Juan Domingo Argüelles LA POESÍA MARINA DE MARCOS DAVISON
En la poesía de Davison hay un goce especial por evocar e invocar las cosas esenciales, y tratándose del elemento marino, cada breve poema es un pequeño universo perfectamente trazado en imagen plástica y a la vez lírica. Muestra de ello es el siguiente "Sitio marino": "Expuestas al sopor de lo ya visto/ las olas se atragantan/ del mar que las inunda./ El mar no sabe nada/ y no se recupera./ Apenas queda un eco cuando pasa." Para Marcos Davison, "las palabras revientan como espuma/ contra el duro peñasco de la página", y cada momento de contemplación o de acción frente al mar, y dentro del mar mismo, remite al juego pero también a la reflexión; al canto, pero también al pensamiento; por ello, al describir las playas, el poeta escribe: "Estás encima de una ola gigantesca/ hecha de material diverso,/ delirio, metal, plástico, miedo./ Puedes contemplar la playa/ que alguna vez creíste el mejor sitio/ como lo que es en realidad:/ una playa,/ una playa dentro de otras infinitas playas/ flanqueadas por mares infinitos/ en series de planetas que no acaban/ dentro de sistemas dentro de galaxias/ dentro de universos dentro de la mente/ que imagina playas." Davison publicó su primer libro, Narciso (México, El Tucán de Virginia), en 1995, con poemas escritos entre 1990 y 1992. En este volumen inicial, el autor incluye algunos textos que ya dejan ver el tema y la búsqueda obsesiva de Surf, como en el siguiente monólogo de Narciso: "Finjo la transparencia como el agua,/ mis gritos verticales/ tocan la superficie:/ son burbujas que estallan/ y se sumergen en el cielo./ Salgo empapado tras buscar miradas./ Me seco al aire./ El aire no contiene su volumen,/ finge, como yo, la transparencia./ respiro su temblor acumulado,/ tirito, como él, ante la duda." En su segundo poemario, Residuos de la voz (México, Las Impurezas del Blanco, 1998), Davison reincide una y otra vez en su pasión por el mar, como en esta "Ruta marina": "Va el alma tras el mar y tras el alma/ ningún cuerpo, la voz sencillamente,/ como un barco invisible que bordea/ penínsulas intactas y baldías/ en busca de palapas o de puertos./ Encallan las palabras en la brisa./ Naufragio inevitable. Viaje mudo/ a través de una ruta silenciosa/ desierto de sonoros espejismos/ que une la voz al mar y el mar al alma." En ese mismo volumen nos entrega este "Mar vacío": "Dentro hay sal y sal afuera/ disuelta en agua soñolienta./ Mueren de sed las olas,/ el mar no llega a tiempo./ Las redes pescan sombras/ y los peces nadan en lo hueco." No toda la obra poética de Davison tiene al mar por protagonista, pero el autor no oculta su predilección por el ambiente marino que, en su caso, es más una obsesión plenamente sentida que un tema puramente literario. En todo caso, para el poeta el mar puede ser también una especie de prado, cuando, por ejemplo, se pregunta: "¿Son olas estas crestas o son frondas?" El poeta de Surf, Narciso y Residuos de la voz ha venido insistiendo en aquello que lo nombra y lo llama; ese ámbito donde se siente más a sus anchas; ese ambiente que recrea sobre la playa de la página, porque para él, como escribiera en su segundo libro, "somos una playa/ donde cada granito equivale a una letra". En un ensayo reciente, en el que reflexiona sobre la dualidad de su ejercicio poético y pictórico, Davison expone una certeza de las que muy pocos artistas tienen siquiera una noción: "La vida es mejor que lo que podamos decir de ella", de ahí que escribir un poema sea "traducir una experiencia a términos lingüísticos o artísticos". Para Davison, la pintura está en la paleta y no en el tema, del mismo modo que el poema reside en las palabras, "que son a su vez la experiencia, la visión, la invocación". La siguiente confesión encierra
todo el propósito del poeta y pintor: "Yo no busco mucho. Yo espero.
Y escribo y pinto mientras espero", porque "la belleza, cualidad que el
arte persigue, no es otra cosa que la realidad". Pocos artistas jóvenes
tienen tan clara su vocación y su destino. Marcos Davison hace una
obra de palabra y color para mostrarnos que la belleza es real.
|