mayor inversión en ciencia y tecnología, forma parte del grupo de países que respaldan abiertamente el proyecto encabezado por Bélgica, favorable a la clonación con fines terapéuticos. Otras naciones de la región han logrado escapar a la presión vaticana, como Colombia, Jamaica y Perú, pues no han respaldado su proyecto de resolución y en las votaciones determinantes en el seno de la ONUİ como la realizada en el sexto comité, han optado por la abstención. Dos países, Argentina y Venezuela, que no están integrados a ninguno de los dos bloques, votaron en esa ocasión en forma diferente: el primero, al igual que México, en contra de la postura del Vaticano, y el segundo en el mismo sentido que Costa Rica y Estados Unidos.

México, a pesar de ser también un país en desarrollo, guarda una diferencia muy importante con todas las naciones de la región. Tiene una historia caracterizada por la conquista de una distancia con respecto a los intereses de la Iglesia católica. A lo largo del tiempo, nuestro país se ha consolidado como un Estado laico.

Todo lo anterior permite arribar a algunas conclusiones preliminares:

1. Existe enorme división en la comunidad internacional y por ahora no es posible establecer una regulación de la clonación humana a escala global. 2. Aunque existen claramente puntos sobre los que existe consenso, como la prohibición de la clonación con fines reproductivos, hay naciones y sectores que buscan imponer un criterio "todo o nada", que profundiza las diferencias e impide avanzar en la regulación. 3. La carencia de un acuerdo mundial deja a cada nación la responsabilidad de establecer su propia normatividad. 4. La investigación con células embrionarias y en el área de clonación terapéutica avanza a pasos acelerados en el mundo. 5. Dentro de lo mejor de la tradición de la política exterior de México, nuestro país ha mantenido una postura independiente que no está sujeta a presiones. 6. México deberá construir por sí mismo su propia legislación sobre clonación humana, desde la perspectiva de un Estado laico.

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