En 4 años se dio crédito a quien tiene recursos, dicen

Estéril, el financiamiento al agro, afirman economistas

LAURA POY SOLANO

La falta de una política orientada al rescate del campo "no sólo genera un clima de enfrentamiento en las negociaciones con los sectores campesinos, también contribuye a un clima de mayor inestabilidad económica y social en el agro nacional de consecuencias impredecibles".

Especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señalaron que las perspectivas del campo mexicano, "ante los embates del neoliberalismo y la ausencia de un proyecto nacional de rescate que fomente la productividad de los campesinos, no sólo tendrá graves efectos sociales, con un aumento indiscriminado de la migración, sino que representará un desequilibrio económico mucho mayor para el Estado".

Rubén Mújica Vélez, investigador de la Facultad de Economía de la UNAM, aseguró que ante la "fragmentación" del campo mexicano, la pobreza y la marginación se han convertido en el destino de miles de campesinos que prefieren "subsistir con los apoyos asistencialistas del gobierno federal, que canaliza recursos a programas no productivos, que fomentan la apatía y el desánimo de los productores, los cuales no encuentran una salida viable a sus demandas de financiamiento".

Agregó que los préstamos otorgados por las autoridades federales "sólo se canalizan a los productores con recursos, mientras los sectores más empobrecidos se ven marginados de los apoyos, lo que significa que en los cuatro años recientes todo el dinero invertido en el campo se entregó a quien menos lo necesita, porque cuenta con los medios para aumentar su productividad".

En la clausura del 24 Seminario de Economía Agrícola, convocado por el IIE, Jorge Basave, director del instituto, afirmó que la crisis del sector primario es resultado de la aplicación de políticas neoliberales que se caracterizan por un "claro abandono del campo mexicano, basadas en un severo ajuste fiscal, contracción de la inversión pública y la privatización de empresas, así como una irresponsable apertura comercial".

Señaló que a partir de la década de los 90 el producto interno bruto del campo mantuvo una tasa de crecimiento menor al porcentaje de la economía nacional, a lo que se suma un estancamiento de la superficie cosechada, que se ubica en cerca de 18.7 millones de hectáreas.

Al respecto, los investigadores advirtieron que sin una adecuada política agraria, el desarrollo económico del país tiene posibilidades "muy limitadas" de concretarse, "si se deja en el olvido y la marginación a 25 por ciento de los mexicanos y se obstaculiza toda forma de producción agrícola".