.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

P O L I T I C A
..

México D.F. Lunes 17 de mayo de 2004

Javier Oliva Posada

Caracterizar el diálogo en la política

En la semana que pasó acudimos a una redición y confirmación del muy bajo nivel de polémica y contenidos de la política en México. Cerramos con la porra unánime de "diálogo, diálogo". Muy bien, pero Ƒpara qué dialogar?, Ƒcon quiénes dialogar? Es más: Ƒcómo dialogar? Estas aparentemente intrascendentes preguntas no lo son si partimos de un dato preocupante, que es la ausencia de prioridades del principal actor en escena: el gobierno de la República.

Indiscutiblemente que tener la actitud y disposición para intercambiar puntos de vista es un buen comienzo, pero nada más. Con declaraciones y frases, ataques y descalificaciones, difícilmente se da el segundo paso, que es el establecimiento de un método a aplicar para satisfacer las expectativas y requerimientos de los involucrados. La lista de participantes puede ser tan amplia como ambiguos sean los fines. Por eso, el diálogo como proceso de conciliación de intereses, se encuentra prácticamente en todas las relaciones interpersonales y, por supuesto, en las institucionales.

Empecemos por caracterizar el marco, el entorno de lo que caracteriza al diálogo en la política. Consta de cinco puntos. Primero, el compromiso ético y moral de contribuir con argumentos viables e incluyentes; segundo, precisar los objetivos y limitaciones de cada uno de los actos o foros. Tercero, mantener la privacidad de los mismos hasta alcanzar avances suficientes y, en su caso, definitivos. Cuarto, reconocimiento del marco legal como referente fundamental, y quinto, la actividad racional que implica el diálogo en la política, requiere de la valoración de las distintas opiniones, incluyendo la propia. Probablemente, en lo que concierne a la actitud personal de los participantes, llegar a las conversaciones con la certeza de que puede no tenerse la razón, es decir, aceptar que se puede estar equivocado.

En este proceso lento y complicado que ha significado el cambio de época, como señalara Alain Touraine, México observa, además de situaciones inéditas, la ausencia de conductas que se requieren para hacerles frente, es decir, necesitamos conductas igualmente nuevas. Así, probablemente ese sea el principal obstáculo: se quiere un presidencialismo sin autoritarismo presidencial, se busca y quiere un parlamentarismo sin parlamentarios; por eso, resulta explicable que ante la ausencia de un clima propicio para la negociación política, cuando se convoca a la búsqueda de acuerdos, las opciones se encuentran en tal situación de debilidad para su realización que raramente pasa de las páginas de los diarios.

En el gobierno del presidente Vicente Fox, la ausencia del proyecto le ha impedido conocer y construir las alianzas para alcanzar los acuerdos, cualquiera que sean. Llama la atención, que a poco menos de dos años y seis meses de gestión, se convoque al diálogo a las fuerzas partidistas para discutir el contenido y prioridades de la agenda nacional. Para comenzar ese pretendido diálogo, en un régimen presidencialista, la iniciativa debiera proceder precisamente del Poder Ejecutivo. Pero no confundir iniciativa con objetivos propios. Llamar a diálogo implica, como se apuntó, buscar acuerdos que puedan ser razonablemente satisfactorios para el país y la conducción del mismo.

No hay ideas buenas o malas, lo que hay son buenos o malos argumentos. Lo que hay son mejores o peores sustentos que permitan la verificación de lo que se sostiene. Por eso, anteponer las prioridades personalistas o de imagen siempre terminarán por destruir el camino para crear un ambiente propicio para el diálogo en la política. Esta opción, quizá, sea uno de los aspectos de la práctica política que exige los más altos niveles de congruencia.

La semana que hoy comienza nos permitirá comprobar si hay o no, en los hechos, disposición e iniciativa para entablar el tan llevado y traído diálogo. Espero que sí se dé; es necesario, útil y, sobre todo, implicaría una prueba fehaciente de que hemos entrado en una nueva era del sistema político mexicano.

[email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email