Informe en medio de la confrontación Del desencanto a la incertidumbre Arturo Cano El Informe presidencial, otrora ceremonia de oropel, mantiene, en el gobierno "del cambio", su carácter de presentación en sociedad de un catálogo de buenas intenciones. Pero el del pasado miércoles ocurrió, además, en medio de una tormentosa confrontación política y social en la cual no da señales la brújula del gobierno de la alternancia. Los numerosos frentes de conflicto abiertos por ineficacia política o por maniobras deliberadas han enterrado lo que quedaba de "desencanto", para dar paso a la incertidumbre sobre el último trecho del sexenio
DE LA GRAN ESPERANZA AL CONGRESO
BAJO SITIO. El cuarto Informe de Vicente Fox sucede en una semana caliente,
en días de confrontación política -en parte originada
por el afán de descartar a un aspirante a la Presidencia- y protestas
sociales derivadas del incumplimiento de las promesas del gobierno "del
cambio".
El desencanto, un ingrediente presente desde el primer
Informe de gobierno, da paso a la multiplicación de las cuentas
pendientes y los frentes de batalla abiertos por un gobierno que, a pulso,
se ha ganado los calificativos de "torpe políticamente" y "decepcionante".
Escándalos de corrupción, divisiones internas
en los partidos, pleitos entre los poderes y niveles de gobierno, desempleo
creciente y expulsión de migrantes como nunca, se suman a la lucha
sucesoria adelantada, abierta por el mismo Presidente de la República
hace más de un año.
La palabra "desencanto", que describía el ánimo
de buena parte de los ciudadanos desde el primer año del gobierno
foxista, ya resulta insuficiente.
"¿Quién gobierna en México?", pregunta
en un desplegado la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), protagonista
de las protestas en los alrededores del Palacio Legislativo de San Lázaro.
"¡Vicente, Vicente, Vicente!", gritan los panistas
al recibir al Presidente en el recinto legislativo.
¿Quién gobierna México? Los analistas
y los líderes de la oposición concluyen que los restantes
dos años del sexenio son ya irrelevantes. El desencanto da paso
a la incertidumbre.
* * * ¿Es la incógnita o Vicente? ¿Quién tiene razón? "Ciertamente hay una disparidad entre las percepciones de la gente, las expectativas que tiene de un cambio y el progreso que hemos hecho", reconoce Vicente Fox un día antes del Informe, en entrevista con The New York Times. Entre los que no perciben ningún cambio, o bien resienten cambios que los afectan, están las decenas de miles de trabajadores que marchan el martes 31 de agosto al Zócalo capitalino, en solidaridad con el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, cuyo contrato colectivo fue modificado por una polémica decisión del Congreso, impulsada por el PRI y el PAN. Ese mismo martes, las protestas se suceden en cadena. Campesinos de seis organizaciones se manifiestan en la Secretaría de Economía, donde protagonizan un zafarrancho con elementos de la Policía Federal Preventiva. "No venimos hasta acá para ver qué nos cae ni para pedir limosna; venimos a exigir que se cumpla con el Acuerdo Nacional para el Campo", dicen, al recordar una de las cuentas pendientes del foxismo. No se quedan atrás los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, quienes protestan en las oficinas del ISSSTE, porque a esa institución se le quiere aplicar la misma medicina que al Seguro Social. El miércoles, las protestas siguen. El cuarto Informe presidencial tiene como telón de fondo bloqueos de calles y protestas en toda la capital y en más de la mitad de las entidades del país. La fecha coincide con el primer paro de labores en la historia del Instituto Mexicano del Seguro Social. Las protestas están lejos de ser un asunto coyuntural. Lo resume así la UNT: "¿Quién gobierna en México? En medio de una inercia perversa, llena de escándalos y de corrupción, de lucha descarada y sin reglas por el poder, con un Presidente que no responde a los reclamos sociales y con un Congreso que hace mayorías para la conveniencia política, el Ejecutivo está impulsando propuestas que amenazan los avances democráticos de nuestro país". Ciertamente, el gobierno foxista llega al cuarto Informe arrastrando una ya incotnable cadena de escándalos, a los que no son ajenas otras fuerzas políticas. Los escándalos de corrupción y la estrategia para dejar fuera de la jugada sucesoria a López Obrador, han desvanecido las promesas de campaña de Vicente Fox, que hoy parecen asuntos de un pasado remoto. Dos promesas esenciales, el crecimiento de 7% y la creación de un millón de empleos al año, por ejemplo, han derivado en tasas de crecimiento mucho menores y en la pérdida de puestos de trabajo. Algo similar ha sucedido con las "reformas estructurales" que se han atorado en la -reconocida por el mismo Fox- mala relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. * * *
