356 ° DOMINGO 17 DE OCTUBRE DE 2004

 ¿Fin de una franquicia electoral?
Radiografía
del (partido) Verde

Daniela Pastrana

¿Cuánto vale el Partido Verde Ecologista de México? En un país fraccionado, donde los votos de los partidos pequeños cobran singular importancia, el del tucán ha mantenido al alza su porcentaje electoral desde 1997. Sus críticos dicen que está sobrerrepresentado, pero el año pasado sus votos permitieron al PRI ganar una veintena de distritos. Los recientes escándalos de corrupción, empero, mermaron su imagen y, ahora, prevén los expertos, el PRI tendrá que evaluar si este negocio familiar le sigue siendo útil
 
 
p-video-ezln-fil-guad
Madrazo y el Niño Verde. ¿Hacia el voto inútil?
Fotografía: Víctor Camacho
ES, DICEN SUS CRITICOS, el partido con mayor sobrerrepresentación en México. Sus votos no se corresponden con el número de diputados federales (17) y senadores (cinco) en el Congreso, mucho menos con el financiamiento que recibe del Estado (cerca de 400 millones de pesos para las elecciones de 2003). Pero en un país fraccionado, donde los votos de los partidos pequeños cobran importancia frente al desgaste de los mayoritarios, ha logrado venderse como el partido que puede definir elecciones.

Es el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), uno de los pocos partidos verdes de corte conservador en el orbe, cuyo origen está ligado al ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

El mismo instituto que en 2000 convenció al PAN de que podría ayudarlo a ganar la carrera presidencial, poniendo sobre la mesa el 8% de los votos que obtuvo tres años antes en la campaña por la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, la ciudad más politizada del país, y que ha logrado mantener al alza desde entonces (de 3.8% en las elecciones federales de 1997 pasó a casi 6% en 2003 en alianza con el PRI en 11 estados).

¿Cuánto pesa el PVEM?

Si nos atenemos a los resultados del año pasado, mucho. El PVEM le dio el triunfo al PRI en 20 distritos en los que compitieron juntos y le hubiera dado otro tanto si la alianza que hicieron en 11 estados se hubiera extendido a otros seis, donde la competencia fue cerrada. Aumentó su votación nacional y se consolidó como la cuarta fuerza política nacional.

Sin embargo, los escándalos de corrupción de su dirigente y actual senador con licencia, Jorge Emilio González Martínez, que se desataron en febrero pasado, parecen haber sido un golpe mortal para el partido del tucán.

"Su voto de 2003, de más de 5%, es un porcentaje importante, que podría inclinar en uno u otro sentido la votación. Pero después del escándalo de los videos las encuestas parecen situarlo en 1%, lo que implicaría que ha sido un golpe muy fuerte", explica José Antonio Crespo, investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y estudioso de los partidos en México.

"El PRI mantiene la alianza con el PVEM en las regiones para alimentar una posible alianza en 2006, pero tendría que evaluar muy bien si le conviene", dice.

***

Según Crespo, el PVEM es un partido sobrerrepresentado. "En 2000 tuvo mucho más de lo que le correspondía. Las encuestas dicen que fue el voto útil, que venía de la izquierda o del PRD, el que realmente le dio a Vicente Fox los puntos que necesitaba para ganarle al PRI. No está muy claro que el voto del Verde hubiera sido decisivo."

En este punto coincide Agustín Porras Macías, investigador de la UAM Xochimilco, quien ha estudiado el voto duro de los tres partidos mayoritarios (PRI, PAN y PRD), siguiendo su comportamiento electoral en los 300 distritos federales:

"El Verde es un partido con muy poco voto duro, que tiene un peso relativo. El dato de la elección presidencial de 2000 está revuelto, pero lo que está claro es que fue el voto útil que venía de la izquierda el que le dio el triunfo a Fox."

El PVEM, aseguran ambos, no hubiera conseguido por sí mismo los espacios que logró en la Cámara de Diputados y en el Senado gracias a la Alianza por el Cambio. "Le compraron carísima su alianza", dice Crespo.

