Luis
Tovar
DIEZ
RAZONES PARA VER EL ZAPATA
DE
ARAU
(I DE II)
"Que hablen bien o mal, pero que
hablen": esta vieja recomendación parece haber sido rigurosamente
atendida por el enorme grupo de personas involucradas en la producción,
distribución y exhibición de Zapata, el sueño del
héroe, comenzando por Alfonso Arau, director, principal responsable
y acaso mayor beneficiario de lo que, de modo más que anunciado,
se convirtió en un desapacible circo mediático mucho antes
de que la cinta se instalara en cartelera con sus apantallantes 430 copias.
Otra frase popular a la que el Zapata
de Arau o mejor dicho, Arau hablando de su Zapata da cabal cumplimiento
es: "explicación no pedida, culpabilidad manifiesta". Auténtico
parto de los montes, este Zapata es como el "Vals del minuto" de Les Luthiers:
el prólogo, fecundo en verborrea, es diez veces más largo
que la obra y por momentos también más memorable, para bien
o para mal.
De las diez razones aquí apuntadas
para ver el Zapata de Arau, las primeras cinco no tienen que ver
con la película en sí misma sino con todo lo que la ha rodeado
desde que su director anunció lo que se traía entre manos.
Este proyecto así nació y así ha proseguido, tan arropado
por la publicidad de la pagada y de la otra, que desde siempre cupo el
temor de que bajo la parafernalia en medios no hubiera casi nada.
ME DEFIENDO
MEJOR SOLO
Arau y su Zapata se han encargado,
sin que haya sido necesario picarles demasiado las costillas, de indisponer
a Mediomundo en su contra. Y si no, que lo digan los despropósitos,
los excesos y los incordios enlistados a continuación:
1. Alfonso Arau afirmando, salmahayeskamente,
que él no es historiador sino un contador de historias, como si
quien quisiera contar una historia en filme, libro, canción o lo
que sea estuviera necesariamente peleado con la Historia o tuviese la
obligación de alterarla para hacerla "atractiva". (Y si Emiliano
Zapata no era por sí mismo "atractivo" para contar su historia,
¿entonces para qué hacer una película acerca de él?)
2. El mismo Arau dando una inopinada, desconcertante
y hay que suponer involuntaria muestra de insensibilidad machista, al
afirmar literalmente que con su Zapata "violé la historia, pero
le hice un hijo muy bonito..." Amén de lo desafortunado de la metáfora,
quedaba por averiguar si de verdad el hijo era o no bonito, para lo cual
el menos autorizado a opinar era, desde luego, el propio violador.
3. El enfoque, inédito hasta donde
un servidor conoce, de una película como si se tratara de un espectáculo
en vivo en el mejor de los casos, y en el peor, de un programa de televisión,
con la campaña de publicidad en la que una marca de cerveza se ostentaba
como "patrocinadora oficial". A temblar, pues si ahora cada película
será abierta y explícitamente "patrocinada" por una marca
comercial, ésta no tardará en exigir que su producto tenga
presencia directa en el filme (cosa que ya ocurre más o menos veladamente:
vea de nuevo, si se atreve, La hija del caníbal, por citar
sólo un ejemplo).
4. En la misma ruta de mercachiflería,
Alejandro Fernández aparece constantemente en spots publicitarios,
caracterizado como Zapata y promocionando un tequila que "se pide como
es". No hay ninguna ingenuidad en este abuso, pues la última de
las características de un "creativo" publicitario es la candidez,
y al que se le ocurrió semejante barrabasada no le pasó inadvertido
que el público no vería a Fernández sino a Zapata.
Sencilla y desagradablemente, se tomó a un personaje histórico
bueno, a su caricatura y se le puso a vender alcohol. Que nadie se sorprenda
ni se indigne cuando Francisco Villa salga un día en la tele
anunciando una marca de sotol y López Velarde una de jerez.
5. Pequeño detalle, que por supuesto
no figura entre las consideraciones del insuperable crítico que
"ya aprobó" la película según la leyenda que ostentan
los promocionales, pero que puede causar bastante desasosiego si a uno
le da por pensar en cómo puede darse solución al problema
de los eternamente escasos recursos económicos con los que cuenta
nuestro cine: que haya implicado dinero de Ángel Isidoro Domínguez,
"el Divino" y el colmo, que él mismo aparezca en pantalla. Habrá
que esperar el debut, como productores y en una de ésas también
como histriones, de Cabal Peniche, Raúl Salinas, Carlos Ahumada
y otros ilustres prohombres adinerados.
(Continuará.)
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