Gabriela Rodríguez

Gobierno del cambio, contra el Estado laico y las mujeres

Tal como afirmó Santiago Creel en el Congreso Eucarístico Internacional que se realiza en Guadalajara esta semana, a cuatro años del gobierno del cambio no hay duda de que las cosas han cambiado. El secretario de Gobernación aseguró que el gobierno de la República "reconoce sin disimulo el papel trascendental que la Iglesia católica ha desempeñado en la formación de la cultura, tradiciones e identidad nacionales, es decir, en la formación misma de la nación".

Cree-él -como le llama mi hermana menor- que "la religión católica está tejida en nuestra historia por los héroes de la patria" y, negando los orígenes indígenas y precristianos de México (como en la pretendida reforma de la SEP), se refirió a los sacerdotes criollos, Hidalgo y Morelos, a los misioneros, a la Virgen de Guadalupe y hasta al Papa, "quien se ha quedado entre nosotros, con su cariño y con sus mensajes".

Si no es por las notas tan cuidadas que siempre realiza el reportero de la fuente religiosa de este diario, Juan Antonio Román (La Jornada, 11 y 12 de octubre de 2004), hubiésemos pensado que era algún cardenal o el enviado del Vaticano quien hacía estas afirmaciones, pero no, se trata nada más y nada menos que del encargado de la política interna del país.

Y es que, efectivamente, ha habido un gran cambio en la presente administración: el retroceso en la vigencia y mantenimiento del Estado laico. Este marco que durante 150 años ha sido ejemplar y hasta causa de envidia de otras naciones menos libres. En esta ocasión, como integrante del Consejo Consultivo Ciudadano para la Política de Población, me permito recordarle, con todo respeto, al también presidente del Consejo Nacional de Población, que más que la evangelización han sido las derrotas de la Iglesia católica en la Reforma, en la Revolución, en la guerra cristera y ante las políticas demográficas, actos históricos sustanciales para la formación y consolidación de la nación mexicana: para la educación laica, la secularización y la modernización de nuestros pueblos, para el ejercicio de los derechos humanos y de las libertades individuales (libertad de pensamiento, de conciencia y de culto) y, muy particularmente, para el ejercicio de los derechos reproductivos de las mujeres (derecho a decidir sobre el cuerpo y la fecundidad, derecho a la información y educación sexual, derecho al divorcio, al aborto legal). ƑQué hubiera sido de nuestra población si hace 30 años en vez de establecer una política de población se hubiera escuchado a los jerarcas eclesiales?

Nada más hay que ver la felicidad que irradia hoy en el rostro del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, capellán de los actuales funcionarios de El Yunque (según nos informa Alvaro Delgado), quien en alguna ocasión llegó a afirmar: "el género es la cola del diablo". Después de congratularse por las declaraciones de Creel, los obispos aprovechan la ocasión para pedir hoy mismo, que se aterricen los compromisos que hizo Fox en su campaña: intervenir en los contenidos de los libros de texto, mayor acceso de la Iglesia en la educación, acceso a los medios electrónicos de comunicación y prebendas fiscales.

Nunca habíamos tenido tantos funcionarios que se alinearan con tal sometimiento a la también llamada "Iglesia de los hombres".

Hoy toma gran relevancia la necesidad de renovar la titularidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Como integrante distinguido en las filas del Opus Dei, cuesta trabajo creer que su actual presidente, José Luis Soberanes, se haya sentido atraído por las enseñanzas de su fundador, José María Escrivá de Balaguer, cuya sustancia ideológica es el totalitarismo a ultranza: "El plano de la santidad que nos pide el Señor está determinado por estos tres puntos: la santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza" (Camino, 387).

Frente a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, las niñas y las adolescentes, la falta de compromiso de la CNDH se ilustra en tres casos emblemáticos:

-Los 400 feminicidios y 4 mil desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez; no ha habido reparación del daño a las víctimas ni se ha responsabilizado a ninguno de los 81 funcionarios involucrados, que la comisionada especial y la fiscal especial señalaron con faltas administrativas y delitos en los procesos.

-En el caso de Paulina, la chica de Baja California a quien se negó el derecho al aborto legal por violación, no hubo reparación del daño y la investigación sigue un curso sospechosamente lento, por no decir que está detenida.

-En la reforma al currículum de la secundaria de la Secretaría de Educación Pública se quiere reducir a un año la materia de Formación Cívica y Etica, en la cual, apenas hace cinco años, se introdujo por primera vez en la secundaria el tema de los derechos humanos, la equidad de género y los derechos sexuales y reproductivos.

En fin, estas son algunas de las múltiples embestidas contra los derechos de las mujeres y el Estado laico, pero tal como afirmó el prelado Alonso Garza Treviño, tesorero de la Conferencia del Episcopado Mexicano, al felicitar a Creel por abrir las puertas para aterrizar algunas demandas eclesiales: "Creo que es muy buen tiempo de quitarnos cualquier máscara y careta, y hablarle a las cosas por su nombre".