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E C O N O M I A
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México D.F. Miércoles 11 de agosto de 2004

Alejandro Nadal

Confusión en la Reserva Federal

La Reserva Federal de Estados Unidos siempre ha dicho que sus decisiones de política monetaria se determinan por los datos de la economía. Pero, Ƒcuáles?

Cualquier economista distingue entre cifras relativas a corto plazo y las relacionadas con el largo plazo. También están los números que reflejan decisiones ya tomadas por los agentes económicos y los que se refieren a sus expectativas sobre la evolución futura de la economía. Luego están los de producción e inventarios, etcétera. En fin, si es por "datos", tenemos de sobra. Pero, con frecuencia, los más importantes son los electorales.

Durante los últimos tres años, la Reserva Federal (Fed) mantuvo la tasa líder en su nivel más bajo desde los años 40 para reactivar la economía. Los consumidores y las empresas reaccionaron frente a las reducidas tasas de interés y el paquete de desgravación fiscal de Bush, que tanto benefició a los ricos. Por eso desde finales del año pasado el comportamiento de la economía estadunidense evolucionó favorablemente en términos de crecimiento.

Por esa razón surgieron hace meses las expectativas de que la Fed abandonaría su política monetaria acomodaticia y se orientaría hacia un aumento moderado en la tasa de interés. Esto sería el camino correcto para contrarrestar las presiones inflacionarias asociadas con la recuperación y para eliminar el riesgo de distorsiones en los mercados financieros por las tasas tan bajas.

Pero los datos de junio no fueron los esperados para la economía estadunidense, que siguió creciendo, pero a ritmo más moderado. Lo más preocupante estuvo en el frente laboral: el número de empleos nuevos (en el sector no agrícola), creados en julio, fue de sólo 32 mil, muy por debajo de los 240 mil esperados.

A pesar de esos datos desfavorables, ayer martes la Reserva Federal incrementó la tasa de interés de los fondos federales (que rige en los préstamos interbancarios) en 25 puntos base. Este aumento de un cuarto de punto porcentual sigue al crecimiento del 30 de junio y envía un doble mensaje a la comunidad financiera.

Primero, en su comunicado la Fed destaca que los datos sobre nuevos empleos revelan un comportamiento temporal de la economía y que pronto se regresará a la tendencia normal (es decir, a una recuperación robusta). Pero esa afirmación resulta un poco extraña, ya que el número de empleos generados cada mes viene cayendo desde marzo (cuando alcanzó 353 mil). A pesar de lo que diga la Fed, el efecto de la recuperación en el mercado de trabajo parece seguir estancado. En segundo lugar, y quizás más importante, los mercados ya habían descontado este incremento desde hace semanas, lo que se refleja en las cotizaciones bursátiles. Si la Fed no hubiera aumentado la tasa, podría haber generado un episodio de volatilidad financiera que, aunque breve, es muy indeseable en este momento. Y como está muy ocupada fabricando expectativas favorables en un entorno francamente deprimente no quiso dar la impresión de que los malos datos sobre empleo le preocupan demasiado. Optó entonces por echar la culpa a la guerra en Irak, que va de mal en peor, y a los altos precios del petróleo, que implican una merma en el poder de compra de los consumidores de 80 mil millones de dólares anuales.

La Fed prefirió señalar en su comunicado que la tasa de desempleo descendió una décima de punto porcentual para ubicarse en 5.5 por ciento. Sin embargo, esa baja es muy modesta y no es el reflejo de que ya se dejó atrás la "recuperación sin empleo". Lo más grave es que al mismo tiempo la productividad del trabajo experimentó su aumento más débil en 18 meses. Eso significa que el mediocre comportamiento del mercado laboral no puede explicarse por el incremento en productividad.

Así que el escenario está preparado para un pequeño aumento hoy y un periodo de estabilidad en las tasas de interés para los próximos seis meses. Aunque está mediado por las transacciones entre bancos, el pequeño incremento aumentará el costo del endeudamiento de las familias y repercutirá negativamente sobre sus decisiones de consumo, alimentando expectativas negativas en los inversionistas. Así que la Reserva Federal probablemente esperará hasta después de las elecciones de noviembre para reinaugurar su calendario de incrementos moderados en la economía para no "frenar" la "recuperación".

Al decir que sus decisiones responden a datos de la economía, busca generar confianza sobre su supuesta objetividad. Ayer mostró que prefiere correr el riesgo de frenar la economía antes que el peligro de generar expectativas negativas. Quizás lo que le hace falta es dejar atrás los datos del calendario electoral y salirse de la visión de corto plazo que tanto la embelesa.

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