La Jornada Semanal,   domingo 24 de octubre  de 2004        núm. 503
 
Carta abierta 
a un amigo en E.U.

Ricardo Bada

Mr.
Rolando Hinojosa*
University of Texas, Austin
Querido Rolando:

A menos de un mes de las elecciones presidenciales en tu país, y leyendo lo que se escribe acerca de sus posibles resultados, parecería como si ustedes todavía no lo tuviesen muy claro, y eso me extraña. No en vano se trata de la nación de Jefferson, de Lincoln, de Franklin D. Roosevelt, y si me apuras hasta de Kennedy. Sin embargo se diría que sólo se acuerdan de las inferiocridades a lo Hoover y de las innobles triquiñuelas de un Nixon.

¿Existe de a deveras la posibilidad de que sea reelegido un cobarde y un mentiroso, además de ser un farsante que no se atrevió a vestir uniforme militar cuando había que pelear en Vietnam, aunque sí siendo presidente y protegido por todo un portaaaviones, cosa que nunca se le pasó por la cabeza ni siquiera a un militar de profesión, como Eisenhower, quien hubiera podido hacerlo con todo derecho? ¿Existe la posibilidad de que sea reelegido alguien que intentó venderles el pescado podrido de un pavo de cartón piedra, nada menos que en el Día de Acción de Gracias? ¿Hasta qué punto se han vuelto amnésicos y/o manipulables tus compatriotas? 

Sabes de sobra que soy un europeo atípico, es decir, alguien a quien Europa le importa como idea, no como mercado. De la misma manera me importa mucho Estados Unidos, al que debo gran parte de mi bagaje cultural: no puedo imaginar mi vida sin haber leído a William Faulkner y a Nathaniel Hawthorne, ni sin haber dedicado horas y horas a escuchar jazz, ni sin amar como sabes que lo hago esa intrahistoria maravillosa de un Hollywood que no tiene nada que ver con el glamour sino con la resistencia civil. Mejor dicho, sí podría imaginar mi vida sin todo eso, pero el empobrecimiento sería tanto que me estremece nada más pensarlo.

Pues bien, como europeo atípico te diré que encontré imperdonable el que ustedes autorizaran tácitamente al cowboy y a su Rambosfeld para que nos insultasen en público, al resto de los ciudadanos del mundo: no porque semejante actitud no sea propio de gente de su calaña, sino porque lo hacían en nombre de ustedes y hasta contando de antemano con vuestro aplauso. 

Me refiero a la explicación que dieron cuando salieron a luz los escándalos de las vejaciones a los presos en Irak y en Guantánamo, esa explicación con la que se sacudieron de encima su responsabilidad personal para descargarla, como siempre, en los subalternos que carecen de inmunidades tras las que esconderse. ¿Te acuerdas todavía de la explicación que dieron? Que se trataba de "una conducta no americana" (unamerican behaviour). 

"Una conducta no americana." ¿Qué fue, pues, entonces? ¿Árabe, africana, asiática, latina, europea? ¿Y qué bendición del Espíritu Santo es la que hace americana una conducta digna, y por consiguiente indignas las demás? ¿Es acaso así, para ustedes, que el que no se porta como un americano es un cerdo?

Si en ese momento no estalló un movimiento de vergüenza colectiva en tu país, ello significa que la manipulación de tus compatriotas ya ha alcanzado cuotas sospechosas de plusmarca mundial en el Guinness Book of Records.

Confieso además mi íntima repulsión por un conciudadano tuyo, por muy presidente que sea, cuya cara –no sé si te has fijado en ello– es la de alguien que está queriendo contar un chiste sin saberlo bien ni recordarlo íntegro, y lo que es peor, sin tener gracia para contarlo. Provoca arcadas cada vez que abre la boca. Y conste que tengo una grandísima resistencia a las náuseas: date cuenta de que sobreviví a las que me provocaba Franco, que estuvo firmando sentencias de muerte dos meses antes de que Allá Arriba firmasen la suya. 

Quede claro que no creo que Kerry sea un bálsamo sanalotodo que pudiera hacernos olvidar estos cuatro años de ignominia. Pero francamente, si yo fuese americano, entre Bush y él no tendría ni que pensarlo. 

Last but not Bush: habría algo positivo en el hecho de que lo reeligieran. Ello sería una buena demostración de que también ustedes se cuentan entre los animales que tropiezan dos veces en la misma piedra. Y nada menos que en siglo xxi, con lo que estarían asimismo demostrando que vamos de vuelta hacia la Edad de la (misma) Piedra. Un retroceso histórico, a fe mía.

Cordialmente, desde Colonia, tu siempre amigo.
 

* Rolando Hinojosa es uno de los más grandes escritores estadunidenses en lengua castellana, alguien a quien su edad nos autoriza a llamar patriarca de las letras chicanas. Ya quisieran muchos patriarcas alcanzar esa edad con el ánimo tan juvenil. Vale.