México D.F. Sábado 22 de mayo de 2004
Función inicial de La bella durmiente
con el Ballet de Kiev en el Auditorio Nacional
La gracia infantil aportó el toque vital para
recrear la coreografía de Petipa
Por primera vez la compañía trae a sus
más 90 bailarines y la producción completa a México
Nota por nota, la música de Chaikovsky armonizó con pasos,
giros y gestos
CARLOS PAUL
El tierno y profesional cuerpo de ballet integrado por
16 niñas y niños bailarines dotó de encanto especial,
a la de por si fastuosa y clásica coreografía de La bella
durmiente, que se escenificó la noche del jueves con el Ballet
de Kiev, del Teatro Nacional de Ucrania, en el Auditorio Nacional.
Esta
es la primera ocasión que ese agrupamiento dancístico -uno
de las tres más prestigiados de Rusia, junto con el Bolshoi y el
Kirov-, trae completa a nuestro país su majestuosa escenografía
y vestuario, y a sus más de 90 bailarines.
La presencia de los pequeños intérpretes,
sus coloridos y sincronizados movimientos, su fuerza y fragilidad, da singular
vida a la obra.
Prescindir de ellos, como hacen otras compañías,
devendría una puesta técnicamente espectacular, glamorosa,
pero sin ese toque vital que sólo la gracia infantil puede aportar,
como dispuso Marius Petipa.
Y así fue. Su participación enriquece la
variedad y la belleza de las secuencias dancísticas del conjunto,
que como en una sinfonía, cada una de las cuatro partes que integran
la obra (un prólogo y tres actos) parecieran no poder existir una
sin las otras.
Depurado estilo
La imaginación musical de Piotr Illich Chaikovsky,
nota por nota, se conjugó en perfecta fusión y armonía,
con los pasos, giros, gestos y movimientos de brazos de los bailarines
y bailarinas, propuestos por Petipa hace más de 100 años.
Durante casi tres horas, con dos intermedios, se recreó
la romántica historia de la princesa Aurora, la bella durmiente.
El cuerpo del ballet convertido en púrpuras hadas,
los solistas en reyes engalanados de marfil y oro, y la bruja, el hada
malvada Carabosse, refrendaron el alto nivel técnico que poseen
para interpretar, con el más depurado estilo, lo que es el ballet
clásico.
Uno de los detalles significativos del montaje es que
se presenta en su versión original, por lo que al final de la coreografía
en lo que es la boda del príncipe Desirée y la princesa Aurora
aparecen en la celebración los personajes de otros cuentos escritos
por Charles Perrault, autor del cuento en que se basa la coreografía.
Así, pasan por el escenario Caperucita Roja y el
lobo, el Gato con Botas, la Cenicienta, el Pájaro Azul y la Gatita
Blanca, entre otros personajes.
El elenco estuvo encabezado por Oleg Tokar (rey), Lyudmila
Melnik (reina), Anna Dorosch (Aurora) y Denis Matvienko (Desirée).
El Ballet de Kiev, además de presentarse jueves
y viernes, ofrece tres funciones más: hoy a las 13 y 20 horas, y
mañana a las 12 horas en el Auditorio Nacional (avenida Paseo de
la Reforma y Campo Marte, Bosque de Chapultepec).
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