Aunque la votación del Verde entre 1997 y 2003 creció incluso en los distritos en los que compitió solo, no es un partido con presencia nacional. Tiene una fuerza relativa en estados como Baja California, Chiapas, Distrito Federal, Jalisco, Michoacán, Morelos y Quintana Roo, pero inexistente en Colima, Durango, Guerrero, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Zacatecas y Yucatán.

Su poder depende de lo cerrada que esté la competencia electoral entre los otros partidos. "En un momento de entrampamiento, sus pocos votos pueden inclinar la balanza para uno u otro lado", dice Crespo, quien está convencido, sin embargo, de que en las condiciones actuales el PVEM no tiene nada que ofrecer. "Si el PRI se decide a aliarse con él (en 2006) funcionaría un poco como apéndice."

–¿Qué gana el PRI?

–Regalarle escaños al Verde. Puede voltearse como lo hizo por el PAN, no sé: al ratito también se hace de izquierda. Ellos (los del Verde) son negociantes políticos, no son un partido.

***

Cosas de la política: para sacar al PRI, el PAN echó mano de un partido cuyo origen está ligado al PRI, y que a la primera de cambio se deslindó del gobierno de Vicente Fox y ahora es aliado del PRI para ganarle al PAN.El PRI, explica Porras Macías, es el partido que mayor voto duro tiene en el país. "Es impresionante: desde 1997 el PRI repite en 51% de los 300 distritos", dice el investigador.

En esas condiciones, se presenta como el partido más poderoso, en términos de estructura, para las elecciones presidenciales de 2006. Porras lo define así: "El PRI es un partido de Estado y ha resistido porque en el ámbito local la gente está organizada en torno al PRI y nadie se ha propuesto desmantelarlo". No obstante, ha ido perdiendo terreno.

Todavía en 2003, Veracruz fue el bastión de votos priísta, pero en las elecciones para la gubernatura la elección se partió en tres. Es ahí donde partidos como el PVEM (que en 1994 no llegó a 1%) cobran importancia.

En 2003 ya se había consolidado como la cuarta fuerza política nacional, aunque su habilidad para vender su porcentaje electoral no ha sido la misma para consolidar una estructura interna.

"El Partido Verde no tiene estructura, simplemente engatusó durante varios años a gente de buena voluntad, que creía que eran ecologistas –afirma Crespo. Pero es cuestión de imagen, y si el golpe (de los videoescándalos) es tan duro como parece, no va a poder levantarse de aquí a que se integren las coaliciones."

El PVEM en 10 actos

1. El internacional.
 
 
El Niño. ¿Y cuánto nos va a tocar?
Fotografía: Cortesía de Televisa
Jorge González Torres invirtió muchos recursos en la creación de la Federación de Partidos Verdes de Africa. Tanto, que pagó viajes a algunas delegaciones para que estuvieran presentes en la reunión de la Global Verde, en Australia, en 2001. El dinero –juró a sus asesores– salió de su bolsillo. Pero no era un acto de solidaridad con el continente más pobre del planeta.

La Iglesia católica, de la cual su hermano Enrique es destacado representante, tenía interés en frenar el avance de las causas progresistas de los partidos verdes (el de México es uno de los pocos partidos verdes conservadores en el mundo), así que González Torres mandó a sus delegados con instrucciones específicas. Cuando se votó la defensa de las uniones homosexuales, México y tres países africanos (Níger, Chad y Malí) emitieron su voto en contra. El argumento que dio el entonces presidente del PVEM a sus discípulos fue de antología: "México es diferente (de los europeos), es un país católico. Quizá en 40 años podamos votar a favor, pero ahora no."

2. El místico.

"Ecologista es el pueblo, ecologistas somos todos." Así definía su función al frente del PVEM Jorge González Torres, quien también solía definirse como un "constructor exitoso", protegido "por Dios y por la Virgen", que dejó los negocios cuando surgió su "evolución a ecologista".

