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E C O N O M I A
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México D.F. Viernes 23 de julio de 2004

ECONOMIA MORAL

Julio Boltvinik

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

ƑTener o ser?

Posturas de Amartya Sen y Erich Fromm
Una, vacía; la otra, rica y sugerente

LOS DOS GRANDES autores que hoy analizo tienen pocas cosas en común y pareciera que no tiene sentido verlos juntos. Erich Fromm (1900-1980) fue el más grande de los sicoanalistas humanistas y es un autor muy conocido en todo el mundo por sus más de 20 libros. Amartya Sen (1933- ) es un economista y filósofo de gran fama mundial, sobre todo a partir de 1998, cuando recibió el premio Nobel de economía. En ninguno de sus escritos he encontrado que citen al otro. Sin embargo, el punto de interés común lo podemos localizar fácilmente en el siguiente texto de Sen1 :

El nivel de vida no es una cuestión de opulencia sino de la vida que uno vive y no de los recursos que tiene para llevar esa vida... el movimiento de Pigou en la dirección de la posesión de alimentos [alejándose del utilitarismo] fue claramente correcto, pero la preocupación no es tanto con la comida como tal sino con el tipo de vida que uno logra vivir con la ayuda de la comida y de otros bienes, por ejemplo si uno puede estar bien nutrido, si uno tiene la habilidad de entretener, y así sucesivamente...Si bien el ataque de Marx [en El Capital] al 'fetichismo de las mercancías' fue hecho en otro contexto, ese ataque es muy pertinente también para el concepto del nivel de vida. El mercado valora las mercancías y nuestro éxito en el mundo material es, con frecuencia, juzgado por nuestra opulencia; pero a pesar de eso, las mercancías no son más que medios para otros fines2. En última instancia, la atención debe centrarse en qué tipo de vida vivimos y en lo que podemos o no podemos hacer, lo que podemos o no podemos ser (o estar). En otro escrito le he llamado a las diversas condiciones de vida que podemos o no lograr, nuestros funcionamientos y a nuestra habilidad para alcanzarlos, nuestras capacidades. (p.16, cursivas añadidas).

AMARTYA SEN HA hecho contribuciones importantes en diversos campos temáticos de la economía y la filosofía, pero lo que actualmente domina la percepción que se tiene de él es su enfoque de las capacidades, en el que se incluye también el concepto de funcionamientos. Por citar a un destacado filósofo británico, crítico y admirador de Sen, Gerald A. Cohen, "la respuesta de Sen a su propia pregunta [Ƒigualdad de qué?]: representó un gran avance en la reflexión contemporánea sobre el tema".3 El planteamiento de Sen se ha constituido, en los hechos, en un nuevo paradigma, ha invadido el lenguaje de los gobiernos y de los organismos internacionales y está movilizando la energía de académicos (sobre todo economistas y filósofos) de todo el mundo. Por esa razón compararlo con otro autor que parece estar diciendo lo mismo puede ser fructífero.

EL CONTRASTE QUE Sen establece entre la opulencia (abundancia de bienes) y la vida que uno puede vivir, la había planteado Erich Fromm en 1976 (tres años antes de la conferencia en la que Sen, en 1979, presentara por primera vez su enfoque de capacidades), al publicar un libro titulado ƑTener o Ser? Este libro comienza hablando del fracaso de la "gran promesa" de la civilización industrial: "El logro de riqueza y comodidades para todos se suponía produciría felicidad irrestricta para todos. La trinidad de producción ilimitada, libertad absoluta y felicidad irrestricta formó el núcleo de una nueva religión4". El fracaso de esta promesa ha llevado a una creciente conciencia que "la satisfacción irrestricta de todos los deseos no conduce al bienestar (well-being), ni es el camino a la felicidad, ni incluso al máximo placer" (Ibid.). Según Fromm el fracaso de la "gran promesa" estaba construido en el sistema industrial por sus dos premisas sicológicas fundamentales: 1) que el propósito de la vida es el máximo placer, definido como la satisfacción de cualquier deseo que una persona pueda sentir (hedonismo radical); y 2) que el egoísmo y la codicia, que el sistema necesita generar para funcionar, llevan a la armonía y a la paz. Aunque el hedonismo radical ha sido practicado por los ricos a través de al historia, relata Fromm, nunca ha sido la teoría del bienestar expresada por los grandes maestros del vivir en China, India, el cercano Oriente y Europa. Ninguno de ellos (con la excepción de Aristippus, filósofo griego que planteó el hedonismo radical) enseñó que la existencia fáctica de un deseo constituía una norma ética. El elemento esencial de su pensamiento, continúa, es la distinción entre aquellas necesidades (deseos) que son sentidas sólo subjetivamente y cuya satisfacción lleva a un placer momentáneo, y aquellas necesidades que están enraizadas en la naturaleza humana y cuya realización es conducente al crecimiento humano y producen bienestar. (Ibid. pp. 3-4).

