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PARA LEER EN ESPAÑOL

26 de abril de 2004

Ronald Buchanan

Así como Hershey's ­empresa de confitería emblemática de Estados Unidos­ está a punto de lanzar una línea de chocolates enchilados, firmas editoriales de los Estados Unidos y España han lanzado una guerra para asegurar posiciones en el mercado de periódicos en español en Texas.

Ambos fenómenos son indicios de que las grandes corporaciones se están dando cuenta de la importancia de los consumidores hispanohablantes, de los cuales la abrumadora mayoría son de origen mexicano.

La guerra de los periódicos en español en Texas empezó hace medio año, cuando Belo Corporation, dueña de The Dallas Morning News, lanzó el diario Al Día en la zona metropolitana de Dallas-Fort Worth. La Estrella, de la empresa Knight-Ridder, que cubría la misma zona y salía dos veces a la semana, de inmediato se convirtió en diario.

GilBNY mientras Al Día y La Estrella siguen en pie de lucha, dos ex-periodistas de The Wall Street Journal van a lanzar una cadena de periódicos en el sur de Texas apoyados por una inversión inicial de 16.4 millones de dólares del grupo editorial Recoletos, filial española de la compañía inglesa Pearson ­esta última fundada, por cierto, con la fortuna que el ingeniero inglés Wheetman Pearson hizo en México al principio del siglo pasado en la industria petrolera, como dueño de El Aguila hasta antes de la expropiación de 1938, o con la construcción del Puerto de Veracruz y el Ferrocarril Transístmico.

Eso no es todo. Con una fotografía del cantante Chayanne en la portada, el diario Houston Chronicle acaba de lanzar una edición texana de La Vibra, un semanario de la farándula editado por La Opinión de Los Angeles. Y Hearst Newspapers, otro nombre de abolengo en el mundo de la prensa estadounidense, ha escogido la fecha simbólica de Cinco de Mayo ­que en Estados Unidos es identificada como el "día de México" y que recuerda la derrota de las tropas francesas en Puebla­ para el arranque de una revista semanal bilingüe editada por el San Antonio Express-News.

Pero ¿por qué, de repente, tantas nuevas publicaciones en español en Texas? "Es que Texas es la última frontera para la industria editorial hispanohablante", dice Gilbert Bailón, presidente/editor de Al Día. Solamente la población hispana de Dallas-Fort Worth se duplicó hasta rebasar el millón en la última década del siglo veinte. Y, a diferencia de otras zonas que tienen una alta concentración de población latina ­como Nueva York, Chicago y Los Angeles­ no contaba con un diario en español hasta el arranque de Al Día.

Ahora Al Día tiene una venta diaria de unos 40 mil ejemplares, asegura Bailón. Pero no ha sido tarea fácil. "Tenemos unos 30 reporteros para cubrir la información local, y se nota en la calidad. No usamos refritos de las agencias de noticias", dice.

recoTambién ha sido necesaria una labor de educación para que los anunciantes se den cuenta del peso del mercado representado por la población de origen latino. Mientras tanto, los lectores han tenido que ser convencidos de las virtudes del reparto a domicilio. Y es que probablemente pocos han sido suscriptores de periódicos en su país de origen. "La gran mayoría de los periódicos latinoamericanos se enfocan en un élite intelectual", dice Bailón. "Pero nuestro público es gente trabajadora. Está interesado por las cosas que afectan sus vidas diarias. De ahí la importancia de la información local". Sin faltar, por supuesto, la información de México, sobre todo la indispensable cobertura de la liga de fútbol.

Edward Schumacher Matos, presidente de Meximerica, la empresa que fue adquirida por Recoletos a mediados de abril, piensa aplicar una fórmula muy similar. Schumacher ha sido director The Wall Street Journal Americas ­una versión que reproducen varios diarios en Latinoamérica­ y su socio Jonathan Friedland fue corresponsal del Journal en México y Buenos Aires.

Sin embargo los periódicos que ambos periodistas piensan sacar a las calles en junio próximo, todos bajo el nombre de Rumbo, tendrán poco que ver con la biblia de los inversionistas estadounidenses. "Van a ser periódicos populares, aunque no en el sentido de la nota roja," dice Schumacher. "Serán para toda la familia, para gente de la clase media y media baja ... gente que aspira a que sus hijos tengan una vida mejor."

Rumbo será un periódico modular. La idea es lograr economías de escala con base en secciones, como nacionales e internacionales, que serán iguales en todas las ediciones, mientras que cada polaza tendrá su propia sección de información local.

Habrá, para empezar, ediciones de Rumbo en Houston, San Antonio, Austin y el Valle del Río Grande (McAllen, Bownsville y Harlingen). Pero allí no acaba la cosa, dice Schumacher. Si todo va bien, van a lanzar periódicos en otras áreas de Texas ­y tal vez más allá­ antes de que termine el año. Para empezar, van a contratar a unas 300 personas. Como los que trabajan en Al Día, serán o inmigrantes o hispanos nacidos en Estados Unidos.

Para Bailón, editor de Al Día, la competencia es bienvenida. "Como en toda competencia, no todos los proyectos van a tener éxito," dice. "Pero el hecho de que existan es de por sí una pequeña victoria para la comunidad hispana" =



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