Pero lo que realmente se extraña del patriarca y fundador del Partido Verde, yerno del ex gobernador tamaulipeco Emilio Martínez Manautou, es su convicción mística. Todavía hay quienes recuerdan que, en un principio, González Torres intentó iniciar las asambleas de su partido con una meditación. El líder decía que lo guiaban unos guerreros y no permitía los aplausos porque "generaban malas vibraciones".

3. Los disidentes.

En las elecciones de 1991 el PVEM compitió con el nombre de Partido Ecologista Mexicano (PEM). La tensión que generó el rechazo de los dirigentes en el DF, Gabriel Sánchez Díaz, y en el estado de México, León Konik, para aceptar la imposición de candidatos hizo crisis el día de la elección. Estas entidades concentraron 88% de los votos que obtuvo el partido en todo el país, y particularmente en el Distrito Federal, el partido consiguió 5% de la votación nacional, por lo que le corresponderían tres asambleístas.

González Torres organizó una asamblea en la que –según las versiones periodísticas– hubo gente armada y expulsó a la directiva capitalina bajo tres cargos: no saber andar en bicicleta, no abrazarse a los árboles y no caminar sin zapatos sobre el pasto.

La entonces Asamblea de Representantes del DF, constituida en Colegio Electoral, decidió por su parte que, como el PEM no había alcanzado 1.5% de la votación nacional, no le correspondían los tres asambleístas, entre quienes estaba el destituido dirigente del DF.

Después se supo que el propio González Torres había maniobrado para que no le dieran esos espacios, que se repartieron entre PAN, PRD y Frente Cardenista. Prefería perder el registro, dijo.

4. Los constructores.

La revista Vuelta definió la pugna entre los integrantes del partido ecologista como una lucha entre la democracia y el caciquismo: "Si se impone el sector de Jorge González Torres sobre el de Gabriel Sánchez Díaz, la suerte estará echada para los ecologistas."

Años después, el ex regente capitalino (y ahora diputado del PRD) Manuel Camacho Solís reconoció en una entrevista que había ayudado a González Torres en la formación de su partido (Unomásuno, 20/12/98). La participación de Camacho Solís y de Fernando Gutiérrez Barrios (ex secretario de Gobernación) en la construcción del PVEM es reconocida por muchos ex militantes que vivieron ese proceso.

–¿Qué buscaban Carlos Salinas o Camacho Solís dándoles el apoyo? –le preguntaron en 2001 a Miguel Valencia Mulkay, del Foro Regional Ecologista del Valle de México.

–Bajarle votos al PAN en algunas zonas y quedar bien a escala mundial, porque la moda en Europa era la ecología y se quería dar la imagen de que México estaba en la democracia y hasta tenía un partido ecologista.

5. Las facturas falsas.

En 1997, González Torres fue candidato al gobierno del Distrito Federal. El PVEM recibió más de 19.5 millones de pesos de prerrogativas del IFE.

Una buena cantidad de ese dinero se gastó en una provechosa campaña mediática: "No votes por un político, vota por un ecologista". Pero 16 facturas en las que se contabilizaban más de 11 millones de pesos estaban alteradas (Milenio Semanal, 09/02/98). La investigación reveló "infinidad de facturas alteradas", entre ellas una por 90 mil pesos con la que se compraron lentejas.

La denuncia por fraude ante la PGR no perturbó al Partido Verde, que gracias a su fructífera alianza con el PAN en 2000 vio incrementadas sus prerrogativas a 400 millones de pesos aproximadamente en 2003.

6. La sucesión.

En noviembre de 2001, después de 10 años al frente del PVEM, Jorge González Torres decidió ceder el cargo. Organizó entonces una asamblea en la que sólo fueron convocados 39 delegados. El presidente del partido les había anunciado a todos ellos su interés de que su sucesor fuera su hijo, Jorge Emilio. Pero aún así, quiso asegurarse.

El 16 de noviembre, en Palenque, Chiapas, los delegados depositaron su voto en una urna transparente, enfrente de la cual se instaló González Torres para conocer el sentido de cada voto emitido.

