México D.F. Sábado 16 de octubre de 2004
Ultima presentación de la coreógrafa
canadiense y su compañía en Guanajuato
Silencio y respiración constituyen la materia
invisible de la vida: Chouinard
CARLOS PAUL ENVIADO
Guanajuato, Gto., 15 de octubre. ''Mi fuente de
inspiración siempre ha sido el cuerpo mismo, y especialmente el
silencio y la respiración que constituyen la materia invisible de
la vida", define la coreógrafa quebequense Marie Chouinard su trabajo.
Chouinard se encuentra en el país con su compañía
para participar en la versión 32 del Festival Internacional Cervantino
(FIC).
La noche de este sábado ofrece la última
de sus tres presentaciones en la capital guanajuatense y luego estará
los días 20, 21 y 22 de octubre en la sala Miguel Covarrubias del
Centro Cultural Universitario en la ciudad de México.
''En el fondo de cada nueva obra mía siempre encuentro
lo que llamo el misterio, una onda desconocida que me atrae de forma casi
obsesiva.
''Mi trabajo consiste en captar esa onda primordial, de
sintonizarla de alguna manera y de componerla en el espacio y el tiempo
con una estructura y una forma propias."
La inteligencia, columna vertebral
Su
materia prima -comentó el coreógrafo mexicano Juan Caudillo,
antes de que la creadora misma explicara, en charla con un pequeño
grupo de espectadores la manera en que realiza su quehacer escénico-
''es la flexibilidad del bailarín, sus huesos y músculos,
así como el instinto y el impulso vital del cuerpo humano, del cual
ella expone sus íntimas conexiones. Su fascinación por la
articulación de la arquitectura del cuerpo, caracteriza su trabajo".
La columna vertebral, comenzó explicando la creadora,
significa para mí la inteligencia.
''El pensamiento no sólo se ubica en el cerebro,
la materia gris también se difunde por la columna vertebral, que
funciona como una especie de antena. Eso también pasa como con la
voz, que pensamos que sólo se ubica en las cuerdas vocales, sin
embargo también puede salir de cualquier parte del cuerpo."
Con los bailarines lo que hago es proponer ciertas ideas
y ellos las traducen en una acción. Día a día vamos
añadiendo o quitando movimientos, así se va desarrollando
la pieza, va apareciendo la arquitectura de la obra.
Para Chouinard ''la respiración es el fundamento
del baile y luego se añade el gesto, aunque en ciertas ocasiones
es al revés. El estado de ánimo o los pensamientos son dos
de los elementos de los que también pueden surgir los movimientos.
Un coreógrafo y un bailarín viven entre esos dos puntos.
Viajan continuamente de uno al otro.
Como madre de un pequeño niño, comenta,
lo que ha cambiado es mi fuerza no las coreografías. ''Antes sólo
podía trabajar en una sola pieza, ahora soy capaz de realizar tres
a la vez, pues comparado con cuidar y educar a un niño eso no es
nada. Para mí ser madre lo que provocó es liberar mi energía".
Arte sagrado
Marie Chouinard ha vivido en Nueva York, Berlín,
Bali y Nepal. Sus viajes, su curiosidad, sus estudios de filosofía
y conocimientos de diversas culturas y técnicas de movimiento le
han permitido explorar el cuerpo de diferentes maneras, asumiendo la danza
como un arte sagrado.
Después de 12 años como solista, se retiró
como ejecutante para crear su propia compañía en 1990, con
la que ha creado alrededor de 12 coreografías.
''Muchas veces -destaca la también fotógrafa-
me han dicho que si encuentro mi inspiración en los movimientos
de los animales, pero eso está muy lejos de ser cierto. Parte de
mi inspiración la encuentro en los huesos y los músculos
del cuerpo; y la conexión corporal de cada articulación.
Mi punto de partida no es la emoción, sino el movimiento del cuerpo
mismo."
Los 24 preludios de Chopin y El grito del mundo
son las dos coreografías que Marie Chouinard trae al país
para presentarlas durante tres días (20, 21 y 22 de octubre) en
la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario (Insurgentes
sur 3000).
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