Afirman algunos republicanos que la Casa Blanca podría despedir a Dick Cheney

El presidente Bush, al parecer, está perdiendo el control de su gobierno

El gobierno, cada vez más a la defensiva por acusaciones y mal manejo del Poder Ejecutivo

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 24 de junio. El presidente, George W. Bush fue interrogado hoy durante más de una hora por fiscales federales que investigan quién en la Casa Blanca vio-ló la ley al divulgar a los medios el nombre de una agente encubierta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), pero ésta es sólo una de varias acusaciones de actividades ilegales y mal manejo por parte del Poder Ejecutivo que colocan al gobierno republicano en posición cada vez más a la defensiva.

En sus primeros años en la Casa Blanca, Bush y sus funcionarios se autoelogiaban por su eficiencia y talento administrativo.

Pero ahora muchos de estos mismos al-tos funcionarios enfrenta investigaciones sobre posible corrupción al otorgar contratos gubernamentales, alegaciones de que los niveles más altos de este gobierno autorizaron el uso de tortura, acusaciones de que ignoraron advertencias de inteligencia sobre los peligros del "terrorismo" antes del 11 de septiembre y de engaños y mentiras para justificar la guerra contra Irak.

Algunos republicanos, reportó anoche CBS News, están ahora tan preocupados por el mal manejo de la Casa Blanca que especulan que Bush podría tener que deshacerse de su vicepresidente, Dick Cheney.

Cheney, quien ha sido el mayor promotor de la invasión de Irak y aún insiste -sin ninguna prueba pese a que todo indica lo contrario- que hay armas de destrucción masiva en ese país, también se ha convertido en centro de la crítica contra el gobierno por haber sido ex presidente de Halliburton, empresa texana que ha recibido más de 4 mil millones de dólares en contratos federales durante los últimos tres años.

Esta semana Cheney perdió el control en el Senado ante críticas de sus vínculos con Halliburton, y llegó al punto decirle "fuck you" al veterano senador demócrata Patrick Leahy. La oficina del vicepresidente ha re-husado confirmar la frase particular, pero reconoce que los dos hombres sostuvieron "un intercambio franco de opiniones". Maldecir está prohibido en el Senado.

Pero los problemas de la Casa Blanca van mas allá de Cheney, y algunos analistas políticos empiezan ahora a preguntar abiertamente si Bush está perdiendo el control y muestra señas de que los escándalos están debilitando su poder.

Un ejemplo de esto, señalan algunos, es el fracaso de la Casa Blanca en obtener la aprobación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de una resolución otorgando inmunidad a militares estadunidenses ante la Corte Penal Internacional.

Esto obliga ahora a la Casa Blanca a considerar emitir una ley otorgando inmunidad antes de trasladar la "soberanía" de Irak a un gobierno interino, el 30 de junio, maniobra que sólo fortalecerá la impresión de que Estados Unidos no está en verdad cediendo el control político en Irak.

El gobierno de Bush también intentó esta semana reducir el debate sobre las alegaciones de que altos funcionarios condonaron la tortura de prisioneros en Irak, y para ello difundió cientos de documentos adicionales, inclusive uno en que el presidente ordena a las tropas a tratar de manera "humana" a los prisioneros.

Pero esta difusión pública de documentos antes secretos no tuvo el efecto deseado de bajar el nivel de esta controversia.

El New York Times editorializó hoy que los documentos, de hecho, "confirman que Bush fomentó una cultura permisiva en torno al tratamiento de prisioneros lo que finalmente llevó al desastre de Abu Ghraib".

El Washington Post y otros medios aquí señalan que aun después de que Bush su-puestamente ordenó "tratamiento humano", existió una discusión entre varias agencias federales sobre qué nivel de dolor podría infligir un interrogador antes de que pudiera ser acusado de tortura.

Al mismo tiempo, hay por lo menos una docena de investigaciones de altos funcionarios del gobierno de Bush. La indagación sobre acusaciones de que la Casa Blanca filtró el nombre de una agente secreta de la CIA para castigar a su esposo -quien se convirtió en crítico de Bush- ha alcanzado a los niveles más altos, como fue comprobado cuando el presidente fue entrevistado hoy por los fiscales encargados del caso.

Todas estas investigaciones han sido provocadas o nutridas por filtraciones constantes de documentos secretos internos por el gobierno de Bush, lo cual genera especulación sobre pugnas intensas al interior de él y hasta posibilidades de rebeldía interna.

En muchos de estos casos, sólo los más altos funcionarios -y los socios más cercanos al presidente- tenían acceso a los documentos secretos, por ejemplo los preparados sobre la tortura, o sobre la identidad de una agente encubierta de la CIA.

Nutriendo la impresión de disidencia y conflictos internos en el gobierno de Bush, hay situaciones como la publicación esta semana de un nuevo libro de un alto oficial en activo de la CIA que critica ferozmente al presidente y su guerra contra Irak.

La CIA ha estado en pugna con la Casa Blanca y el Pentágono durante los últimos dos años, y varios analistas políticos sospechan aquí que el libro podría ser algún tipo de venganza de algunos funcionarios por las críticas que se han hecho contra la agencia por la Casa Blanca.

Las noticias para la Casa Blanca probablemente empeoran por lo menos otro mes. La transición en Irak parece reconfirmar a muchos el fracaso de esa guerra.

CNN y ABC News reportaron que sus encuestas más recientes registran que por primera vez una mayoría de estadunidenses cree que la invasión no valió la pena.

Además, el informe final de la comisión bipartidista que investiga la respuesta del gobierno ante los atentados del 11 de septiembre de 2001 está programado para ju-lio, y se espera que ofrecerá mas pruebas de los fracasos de la Casa Blanca.

Para acabar, también continúan investigaciones que podrían resultar hasta en cargos criminales para algunos funcionarios, en particular en torno a los casos de tortura y por lo de la agente de la CIA.

Al mismo tiempo, vale subrayar que las elecciones son hasta noviembre. Aún está por verse si los ocupantes actuales de la Ca-sa Blanca podrán retomar la ofensiva política antes de esa fecha.