7. Los estatutos.

En septiembre de 2003, el Consejo General del IFE ordenó al PVEM modificar sus estatutos y le dio un plazo de seis meses para repetir la elección de sus directivas nacional y estatales. La determinación ofendió a Jorge Emilio González, quien se quejó de una supuesta campaña en su contra por parte del gobierno federal. La batalla legal continúa, pero los estatutos que rigieron durante años en ese partido quedarán asentados como una joya del México moderno.

Un breve repaso:

Art. 12, fracción I: "La Asamblea Nacional será convocada por el Presidente del Partido Verde Ecologista de México..."

Art. 12, fracción II: "Para que la Asamblea se considere legalmente instalada deberán estar presentes, por lo menos: El Presidente Nacional del Partido Verde Ecologista de México..."

Art. 12, fracción III: "Para que las resoluciones de la Asamblea Nacional sean válidas, deberá estar presente el Presidente de la Comisión Ejecutiva Nacional..."

Art. 12, fracción V [por si alguna veta libre dejaran los postulados anteriores]: "Las resoluciones de la Asamblea podrán ser vetadas por el Presidente del Partido Verde Ecologista de México..."

El Presidente también puede nombrar a su gusto a los integrantes de la dirección nacional, según establece el artículo 13: "El Presidente Nacional del Partido podrá establecer las Secretarías que resulten necesarias para la adecuada administración del Partido Verde Ecologista de México."

Los militantes, por su parte, pueden recurrir a una instancia distinta de la asamblea para expresar sus inconformidades. Se trata de la Comisión de Honor y Justicia, presidida a su vez por... el presidente nacional del partido. Faltaba más.

8. Los votos.
 
 
p-video-ezln-fil-guad
El papá verde y Fox en 2000. El voto del marketing
Fotografía: Archivo La Jornada
Después del triunfo de la Alianza por el Cambio, lo menos que esperaba Jorge González Torres era ser nombrado secretario del Medio Ambiente en el gabinete de Vicente Fox. Para ello, confesó en una entrevista (Reforma, 30/07/00), había comenzado a prepararse: "He tomado cursos que se dan aquí en la oficina sobre diferentes aspectos, de ecología, de derecho ambiental, de ésos. Yo me he especializado leyendo, actuando y en cursos. No me he especializado en las universidades, aunque hay gente en el partido que sí". Entre sus asesores, presumía entonces al conductor televisivo Jaime Maussán, a quien definió así: "Tiene mucha experiencia en materia ambiental. Sabe mucho del ecologismo práctico. Su casa es una casa muy ecológica."’

El interés ecológico, sin embargo, no se ha manifestado en la actuación parlamentaria de los diputados de su partido.

Impulsaron, por ejemplo, la modificación constitucional que redujo el requisito de la edad para ser senador de la República a 25 años (casualmente era la edad que tenía Jorge Emilio González cuando compitió por la senaduría en 2000); votaron en contra de que se abriera el disquete donde se encontraba la información de la auditoría al Fobaproa; sus votos en las comisiones dictaminadoras impidieron los juicios políticos en contra de los ex gobernadores Víctor Cervera Pacheco y Roberto Madrazo, y en diciembre pasado se unieron al fallido proyecto de reforma fiscal impulsado por Elba Esther Gordillo.

9. Los videoescándalos.

A cuadro, el senador Jorge Emilio González Martínez considera una oferta de 2 millones de dólares a cambio de "conseguir los permisos" para desarrollos inmobiliarios en Cancún, Quintana Roo, donde gobierna su partido. La difusión del video, grabado por un militante disidente, inauguró en febrero pasado la era de los videoescándalos como arma política.

El Niño Verde no tardó en acusar a la Secretaría de Gobernación (un recurso que aprendió muy bien de su padre) de querer acabar con su partido y recibió el respaldo unánime de la Asamblea General del PVEM.

A las historias de excesos y despilfarros de González Martínez y sus amigos siguió la participación del coordinador de sus diputados, Jorge Kahwagi, en Big Brother y la confusión de su directiva sobre su permanencia en el reality show.

La caída de este partido, dicen algunos estudiosos, es inevitable.

10. Alianzas firmes.

Jorge González Torres, en una entrevista con un diario nacional, 30 de julio de 2000:

–Si Fox nombra a otra persona en la Secretaría (de Medio Ambiente), ¿se mantiene la alianza del Verde con el PAN?

