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México D.F. Viernes 18 de junio de 2004

Creció 40% la migración de menores hacia EU

El fenómeno es preocupante, admite el DIF; desintegración familiar, una de sus secuelas

ALONSO URRUTIA ENVIADO

Nogales, son. Anacleto Yáñez tiene 14 años pero ya acumula un historial de deportaciones. La migra estadunidense lo ha echado tres veces de ese país y parece que los fracasos le han hecho entender que no debe intentar cruzar por la frontera con Arizona. Quizá lo haga por Matamoros, su tierra, desde donde vino porque le prometieron que "acá era más seguro el cruce".

A esa edad y ya con tribulaciones de gente mayor. No hay trabajo, ni dinero para ir a la escuela. Tampoco tiene el ánimo ni la idea de que su futuro pueda estar en México.

Por ahora se halla en el albergue del DIF en esta ciudad maldiciendo su suerte, sentado en el patio y sin mucho que esperar de su futuro inmediato. La fortuna le ha sido esquiva, le ha truncado la idea de vivir en Carolina del Norte con sus tíos, pues sólo le permitió llegar cerca de Phoenix, donde lo atrapó la Patrulla Fronteriza.

Si todo sale conforme a lo planeado, en un rato más su papá vendrá por él para regresarlo a Tamaulipas.

-ƑEl estuvo de acuerdo en que cruzaras?

-Sí, él me trajo. Nada más me dijo que me cuidara y que me encomendara a Dios.

La ayuda divina, al parecer, no llegó. Las historias de menores migrantes se reproducen sin cesar y se han convertido en un asunto que le preocupa a la autoridad. "Yo calculo que fácilmente se debe haber incrementado 40 por ciento en este año. Es la proporción en que ha crecido nuestra demanda en ese lapso", dice Guillermo Chaidez, director del DIF en esta ciudad.

Piensa, más bien desea, que los estados donde existe una mayor expulsión de menores migrantes apliquen programas de fomento al empleo juvenil, porque el fenómeno está creciendo de manera explosiva y los esfuerzos por regresarlos no serán suficientes en poco tiempo. En este momento han logrado acuerdos con líneas de autobuses para obtener descuentos y enviar a sus comunidades a aquellos jóvenes mayores de 15 años que ya pueden ir solos.

Para los menores de 15 años, los trámites son más complicados. Es preciso que alguno de sus familiares viaje a Nogales para acreditar su parentesco y pueda regresarlos a sus comunidades, lo cual necesariamente implica más tiempo de estancia.

Hay otros menores a quienes su experiencia como migrantes ha terminado por separarlos de su familia.

Monserrat Palacios se nota intranquila y a ratos medio desesperada. La aventura vivida ha sido frustrante para sus 15 años, pues su intento de cruzar el desierto para llegar a Tucson y alcanzar a su hermano en Florida -quien vive allá hace un año- terminó por partir a la familia.

Divididos en dos grupos, la suerte quiso que sus padres sortearan la vigilancia de la Patrulla Fronteriza. La última vez que los vio fue cuando subieron a un carro que velozmente se alejó del grupo donde estaban ella y su hermana Citlalli, de 12 años.

El vehículo que abordaron ellas no tuvo la misma fortuna. Lo alcanzó la Patrulla Fronteriza cerca de Aravaca y ahí terminó la aventura que comenzó en Rincón de Romos, Aguascalientes, cuando una noche su papá decidió poner fin a sus padecimientos de dinero y tomar rumbo a Florida. Hoy ellas no están ni en Florida ni en su tierra, ni siquiera con sus padres sino solas y en Nogales.

-ƑEstuviste de acuerdo con que te trajeran?

-No, pero ellos decidieron.

No oculta su malestar por los maltratos y el despotismo de la Patrulla Fronteriza. Ni comida ni agua le dieron, dice. Tampoco le gusta estar aquí, pero algo es ya seguro: en mucho tiempo no volverá a ver a sus papás, quienes ya hablaron con la única hermana que quedó en su tierra para decirle que ellos llegaron con bien a Florida y que vaya por ellas a Nogales.

En los pasillos del albergue juegan un par de niños, son hermanos de cinco y siete años a quienes hace dos días deportó la Patrulla Fronteriza por conducto del consulado en razón de su edad. A su manera cuentan lo que tienen idea que sucedió en su paso hacia Estados Unidos.

Tienen claro que sus padres se detestan. Son divorciados, andan de pleito por quedarse con ellos y sólo tienen en común que ya emigraron, por separado, a Estados Unidos. Tanto su padre como su madre los quieren a su lado. Ya los llevaba una pollera hace algunos días, "a la fuerza", dice la niña, porque el papá le pagó porque los quiere tener con él con tal de que no estén con su mamá y con el señor que ahora vive con ella.

Había otro par de hermanos -agrega-, pero se murieron hace tiempo "de unos granos que les salieron". Su hermano sólo sonríe a pesar de que están ahí solos desde hace dos días en busca de que alguno de sus padres los reclame. Algo pasó que nunca llegaron para internarlos en Estados Unidos.

Si existe una preocupación oficial por el incremento en la proporción de menores que emigran, también la hay por las formas que adoptan en algunos casos. "Cuando son muy niños los llegan a pasar sedados", asegura Chaidez. Todo con tal de evitar que un llanto imprevisto los delate.

El funcionario sostiene que ha iniciado gestiones con los tres niveles de gobierno para que autoricen la construcción de un albergue especial para menores de cinco años, que cuente con la atención especializada requerida. Por ahora, el gobierno de Sonora ha respondido, en principio, afirmativamente, pero mientras esto se concreta se han buscado también apoyos internacionales para su atención en el albergue actual.

Ellos forman parte de los casi 20 niños que, en promedio, llegan a diario al DIF. Es ya una demanda que asfixia el presupuesto y la infraestructura destinados para la atención a menores que migran, y desborda la capacidad de atención: "se disparó enormemente y hemos tenido muchos menores de cinco años que realmente es muy difícil atenderlos las 24 horas del día. Son niños que requieren atención de tiempo completo de niñeras, dietistas, con las que ahora no contamos", apunta el director.

-ƑCómo llegan sicológicamente?

-Muy dañados. Imagínate el trauma de estar solos y sin dinero -responde Chaidez.

Lamentablemente sólo hay atención sicológica cuando son casos muy difíciles, y eso porque se les canaliza a la Procuraduría de la Defensa del Menor del estado.

-ƑSe hace algo en la frontera de Sonora para desalentar el cruce de menores?

-ƑQué podemos hacer? -es su respuesta.

Difícil misión en una frontera donde los menores de la región son utilizados también como guías para quienes quieren cruzar.

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