ALFARERIA DE CHILILICO

CHILILICO es una población cercana a Huejutla en la Huasteca de Hidalgo; casi todas las mujeres de la localidad se dedican a la producción alfarera. Las piezas más conocidas son las magníficas ollas de barro rojo, pintadas con color crema, que se decoran con motivos en café oscuro. Conservan los colores de las que se hicieron en la época prehispánica. Estos recipientes para agua, en el ámbito regional, se conocen como ollules.

ADEMAS de ollules de distintos tamaños, en Chililico se producen otros objetos de uso cotidiano como molcajetes y botellones. A los molcajetes se les hace en el fondo un diseño de rayado que permite moler; sus variantes son múltiples, aunque, por su uso, las incisiones son simétricas. Tienen siempre un sentido plástico que en conjunto los hace bellos.

OBJETIVOS DE USO CEREMONIAL

LA PRODUCCION de objetos de uso ceremonial se hace en menor escala durante el año, pero es en octubre cuando en la gran mayoría de los mercados de la Huasteca aparecen los incensarios, los silbatos y los candeleros. Es raro ver en la región un altar que se prepare para recibir a los antepasados, que no incluya dos o más piezas de Chililico. Los candeleros por lo general representan animales; hay venados, caballitos, toritos, esbeltos y graciosos, modelados con finura. Los silbatos forjados a mano, que se producen en esa temporada por millares, son para los altares a los niños que han muerto.

CONOCER EL BARRO

LOS SONIDOS de los silbatos y las ocarinas se dejan escuchar con sus tonos melancólicos, sobre todo por las tardes. Al oír los sonidos que provienen de diferentes lugares en cualquier pueblo de la Huasteca, parecería que es la propia naturaleza que con sus llamados nos invitara al mismo tiempo a participar en el juego y a reflexionar sobre nuestros antepasados desaparecidos. Las formas de los silbatos están siempre referidas a los animales silvestres. Por la maestría de su ejecución se encuentran en colecciones de diferentes museos en el mundo.

EN LOS LUGARES sagrados de los montes y también en los altares son frecuentes los incensarios (poposhcontles). Tienen unos 20 centímetros de alto, los hay de color rojo o crema, decorados con flores y soles; los bordes del recipiente para las brasas pueden ser ondulados. Para facilitar la combustión cuentan con cuatro pequeños orificios en la parte baja, tienen una columna tubular como soporte y una base circular.

LAS ARTESANAS y creadoras de Chililico emplean cinco o seis herramientas en el proceso de producción. Dos son de barro manufacturadas por ellas mismas; otra es un pequeño tramo de lámina de fierro en el que se han hecho resaques con un esmeril y que usan para dar forma y cortar el barro. Utilizan también un fragmento de piel curtida para alisar la superficie de sus esculturas. Otro de sus utensilios es la pluma de gallina; la usan para decorar. Al pintar, la pluma se desliza por la superficie, y al aplicar color con toques repetidos, la pluma y la mano parecen hacer un ligero aleteo.

COMO TODO en el arte popular, al ver a las artesanas de Chililico elaborar sus ollas, el trabajo parece sencillo y fácil; pero para llegar a esa maestría, hay que conocer a la perfección el barro y observar con cuidado los diferentes niveles de secado, que como es lógico dependen del clima; también hay que conocer el fuego con que se cuecen las piezas. Los conocimientos tecnológicos que poseen, rebasan con mucho cualquier consideración superficial.
 
 

Fotografía de Pablo Méndez y dibujo de Marco Buenrostro



Agradeceremos que nos envíen datos acerca de las celebraciones que se realizan en su comunidad, así como descripciones de sus costumbres y tradiciones. También serán bienvenidos sus comentarios y correspondencia a: La Jornada, Av. Cuauhtémoc 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, Benito Juárez C.P. 03310, sección Cultura, página Tradición y Cultura.