AQUI ENCONTRAMOS UNA gran diferencia entre nuestros autores. Mientras Sen ha eludido distinguir, como le han sugerido muchos, entre las capacidades y funcionamientos básicos y los triviales, Fromm avaló esta distinción y la desarrolló en su muy original planteamiento sobre la naturaleza humana, fundada en una distinción muy clara entre el ser humano y las demás especies animales5:

"En cierto momento de la evolución animal ocurrió una ruptura singular, comparable a la primera aparición de la materia, a la primera emergencia de la vida y al surgimiento de la primera vida animal... Ocurre cuando la acción dejó de estar determinada en lo esencial por el instinto; dejó de estar fijada por mecanismos hereditarios dados. Cuando el animal trasciende la naturaleza, cuando trasciende el papel puramente pasivo de la criatura, cuando se convierte, biológicamente, en el ser más desvalido, nace el hombre...Lo que importa es que surgió una nueva especie, que la vida adquirió conciencia de sí misma (Ibid. p.23). La autoconciencia, la razón y la imaginación rompen la "armonía" de la existencia animal y hacen del hombre una anomalía, el monstruo de la naturaleza. Nunca está libre de la dicotomía de su existencia: no puede deshacerse de su mente que lo lleva a percatarse de sí mismo, de sus propias limitaciones e impotencia, y a visualizar su propio fin: la muerte; y tampoco puede deshacerse de su cuerpo que lo hace querer mantenerse vivo. Por tanto, la razón, la bendición humana, es al mismo tiempo su maldición: lo obliga a luchar sempiternamente para intentar resolver una dicotomía insoluble. No puede regresar al estado prehumano de armonía con la naturaleza; tiene que seguir desarrollando su razón hasta hacerse dueño de la naturaleza y de sí mismo. La necesidad de encontrar soluciones siempre nuevas para las contradicciones de su existencia, de encontrar formas cada más elevadas de unidad con la naturaleza, con sus prójimos y consigo mismo, es la fuente de todas las fuerzas psíquicas que motivan al hombre, de todas sus pasiones, afectos y ansiedades. (pp. 26-27)

PUESTO QUE EL hombre es también animal debe satisfacer sus necesidades fisiológicas -su hambre, su sed y sus necesidades sexuales- pero:

En la medida en que el hombre es humano, la satisfacción de estas necesidades instintivas no basta para hacerle feliz; ni siquiera para mantenerlo sano. El punto arquimédico del dinamismo específicamente humano está en esta singularidad de la situación humana; el entendimiento de la psique humana debe basarse en el análisis de las necesidades humanas que resultan de las condiciones de su existencia. (pp. 28-29)

SE PUEDE O no estar de acuerdo con estos señalamientos, pero son profundos e interesantes y le dan sentido a la pregunta sobre el ser del ser humano, que entonces puede ser contrastado con el tener. En cambio, Sen ha preferido mantener su enfoque de las capacidades como una teoría no especificada, vacía en este sentido, e incompleta: Este enfoque, sostiene Sabina Alkire quien ha intentado desarrollarlo, está deliberadamente incompleto: "Sen está mucho menos preocupado por adoptar y defender una posición sustantiva pero contenciosa, de lo que está por mostrar como el enfoque de las capacidades puede ser compartido por personas con sistemas filosóficos divergentes, incluso contradictorios. Este carácter incompleto del enfoque puede ser visto como evasivo y esbelto, pero es en realidad una de sus más importantes ventajas. Sen arguye que el carácter incompleto resultante es honesto más que decepcionante"6. Al buscar la aceptación de su enfoque por Sirios y Troyanos, y lograrlo, Sen ha asegurado su amplio prestigio y reconocimiento pero a costa de no desarrollar, por ello mismo, una teoría digna de ese nombre. Esto se refleja en algunas de las críticas que ha recibido Sen. Por ejemplo, Bernard Williams, quien ha sido coautor de Sen y, por tanto, no es un crítico hostil, destaca que 1) Existe el riesgo de trivializar las capacidades si incluimos como tales la capacidad de elegir cualquier nuevo bien que aparezca en el mercado, como el detergente "Blopo"; lo cual lo lleva a sugerir que las capacidades no pueden ser planteadas individualmente, que tiene que pensarse en conjuntos correalizables de ellas (es decir, que se tienen que realizar conjuntamente); y 2) Se tiene que pensar en capacidades básicas o fundamentales y para ello parece necesaria mucha más teoría sobre la naturaleza humana y las convenciones sociales.7 Es decir, Williams le pide a Sen que desarrolle lo que ya Fromm (y Marx, Giörgy Markus, Maslow, entre otros) ha desarrollado.

