Descubre que es deporte

Herrerías pide a la Codeme dinero para la tauromaquia

LUMBRERA CHICO

César Cravioto, director de Participación Ciudadana del Gobierno del Distrito Federal, explicó a La Jornada que el pasado jueves las autoridades capitalinas no dieron a conocer las nuevas modificaciones al Reglamento Taurino de la ciudad de México porque "todavía hay detalles que no han sido afinados". El funcionario agregó que la revisión de los mismos será realizada en los próximos días y entonces, con toda oportunidad, se divulgarán los cambios.

Cravioto señaló que no existe prisa alguna para finalizar este procedimiento porque, "de todos modos", la Monumental Plaza Muerta (antes México) sigue cerrada por la empresa que preside el veterinario Rafael Herrerías Olea y "no hay urgencia en la medida que la temporada de novilladas, que debió comenzar con el verano, no está en ciernes, lo cual no es culpa del gobierno de la ciudad, porque éste no ha puesto ningún impedimento al respecto".

Por su parte, volcado de tiempo completo a la atención de sus negocios futbolísticos con los Tiburones Rojos del Veracruz, Herrerías adquirió la carta del jugador ex americanista Cuauhtémoc Blanco, un sujeto de modales patanescos como los suyos, e imbuido quizá del espíritu de competencia atlética que ahora lo rodea, ideó una ingeniosa trapisonda para cubrirse de los efectos económicos perjudiciales que le ha acarreado el histórico decreto del 26 de febrero de este año, que le expropió la tenencia de los derechos de apartado del coso de Insurgentes.

Gracias al mecanismo que le permitía canjear esos abonos cada año y obtener por la operación entre 17 y 20 millones de pesos, con los cuales pagaba a Moisés Cossío el alquiler anual de la Plaza Muerta (que él mismo asesinó), ahora Herrerías pretende obtener un subsidio, no se sabe de qué monto, de parte de la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme).

Para sustentar su descarada petición de dinero del erario, Herrerías desea que la fiesta brava sea considerada como "deporte-arte". Pero tal barbaridad no ha movido sino a risa a las autoridades deportivas, que descartaron de antemano su ocurrencia. Si este sueño guajiro se llevara a la práctica, los toreros y subalternos deberían actuar en calzoncillos y camiseta, y los jueces, en lugar de conceder orejas y rabos, otorgarían medallas de bronce, de plata o de oro a los autores de las mejores faenas.

Como se ve, el "empresario" está desesperado, porque le quedan apenas unos cuantos meses para conseguir el dinero de la renta -el contrato se le vence en octubre- y, hasta ahora, no ha reunido la suma necesaria pese a las funciones de boxeo, conciertos de música popular y ceremonias religiosas que ha venido ofreciendo en la plaza. En otras palabras, se está ahorcando lentamente con la medida que le aplicó Andrés manuel López Obrador, y su única esperanza es que éste sea derrocado por la conjura que encabeza la Presidencia de la República y que el futuro gobernante interino, que sin duda será también del PRD, dé marcha atrás al histórico decreto. Pero éste es otro sueño jarocho.