Católicas por el Derecho a Decidir: 10
años de trabajo en la construcción de una mentalidad y
un Estado laicos
* La jerarquía no representa
a la comunidad: Traslosheros
Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) cumple
10 años de trabajo en México. Su propuesta parte de la
Teología de la Liberación y el feminismo "dos identidades
que pudieran parecer irreconciliables" que encuentran en esta organización
"un cauce", señala en entrevista su recién nombrada
directora, Silvia Traslosheros Meixueiro.
Católicas se ha convertido "en una voz importante"
que busca decirle a su jerarquía que el Papa y los obispos "no
tienen la representatividad" de la comunidad católica porque
en términos de la moral sexual se ha ido abriendo una brecha
en la que tanto hombres y mujeres ejercen sus derechos cotidianos en
los que la jerarquía católica ya no influye "con
sus exigencias".
Así, en una encuesta elaborada el año pasado por esa organización
se dio a conocer que a pesar de que el 88 por ciento de la población
se reconoce católica, se nota que hay una secularización,
es decir, "en el centro de las vidas de las personas no están
ya las religiones, aunque ello no quiere decir que no tenga un peso
importante la espiritualidad o que hayan dejado de ser creyentes".
Esos cambios han sido paulatinos y ahora "hay un nuevo imaginario
católico". Esa agrupación, señala Traslosheros,
está muy cerca de los sectores progresistas de la Iglesia, ha
trabajado articuladamente y establecido alianzas para defender los derechos
de las mujeres, los niños/as, los homosexuales, las lesbianas,
mismos que se han visto violentados porque no se les reconoce su derecho
a decidir.
El trabajo de Católicas, se ha caracterizado, expresa, por la
defensa del Estado laico, busca que los programas y políticas
públicas se sujeten a la Constitución y al marco establecido
en los acuerdos internacionales "la sana separación de la
Iglesia y el Estado debe mantenerse" más ahora que a nivel
mundial hay un avance de la derecha, asegura.
La sociedad mexicana, dijo, debe seguir trabajando para quitarle la
connotación de "pecado" a la sexualidad y combatir
visiones como las de Provida que se oponen al uso del condón;
en ese sentido recordó la campaña efectuada por ellas
para promover el uso del preservativo.
Esa organización no gubernamental, indicó, ha sido la
"voz católica" que ha protestado por los atropellos
a los derechos de las mujeres como los asesinatos de mujeres en Ciudad
Juárez, por el derecho a decidir la sexualidad, el embarazo y
a tener una vida sin violencia.
Reconoció que al interior de la iglesia Católica las mujeres
están marginadas y son discriminadas "vemos con mucho dolor
el hecho de que la iglesia no sea un lugar seguro y se cometan ahí
mismo abusos sexuales". Dijo que uno de los mayores logros de CDD,
luego de una década de existencia es el haber abierto un espacio
de reflexión progresista que denuncia y demanda tanto a la iglesia
como al Estado, garantizar los derechos humanos, sexuales y reproductivos,
entre otros.
Ha aportado argumentos católicos que desmienten las enseñanzas
de la jerarquía católica que limitan "la libertad
de conciencia y la autoridad moral de las mujeres para tomar decisiones
ante dilemas éticos". También ha contribuido a que
legisladores y legisladoras abandonen posiciones conservadoras y personales
y creen leyes que favorezcan a todos y todas.
El mayor obstáculo para el trabajo de CDD, reflexionó,
han sido los valores y creencias que se desprenden de la ideología
y la cultura patriarcal de dominio y poder que manifiesta la jerarquía
católica por "la incapacidad que tiene de establecer un
diálogo con su comunidad". (Aleyda Aguirre)