–Absolutamente. La alianza está firme y sólida, porque es una alianza por México, por la ecología, no por un partido. Y eso es clarísimo para los que intrigan (y dicen) que condicionamos una cosa por otra (...) El Partido Verde es honesto y eficiente. Si no fuéramos honestos y eficientes no hubiéramos hecho lo que hicimos en esta alianza y quién sabe si hubiera salido el cambio. No quiero llegar a tantas conclusiones, pero lo hicimos bien, con honestidad, y si no nos creen, pregúnteles a los del PAN.


LA RUTA DEL TUCAN

Según expertos, el voto útil dio más votos a Vicente Fox que su alianza con el PVEM. En 2003, empero, el Verde aumentó su votación nacional. Este es el mapa de su voto duro*
 
 
p-video-ezln-fil-guad 
Aguascalientes: Sus votos en las elecciones de 1997 hubieran inclinado la balanza en dos distritos. En 2000 la Alianza por el Cambio (PAN-PVEM) ganó los tres distritos y en 2003 el PAN repitió el triunfo a pesar de la alianza PRI-PVEM.

Baja California: Es el segundo estado con votación pevemista. En las pasadas elecciones obtuvo 10% de los sufragios y quedó arriba del PRD (6.3%). En 2000 la alianza PAN-PVEM ganó los seis distritos y en 2003 los votos del Verde, que compitió solo, pudieron haber definido cinco de seis a favor del PRI.

Baja California Sur: Prácticamente no existe en este estado. En 1997 tuvo 2.1% de la votación; en 2000 la Alianza por el Cambio perdió los dos distritos y en 2003 la alianza con el PRI tampoco dio resultados (el PRD ganó los dos).

Campeche: No llegó a 1% en 1997. En 2000 la Alianza por el Cambio perdió los dos distritos y en 2003, con el PRI, ganó uno.

Coahuila: Su votación aumentó de 1.9 a 6.5%. En la última elección superó por décimas al PRD. En 2000 ganó, con el PAN, cuatro de siete distritos, pero en 2003 el PRI recuperó todos.

Colima: Tiene 2% del apoyo electoral, pero sus votos hubieran dado al PRI el triunfo en uno de los dos distritos en las pasadas elecciones, el mismo que en 2000 ganó la Alianza por el Cambio.

Chiapas: Tiene relativa fuerza (8.1%). Destaca el distrito nueve, en Tuxtla Gutiérrez, donde obtuvo 26.8% del apoyo en las pasadas elecciones y desplazó al PRI (21%) del segundo lugar. Sus votos le hubieran dado el triunfo al tricolor en este mismo distrito en 1997.

Chihuahua: En 1997 obtuvo 2.6% de los votos; en las elecciones siguientes fue en alianza. Con el PAN ganó seis de nueve distritos y con el PRI siete.

Distrito Federal: Fue la votación más alta del partido en 1997 (8.3%) y ha mantenido ese porcentaje. En 2000 ganó con el PAN 24 de 30 distritos; en 2003 fue solo y superó al PRI en el distrito uno, en Gustavo A. Madero.

Durango: Su votación es pobre (3.25%), aunque en dos distritos supera al PRD. En 2000 ganó con el PAN dos de cinco distritos, pero en 2003 el PRI recuperó todos sin participar en alianza.

Guanajuato: En 1997 tuvo votaciones arriba de 10% en Salamanca y Apaseo. En 2000 y 2003 fue en alianza. Con el PAN ganó 14 de 15 distritos y con el PRI ganó Guanajuato y San Francisco del Rincón.

Guerrero: Tiene nula fuerza en el estado. En 1997 tuvo menos de 1%; en 2000 la Alianza por el Cambio perdió los 10 distritos y en 2003 quedó como quinta fuerza electoral, debajo de Convergencia.

Hidalgo: Tiene 4.8% del apoyo electoral. Con el PAN ganó en 2000 los siete distritos, aunque el PRI los recuperó sin problemas en 2003.

