ANDANZAS

Colombia Moya

El gran ballet ruso Bolshoi

NI LA CAIDA del imperio de los zares, ni la revolución rusa, la perestroika o el desmembramiento de la vasta Unión Soviética, han alterado el destino histórico del ballet Bolshoi de Moscú, porque definitivamente los rusos aman, cuidan y respetan profundamente esta herencia magnífica de una añeja integración cultural, humanística, más allá de los bamboleos de la política, el hambre, la guerra, el sufrimiento y todo tipo de influencia que pueda desviar este esfuerzo ya de siglos, del camino de la belleza perfecta; del solaz espiritual y estético que significa apreciar tanta maravilla que por sí misma desvanece toda demagogia en las fronteras del tiempo; los rusos parecen absolutamente decididos a conservar como una joya invaluable la tradición de, tal vez, el más perfecto concepto y escuela de ballet del mundo.

MIENTRAS POLITICOS, GUERRAS y contrabando van y vienen, causando heridas mortales en la noble tierra rusa por divisiones políticas y religiosas, miles de generaciones de criaturas privilegiadas, angelicales casi, sublimadas e instaladas en la séptima galaxia, el mundo del ballet; han convertido la magnifica herencia de artistas y maestros italianos, franceses y hasta daneses por más de dos siglos y medio en la fuente de la juventud de un pueblo. La eterna frescura de lo bello, lo óptimo, lo genuino dentro de una idea que convierte al ballet ruso en la más antigua pieza viviente del arte del buen bailar. Seguramente, en este joven y tormentoso siglo XXI el ruido atroz de la jauría sangrienta del fanatismo, de la ambición bastarda, de la gloria del sueño de redención y perfección humana; en medio de la carnicería, el ballet ruso permanecerá finalmente como un faro de luz y esperanza en la disonante fealdad de nuestra indefección.

ES IMPORTANTE OBSERVAR este prodigioso fenómeno. Durante la conferencia de prensa para presentar al Ballet Bolshoi, que actualmente se presenta en el "enorme" (lo remarcó una de las figuras del grupo) foro del Auditorio Nacional, una bailarina de la compañía dijo: "Los bailarines hablamos muy poco, pero con todo mi corazón espero que ustedes, los mexicanos, comprendan nuestro lenguaje corporal en estas próximas funciones. Ahí volcaremos todo nuestro ser, amor y conocimientos, en el baile", y rió con increíble frescura.

Y LO QUE sabemos expresan estos jóvenes extraordinarios en el escenario, es la belleza de la perfección, la expresión sublime del punto más alto de la armonía y el placer. Lenguaje de ida y vuelta entre público y artistas al dar y recibir, y sentir el corazón tranquilo porque hay raza humana que se dedica a perfeccionar hasta lo divino, la estética de estos cuerpos y sus movimientos por el milagro de una idea determinante, un trabajo de siglos, un tácito acuerdo entre sociedad y artistas por proteger, hacer vivir hasta el fin de los tiempos quizás, el lenguaje corporal del arte.

TAL VEZ POR eso es tan importante que un pueblo, aún en medio de grandes adversidades, sepa conocer su espíritu, la delicadeza extrema de su verdadera esencia, la importancia nodal de la educación, el flujo profundo de la raza de antiquísima procedencia, el amor por las flores, el color, la música, la belleza toda, la palabra serena: el profundo amor por la vida y la grandiosidad de la naturaleza, el respeto a los creadores, no el desprecio supino por el arte y los artistas, o la incomprensión ignorante por quienes se sienten dioses omnipotentes en los torbellinos de oro y sangre del poder.

QUE AFORTUNADOS PODRAN sentirse quienes vean un par de joyas balletísticas de todos los tiempos. Giselle, la más antigua y perfeccionada, se presentó los días 13, 14 y 15, y su última representación será el martes 19, mientras que Raymonda se presenta hoy 16, mañana 17 (dos funciones) y el lunes 18 con la crema y nata de la enorme compañía del Ballet Bolshoi y más de 60 músicos de la celebre Orquesta del Teatro Bolshoi... con escenografías y vestuarios también originales... es verdaderamente un acontecimiento que ustedes no deben perderse.

ARS TEMPO, EL Gobierno del Distrito Federal, Telmex, Banamex, Televisa y la Cervecería Modelo, al apoyar este espectáculo magnífico, algo retribuyen al público mexicano. ¿Se figuran todo lo que se podría hacer en esta "globalización" económica que padecemos, todo lo que se podría empujar con un proyecto sólido y pensado donde la cultura tenga el lugar que le corresponde en un mundo deshumanizado y perdedor?

DISCULPEN POR NO mencionar los nombres de bailarines, directores, etcétera. Ya los verán y tal vez nunca los olvidarán; tal vez después de ellos no más gato por liebre, y lo mucho que hay que trabajar en cualquier terreno para trascender la rayita del ahí se va... ¡¡¡por secula seculorum, amen!!! Sexenio tras sexenio volver a empezar, hacer crecer eternamente una burocracia gorda y arrogante, insensible, ajena, extraña, siempre principiante, pariente o amigocha en el banquete del poder. Hay que trabajar... y dejar trabajar.