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México D.F. Martes 12 de octubre de 2004
La economía sin control fomenta desigualdades,
dice
Preocupa a la Iglesia "la cruel y despiadada" explotación
del hombre
JOSE ANTONIO ROMAN Y JOSE DIAZ BETANCOURT ENVIADO
Y CORRESPONSAL
Guadalajara,
Jal., 11 de octubre. En el primer día del 48 Congreso Eucarístico
Internacional (CEI), la Iglesia católica expresó su preocupación
por la creciente secularización y el relativismo moral, en medio
de una sociedad que vive un rápido proceso de globalización
que está dejando un mayor número de pobres, de migrantes,
de odios raciales y una "cruel y despiadada" explotación de los
hombres y de las riquezas naturales.
En el inicio de los trabajos formales, tras la inauguración
del congreso, el domingo, los representantes de las delegaciones presentaron
un análisis de la realidad religiosa que vive su región,
presentación que en algunos casos, como los de Asia y Africa, sobre
todo, también incluyeron elementos de la problemática social
y cultural a los que se enfrenta el catolicismo.
Reunidos en la Expo Guadalajara, unos 15 mil asistentes
al congreso, encabezados por el enviado papal, el cardenal Josef Tomko,
compartieron sus experiencias. Uno a uno los representantes de las delegaciones
de Africa, Asia, Oceanía, Europa, Estados Unidos y Canadá,
así como de América Latina y el Caribe, presentaron sus respectivos
informes.
Las coincidencias estuvieron marcadas por la perecepción
de una pérdida del sentido de Dios y de la religiosidad en un mundo
preocupado esencialmente por el dinero, el poder y el placer, y donde crecen
las desigualdades sociales, la violencia y los ataques contra la institución
familiar, así como la muerte.
En representación de Asia, el arzobispo Carmelo
Morelos, de la diócesis filipina de Zamboanga, lanzó un severo
cuestionamiento al proceso de globalización y a la enorme concentración
de la riqueza que desde este sistema se genera. Dijo que de las 100 economías
más grandes del mundo actual, más de la mitad no son naciones,
sino corporaciones, que se ubican siempre donde el capital tiene mayores
ventajas, aún por encima el hombre.
"Un sistema económico libre de control político
no puede evitar promover salvajes desigualdades que desgarran la tela social.
En la mayoría de las ciudades de Asia uno no podría dejar
de ver el contraste entre los rascacielos que parecen elevarse por todas
partes, enormes parques industriales y casas opulentas en un mar de miseria
y barrios bajos", dijo el arzobispo filipino.
Asimismo se refirió el enorme crecimiento económico
y tecnológico de la región, que ha llenado las tiendas del
mundo con productos baratos, pero a costa de la explotación de las
personas e incluso del sudor de la mano de obra infantil. A todo ello se
suma el enorme costo de la migración que ha separado a miles de
personas, la explotación irracional de los recursos naturales y
la "esclavitud moderna" en la que viven los trabajadores.
Por las delegaciones de Europa y Estados Unidos y Canadá,
los cardenales de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, y de Boston, Bernard Law,
expresaron su coincidencia en el creciente secularismo y la indiferencia,
en el que se pierde el respeto por lo sagrado y el domingo se queda sin
el sentido religioso que otras épocas tenía este día
como el dedicado a Dios. Uno y otro hablaron sobre esa indiferencia secularista
que lleva a la actitud de pensar que da lo mismo creer que no creer, vivir
una fe que no tener alguna, así como al agnosticismo práctico
que pretende dejar a Dios en la penumbra y sin presencia alguna en la vida
de los hombres, es decir, marginarlo de la vida social.
Por Africa, Jean Baptiste Somé, arzobispo de Deiébougou,
Burkina Faso (país del Africa occidental), dijo que las tradiciones
de su continente expresan la sacralidad al cuerpo, tanto en vida como en
la muerte, pero que en estos días se observan focos de guerra y
tensiones familiares y tribales que atacan y matan la vida. El prelado
no dejó pasar la oportunidad de referirse al grave problema que
enfrenta el continente por el sida y la miseria, frente a los cuales sus
habitantes "quedamos impotentes".
Los más parcos fueron los representantes de Oceanía,
el arzobispo de Australia, Barry Hickey, y de América, el arzobispo
de Yucatán, Emilio Berlie. Este último presentó una
relatoria sobre lo más importante que dicen los documentos del Celam
y del Papa respecto a la eucaristía.
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