Jalisco: Su votación (8.3%) supera a la del PRD (6.6%). Con el PAN ganó en 2000, 16 de 19 distritos; el PRI recuperó 13 en 2003 y en tres más (Lagos de Moreno y dos de Guadalajara) los votos del PVEM le habrían dado el triunfo.

Estado de México: En 2000 ganó con el PAN 22 de 36 distritos, en cuatro de los cuales (Cuautitlán Izcalli, Tultitlán y dos de Ecatepec) había estado arriba de 8% en 1997. En 2003 la alianza PRI-PVEM ganó 17 distritos, entre ellos los dos de Ecatepec.

Michoacán: Su votación aumentó de 2.4 a 7.76%. Destacan sus porcentajes en Morelia y Uruapan (entre 10 y 14%). En 2000, con el PAN, apenas ganó tres de 13 distritos. En 2003 compitió solo, pero sus votos le hubieran dado al PRI cuatro distritos.

Morelos: Tiene 8.4%. En 2000 ganó con el PAN tres de cuatro distritos; en las pasadas elecciones le hubiera dado al PRI el distrito dos, de Yautepec.

Nayarit: Está debajo de Convergencia, con 4%. La Alianza por el Cambio ganó los tres distritos en 2000, pero el PRI los recuperó en 2003.

Nuevo León: En 1997 tuvo 1.5% y después ha ido en alianza. Con el PAN ganó siete de 11 distritos y con el PRI, 10.

Oaxaca: Tiene 4.5% y está debajo de Convergencia. Concentra sus electores en la capital. Pero los dos distritos que en 2000 ganó la Alianza por el Cambio fueron recuperados por el PRI tres años más tarde.

Puebla: Tiene 6%, menos de dos puntos que el PRD; sus votaciones más altas han sido en la capital. En 2000 ganó con el PAN seis de 15 distritos. En 2003 el PRI ganó 10; el Verde le hubiera dado otro en Atlixco.

Querétaro: En 1997 tuvo 2.9%; después ha ido en alianza. Con el PAN ganó tres de cuatro, y con el PRI perdió los mismos tres.

Quintana Roo: Es el estado con mayor votación pevemista (13%) y está arriba del PRD. Con el PAN ganó uno de dos distritos en 2000, pero el PRI lo recuperó sin problemas en 2003.

San Luis Potosí: Tuvo 1.9% en 1997. En 2000 el PRI ganó cuatro de siete distritos y la alianza con el PVEM no le sirvió de mucho en 2003.

Sinaloa: Tiene 4.5%. Concentra sus electores en dos distritos de Culiacán y uno de Los Mochis. El PRI ha ganado fácilmente las dos últimas elecciones.

Sonora: No llegó a 1% en 1997, después ha ido en alianza. Con el PAN ganó cuatro de siete distritos, y en 2003 en alianza con el PRI recuperó dos.

Tabasco: Prácticamente no tiene presencia (3.2%). El PRI ha ganado sin problemas en 2000 y 2003.

Tamaulipas: Tiene 3.4%. Con Acción Nacional ganó tres de cinco distritos en 2000, pero el PRI recuperó uno sin alianza en 2003.

Tlaxcala: Tiene 5.9%. El PRI ganó los tres distritos en 2000 y 2003.

Veracruz: Está debajo de Convergencia, con 3.4%. Pero hay distritos, como el 15, de Orizaba, donde supera al PRD. En 2000 la Alianza por el Cambio ganó siete de los 23 distritos; en 2003 sus votos le habrían dado al PRI al menos un distrito más, en Huatusco.

Yucatán: Tiene 1.5%. En 2000 ganó con el PAN dos de cinco distritos, pero en 2003 el PAN los volvió a ganar a pesar de la alianza PRI-PVEM.

Zacatecas: Tiene 3.2%. El PRD recuperó los dos distritos que ganó la Alianza por el Cambio en 2000. Una alianza PRI-PVEM en las pasadas elecciones no habría servido de nada en ninguno de los cinco distritos.

* Los porcentajes se refieren a las elecciones para diputados federales en 1997, 2000 y 2003.