CONVIENE DEJAR QUE Fromm nos diga algo adicional sobre la distinción entre tener y ser:

Esta distinción, conjuntamente con la que distingue el amor a la vida del amor a la muerte, representa el problema más crucial de la existencia humana; la información antropológica y sicoanalítica tienden a demostrar que tener y ser son dos orientaciones o modos fundamentales de la experiencia humana, cuyas fuerzas respectivas determinan las diferencias de carácter en los individuos y los varios tipos de carácter social. (To Have or to Be?, p. 16)

ES DECIR, LA distinción no es sólo filosófica, sino práctica: algunas sociedades y algunos individuos se orientan más por el tener que por el ser. En la sociedad medieval, dice Fromm, la conducta económica estaba determinada por principios éticos. Las categorías económicas de precio y propiedad privada eran parte, para los teólogos escolásticos, de la teología moral.

"La conducta económica seguía siendo conducta humana y, por tanto, sujeta a los valores de la ética humanista...El capitalismo del siglo XVIII sufrió un cambio radical: la conducta económica se escindió de la ética y de los valores humanos8. En efecto, la máquina económica se supuso que era una entidad autónoma, independiente de las necesidades y la voluntad humanas. Como un sistema que se maneja por sí mismo y de acuerdo con sus propias leyes...El desarrollo de ese sistema económico ya no estaba determinado por la pregunta: Ƒqué es bueno para el Hombre? sino por la pregunta Ƒqué es bueno para el crecimiento del sistema? (p.7)

EN UN LIBRO póstumo, Fromm aborda la relación entre las cosas y la actividad humana: "si bien el espectro de las cosas es muchísimo menor para el cazador primitivo que para el hombre cibernético, el espectro de la actividad humana no muestra semejante diferencia" (p.115). Si los juzgáramos por su capacidad de hacer, y no por las cosas que los rodean y usan, la evaluación detallada que hace Fromm del amplio radio de actividades del cazador primitivo dejaría mal parado al hombre contemporáneo promedio:

"manejaban pocas cosas hechas por el hombre, pero aplicaban muy activamente sus facultades de pensar, observar, imaginar, pintar y esculpir. Si quisiésemos expresar en términos cuantitativos la relación entre sus cosas y sus actos, podríamos afirmar (simbólicamente) que, entre los pueblos más primitivos, era de uno a cien, mientras que, en el hombre moderno sería de cien a uno".(p.119)

1 Amartya Sen, The Standard of Living, Cambridge University Press, Cambridge, Reino Unido, 1987, p. 16 (cursivas añadidas).

2 Sin entrar a un análisis detallado de la pertinencia de la forma en que Sen aplica el concepto de "fetichismo de las mercancías" de Marx (me parece que el problema que aborda Sen es solamente el de tomar los medios por fines, lo que está muy lejos del fetichismo en Marx, en el cual las relaciones sociales entre los hombres aparecen como relaciones sociales entre las cosas), conviene hacer una aclaración terminológica. Cuando Sen habla de "commodities" (el mismo término que usó Marx en inglés para referirse a las mercancías) se refiere a otra cosa que Marx, ya que en "la jerga de la economía moderna, commodities incluye no sólo las mercancías propiamente dichas sino también, por ejemplo, los alimentos producidos para el propio consumo familiar)" (A. Sen, "Reply" en The Standard of Living. op. cit. p. 107).

3 Gerald A. Cohen, "ƑIgualdad de qué? Sobre el bienestar, los bienes y las capacidades", Comercio Exterior, vol. 53, núm. 5, mayo de 2003, p.427.

4 Erich Fromm, To have or to be? , Harper & Row, Publishers, Nueva York, 1976, p.2 (Hay traducción al español del Fondo de Cultura Económica, 1979).

5 Erich Fromm, Psicoanálisis de la Sociedad Contemporánea, Fondo de Cultura Económica, México, 1956.

6 Sabina Alkire, Valuing Freedoms. Sen's Capability Approach and Poverty Reduction, Oxford University Press, Oxford, Reino Unido, 2002, p.10.

7 Bernard Williams, "El nivel de vida: intereses y capacidades", Comercio Exterior, vol.53, núm.5, mayo de 2003, pp.424-426.

8 Como el lector apreciará, esta idea es central pára el título y espíritu de esta columna.

9 Del tener al ser. Caminos y extravíos de la conciencia, Paidós, México, 1991 (edición original en alemán, 1989). En el prólogo, Rainer Funk, algo así como el albacea de la obra de Fromm, y editor del libro, explica que "Cuando Erich Fromm escribió en su retiro de Locarno el libro ƑTener o Ser?, de 1974 a 1976, compuso muchas más páginas y capítulos de los que finalmente encontraron cabida en el volumen publicado en 1976. En el presente volumen se recogen algunos de dichos capítulos, que completan el libro ƑTener o ser?

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