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México D.F. Domingo 25 de abril de 2004

"Naturalizar y legitimar" esas prácticas, tendencia en el estado, según sociólogos

En 20 años, la prostitución infantil en Tlaxcala creció en forma acelerada

Pese a datos concretos, Educación estatal asegura que no hay ninguna denuncia al respecto

LA JORNADA DE ORIENTE

Tlaxcala, Tlax., 24 de abril. En Tlaxcala, uno de los factores que ha contribuido al desarrollo y expansión del comercio sexual infantil es la falta de atención social oportuna a este problema, lo cual ha permitido que en municipios como Tenancingo, San Pablo del Monte y Papalotla, esa actividad ilícita haya crecido "de forma acelerada" durante los 20 años pasados.

Esta es una de las apreciaciones de la División de Estudios de Posgrado del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT) y del Primer Colegio de Sociólogos de Tlaxcala, mediante el Centro de Estudios Demoscópicos (Cedem), cuyos integrantes elaboraron el año pasado el Diagnóstico de la situación del abuso y la explotación sexual comercial infantil.

Según los resultados de esa investigación, "parece que en Tlaxcala se incuba un proceso de naturalización, e inclusive de legitimación de las prácticas vinculadas a la explotación sexual infantil, que contradicen las voluntades internacionales, nacionales y estatales para eliminar o castigar esas prácticas".

Entre los factores que contribuyen a la "naturalización" de esas prácticas destaca la limitada intervención de las instituciones, la ineficiente acción de las leyes -en Tlaxcala es más castigado el robo de una vaca que un delito sexual- y el lenguaje ordinario que se emplea para referirse a estas actividades ilícitas.

Además de los vacíos jurídicos que impiden sancionar la explotación sexual infantil con mayor severidad, se detectó que falta comunicación y coordinación entre las instituciones de atención legal y social para desarrollar actividades orientadas al registro, identificación, atención, seguimiento y persecución de estos delitos, así como para generar estrategias que permitan su combate integral.

Los resultados del estudio indican que de los cuatro tipos de explotación sexual infantil: prostitución, tráfico para actividades sexuales, pornografía y turismo sexual, en Tlaxcala sólo se han detectado las dos primeras modalidades, aunque no se descarta la existencia de las otras dos.

Las características de las víctimas son: bajo nivel económico y educativo, o nula escolaridad, que viven en zonas rurales y son enganchadas primero con la idea de trabajar realizando quehaceres domésticos, para luego ser secuestradas y trasladadas a otros estados, principalmente del norte, donde son prostituidas.

Los casos

La investigación también permitió conocer que en la entidad se practican dos subtipos de prostitución: la que se da en las instituciones educativas y la que tiene lugar en los lugares creados ex profeso, es decir, bares, moteles, hoteles y centrales de autobuses.

"Así, se identificaron prácticas de jovencitas -de apariencia inocente- de secundarias públicas, que de acuerdo con testimonios de algunos profesores, venden besos por dos pesos, o cobran 10 pesos por permitir que los muchachos vean sus cuerpos desnudos". Esta situación se detectó en un plantel de Chiautempan, cuyo nombre se mantiene en reserva, refiere el estudio.

"Pero también fue documentada la venta de servicios sexuales, tanto de jovencitas como de varones menores de edad en instituciones públicas del nivel medio superior. (Se trata) de mujeres y varones entre 15 y 18 años de edad que viven en situación de pobreza en sus hogares, donde además persiste la violencia intrafamiliar, el alcoholismo u otro tipo de adicción de algún integrante de la familia".

Mediante esta investigación se conoció que fuera de los planteles, el intercambio sexual se da en lugares disfrazados, clandestinos, donde aparentemente se expende comida y refrescos, "pero en el interior se pueden conseguir servicios sexuales de las alumnas de alguna escuela. El pago puede ser alcohol, dinero o protección, e inclusive calificaciones. En la mayoría de los casos, el ejercicio de la prostitución suele ser temporal, para cubrir alguna necesidad de los alumnos".

Contrario a lo que se piensa, estas formas de explotación sexual no fueron detectadas sólo en instituciones de educación pública, "también en colegios privados del nivel bachillerato, donde el interés económico resulta ser el punto nodal".

"En las escuelas privadas me ha tocado ver a chicas que regentean sus propios negocios. Ellas mismas admiten que ofrecen sus servicios a una selecta cartera de clientes (que tienen), con un sentido de lucro mayor", narró un maestro de la ciudad de Apizaco, cuya identidad se mantiene en reserva.

Sin embargo, a pesar de todos los datos anteriores, el secretario de Educación Pública del estado, Miguel Angel Islas Chío, aseguró en entrevista que hasta la fecha no se ha recibido ninguna queja relacionada con casos de explotación sexual o tráfico de menores ocurridos en la entidad. Aunque calificó de "deleznable" todo acto de esta naturaleza, insistió en que "en Tlaxcala no ha habido evidencias de este tipo de prácticas".

En referencia a las comunidades donde supuestamente hay explotación sexual, dijo no tener conocimiento de algún caso; sin embargo, aseguró que esto no implica que las autoridades del sector no estén "checando" permanentemente los planteles para evitar esos delitos.

Una profesora de la ciudad de Chiautempan -conurbada a la capital del estado- conoció el caso de una niña de 13 años, estudiante del segundo grado de secundaria y originaria del municipio de Tetlanohcan, "quien era trasladada en coche hacia lugares públicos, o cerca de la comandancia de policía, para prostituirse. La mayoría de sus acompañantes eran policías".

Relata que "sus padres: un albañil y una ama de casa, sabían perfectamente a qué se dedicaba la jovencita, quien en la escuela (secundaria técnica) se mostraba solitaria, hostil y poco comunicativa con sus compañeros".

La maestra dejó el caso por temor, tras ser amenazada por los policías involucrados. "Lo último que supe de esa niña fue que se había ido con un policía y que resultó embarazada", relató.

Otro caso fue narrado por un docente del municipio de Ixtacuixtla, quien aportó datos para la investigación auspiciada por el DIF estatal: "(en este lugar) un ex profesor de bachillerato trafica con menores de edad del estado de Veracruz, quienes están por su propia voluntad, ya que la mayor aspiración de las chicas es tener dinero y estrenar ropa cara".

El dueño de un bar en la ciudad de Apizaco, quien pidió el anonimato, reveló que frente a la escuela Benito Juárez "hay jovencitas que se prostituyen por 40 pesos para comprar cocaína". Esas mujeres, dijo, encuentran en los alumnos del Colegio de Bachilleres a sus principales "clientes", quienes se juntan en grupos de cinco o seis para pagar el hotel y los servicios de la prostituta.

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