Los tres hijos de Graciela Alcaraz y Luis Mundo Larios votaron por Vicente Fox. "Se confundieron pero hoy están arrepentidos", dice la señora Graciela, de 83 años de edad, a la sombra en los portales del Zócalo. A su lado asiente su marido, de 90, mientras ambos esperan la llegada de Andrés Manuel López Obrador. Los dos viejos, que hasta 2000 siempre habían votado por el PRI, están convencidos de que los casos Bejarano y Ponce son solamente una "movida política", y justifican en todo "al único político que se ha preocupado por los ancianos". Hasta la llegada del tabasqueño, los dos vivían de la pensión de 2 mil pesos que recibe él como ex empleado federal. Ahora cuentan con 670 pesos más, cada uno, "para comprar la despensa". Pero no son las tarjetas la razón de su asistencia al mitin dominguero, jura doña Graciela: "Quiero a mi país y no quiero que se derrumbe". La pareja suelta sus reflexiones en el arranque de una semana caliente. La marcha convocada de apoyo al jefe de Gobierno del Distrito Federal puede ser vista como el clímax de una confrontación entre el gobierno foxista y el político más popular del país, pero también como el comienzo de la fase más dura de la lucha sucesoria adelantada por el mismo Presidente de la República. López Obrador aprovecha el viaje, cuando se asume candidato a la Presidencia e incluso presenta líneas de un plan de gobierno. Que me descarten ahora, parece decir. De paso, le arrebata a Cuauhtémoc Cárdenas la idea de un "proyecto de nación" que el michoacano ha promovido durante meses. Son líneas apenas, pero sirven para atizar un debate del que Vicente Fox intenta inútilmente zafarse. Fiel a su estilo de gobernar ("¿Y yo por qué?"), Fox se refiere veladamente al proceso contra López Obrador: "Cada uno es responsable de sus decisiones y debe afrontar sus consecuencias. No podemos responsabilizar a los demás de nuestras acciones u omisiones". El Presidente insiste en su logro: haber eliminado, dice, sus propias "facultades discrecionales". Y esconde la mano: "Las resoluciones de los otros poderes corresponden sólo a ellos" (una frase que olvida que la demanda de desafuero salió de la Procuraduría General de la República). Quizá por ese olvido, el presidente Fox elimina una frase de su discurso, una frase que sí aparecía en la versión del mensaje político distribuida por la oficina de la Presidencia: "Es hora de asumir costos". La Jornada, en su editorial del lunes, había resumido así el frente de batalla contra el jefe de Gobierno: "Los afanes de destruir una propuesta nacional alternativa con recursos legaloides y triquiñuelas judiciales -como es la petición de la PGR de desaforar a López Obrador por un desacato imaginario- se han convertido en una inmejorable plataforma de lanzamiento para esa misma propuesta". Igualmente, señalaba que más que un relevo de poder "en paz y con estabilidad" en 2006, el foxismo "pareciera empeñado en arruinar a toda costa esa perspectiva deseable y en provocar una peligrosa polarización política y social". "Si las elecciones no se resuelven en las urnas, se van a resolver en las calles", advertía el ex secretario particular del presidente Fox, Alfonso Durazo, en su carta de renuncia. La semana del Informe parecía darle la razón. * * * ¿A quién favorecería el descarte de López Obrador como candidato presidencial? La empresa Consulta Mitofsky, con los resultados de un reciente sondeo, concluye que el favorecido no será el candidato del partido del Presidente, sino el priísta Roberto Madrazo, quien "tomaría una ventaja de 10 puntos y dejaría casi empatados en la segunda posición a (Santiago) Creel y a (Cuauhtémoc) Cárdenas". Según el mismo sondeo, el secretario de Gobernación -quien rebasó ilegalmente los topes de campaña en 2000, según concluyó el Instituto Electoral del DF- cuenta con 20.5% de las preferencias, en tanto que el priísta Madrazo tiene 27% de las preferencias. López Obrador, quien contaba con 41% en febrero y se desplomó a 27% en mayo, se ha recuperado hasta alcanzar 34.2% de las preferencias, siete puntos arriba de su más cercano contendiente. En otro "ejercicio de simulación", Mitofsky plantea que si el candidato panista fuera Felipe Calderón y el perredista Cárdenas, el PAN "se hunde siete puntos". * * * Antes y después del Informe, los medios dan cuenta de las opiniones de líderes sociales, políticos e intelectuales, sobre la irrelevancia de la figura de Fox en el México de hoy. Las opiniones, claro, no coinciden con lo expresado por Fox en su Informe: "Lo mejor está por venir", anuncia al país. Fox se ve aún gobernando, en medio de la tormenta: "Los próximos dos años son una oportunidad para consolidar el crecimiento económico, para generar los empleos que la sociedad demanda; son una oportunidad para superar la pobreza y para crear nuevas y mejores condiciones que favorezcan la inclusión social. Este es el rumbo. Este es mi compromiso". La UNT adelanta otro escenario: "Ya desde su mensaje de año nuevo de 2004, llamado 'a la mitad del camino', el presidente Fox había reconocido que sus primeros tres años fueron de antagonismos inútiles y desgastantes. Desde entonces, lo que el Presidente ha hecho nos habla claramente que ha seguido y seguirá la tónica de la primera parte de su sexenio, es decir, la promoción desde la Presidencia de los enfrentamientos inútiles y desgastantes con las demás fuerzas políticas, en especial con las que representan un proyecto alternativo y competitivo para el 2006". ¿Gatopardismo de Fox, como dice el senador Jesús Ortega? La UNT sí ve un cambio. Completa la organización sindical el panorama por venir: "Lo único que ha cambiado, de manera reciente, ha sido la estrategia del PRI que, en la perspectiva de volver a restaurar su régimen en 2006, busca cargar los costos del inicio de las reformas del quinto gobierno neoliberal, al gobierno de Fox". En esas andan los priístas que dan la espalda a Fox en San Lázaro, para protestar por el presunto apoyo del gobierno federal al candidato panista en la estratégica elección veracruzana. "Lo mejor está por venir", zumba el eco de las palabras presidenciales. Las buenas cuentas macroeconómicas, sin embargo,
siguen sin reflejarse en los bolsillos de los mexicanos, diría Ernesto
Zedillo. Y de la expectativa mayor generada por el gobierno "del cambio",
En La Jornada, el escritor Carlos Monsiváis resume un ánimo que rebasa con mucho al "círculo rojo": "Lo que espero de estos últimos dos años del sexenio es que éste termine". |