La mala alimentación ya es un problema de salud pública

Con sobrepeso o desnutrición, 60% de los niños mexicanos

ALMA E. MUÑOZ

ALa mala alimentación se convirtió en un problema de salud pública en el país. La problemática, según datos de la unidad de Obesidad del Hospital Infantil de México Federico Gómez, debe entenderse desde dos ópticas: el sobrepeso y la desnutrición. Estos casos afectan cuatro y dos de cada 10 niños mexicanos, respectivamente, y presentan cuadros sintomáticos similares: afectaciones en el hígado, alteraciones en las fibras musculares y altos costos financieros para familias y sector público sanitario para, paulatinamente, en plazos largos, volver a nutrir al infante afectado sin provocar su muerte.

El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) dio a conocer que mediante la leche Liconsa los 5 millones de niños que la consumen redujeron su anemia en 25 por ciento y con ello la posibilidad de sufrir padecimientos en su desarrollo mental y crecimiento físico, tras reforzar el lácteo desde hace dos años con hierro, zinc, vitamina C y otros micronutrientes.

Mañana, la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, dará a conocer los resultados de la encuesta que realizó el INSP para saber si la leche Tenutre tiene impacto en sus 5 millones de beneficiarios: infantes, mujeres adolescentes, posmenstruales y en periodo de lactancia y/o gestación, enfermos crónicos, discapacitados y ancianos en condición de pobreza.

La evaluación aplicada a infantes durante un periodo de seis meses refleja que su desnutrición, con el consumo del lácteo, les ayudó a superar deficiencia de talla. En aquellos con edades de uno y dos años, la anemia se redujo 44 por ciento, y en el grupo de 24 a 30 meses, disminuyó 20 por ciento.

El balance demuestra que aquellos que no beben el producto tienen una prevalencia de desnutrición de 54.2 por ciento para los más pequeños, y de 37.8 para el rango de edad siguiente. Lo anterior significa que "durante el año pasado 330 mil 626 menores dejaron de ser anémicos a consecuencia del consumo de leche Liconsa".

Por su parte, el doctor Jorge González Barranco, jefe de la Clínica de Obsesidad del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, lamentó que la "invasión de costumbres alimentarias acentuaran los problemas de desnutrición, cuando la cocina mexicana.

Todos los países, explicó, compartimos los extremos de la desnutrición, pero el tiempo ha demostrado que la tendencia a la obesidad es más alta por la proliferación, especialmente en las áreas urbanas, de "sitios que son verdaderamente hechos para que se muera la gente".

De acuerdo con el especialista, tanto obesos como desnutridos presentan cuadros clínicos similares, como es tener hígado graso. El órgano, explicó, se llena de grasa y contribuye a muchos problemas de salud. El primero porque come más y el otro porque al no tener dinámica suficiente de alimentación, consume su tejido adiposo y después afecta sus músculos.

También presentan alteraciones musculares que les impiden una buena optimización de la energía y al final es necesario brindarles tratamiento paulatino para evitarles problemas, también en el hígado, y en los pacientes con sobrepeso, además, el riesgo de piedras en la vesícula.

Por otra parte, la Secretaría de Desarrollo Social refrendó ayer, en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, su compromiso de seguir impulsando acciones y programas que contribuyan a revertir las condiciones de marginalidad en el país, "con estricto apego a la transparencia y rendición de cuentas".