Jornada Semanal, domingo 18 de abril de 2004        núm. 476

NAIEFYEHYA

EL LÍDER QUE ISRAEL CONVIRTIÓ EN MÁRTIR:
AHMED YASSIN (II Y ÚLTIMA)

AUGE DEL ISLAM POLÍTICO

Durante las décadas de los setenta y ochenta, el sheik Ahmed Yassin aprovechó el colapso de credibilidad de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), debido a incontables escándalos de corrupción, ineficiencia y oportunismo. Poco a poco la organización fundada por el clérigo fue enfocándose en resolver las necesidades inmediatas y cotidianas del pueblo palestino, al tiempo en que predicaba su versión del islam, en la que se fusionaban los ideales de lucha espiritual y heroismo patriótico. Esto era una alternativa a las organizaciones de corte fundamentalmente marxista que dominaban el panorama de la insurrección palestina. El modelo tuvo un enorme éxito y propició un vuelco popular, de modo que, al aparecer la organización religiosa guerrillera Yihad islámico, el pueblo le dio una recepción entusiasta. Pero Yassin, quien nunca se distinguió por ser un ideólogo original ni un profeta, no quería poner en riesgo la viabilidad de su organización, a la que diferenció de la Hermandad Musulmana al llamarla Hamas. El giro de su política tuvo lugar ante la avalancha de la primera intifada, en 1987, la cual tomó por sorpresa al mundo entero y muy particularmente a los líderes palestinos. Pero la tragedia que desató la atroz epidemia de ataques suicidas no fue obra de islamistas desquiciados, sino que fue desencadenada por la masacre de la mezquita de Hebrón, del 26 de febrero de 1994, cuando el terrorista suicida Baruch Goldstein, un colono judío originario de Brooklyn, abrió fuego en contra de los palestinos que rezaban.

LA CÁRCEL O LA MUERTE

Yassin fue condenado dos veces a prisión, una vez por quince años y otra a cadena perpetua, por el gobierno israelí. En ambas ocasiones ese mismo gobierno decidió liberarlo, al usarlo como peón de intercambio para rescatar prisioneros que consideraba más valiosos. Si Yassin era realmente un incitador, el gobierno israelí podía volverlo a arrestar, algo muy fácil de hacer especialmente si consideramos que las tropas israelíes incursionan diariamente en Gaza, matan civiles, persiguen militantes y arrasan casas. Podían haberlo sometido a juicio, incluso podían haber hecho un espectáculo internacional del proceso, para poner en evidencia los presuntos crímenes del sheik. En lugar de eso optaron por un asesinato espectacular, por una provocación furiosa en la que involucraron deliberadamente a Estados Unidos al usar en el asesinato aviones F16, helicópteros y misiles provistos por Washington. Sharon calculó que la masacre de Madrid del 11 de marzo habría preparado el terreno en su beneficio, a pesar de la debacle del gobierno de Aznar (entre otras cosas por su incompetencia como propagandistas). Este acto sólo viene a comprobar que Sharon sigue siendo un fanático extremista cuyo verdadero objetivo es expulsar a los palestinos de su tierra a costa de lo que sea, aun sacrificando a cientos o miles de sus propios compatriotas y a otros tantos civiles inocentes en el mundo entero al provocar las represalias de fanáticos musulmanes.

INDIGNACIÓN

Resulta un tanto irónico que después del asesinato de Yassin y la indignación planetaria que desató, el diario israelí Haaretz publicó el 29 de marzo (www.haaretz.com/hasen/spages/409679.html) un iracundo artículo acerca de la pérdida de autoridad moral de Sharon. El editorial no se refería a la brutalidad de Sharon y la facilidad con que sus tropas asesinan a presuntos y posibles terroristas, ni cómo matan a niños e inocentes, simplemente porque no les preocupa el "daño colateral" que puedan provocar sus incursiones. El motivo de la indignación era el "affaire de la isla griega" y unos cuantos cientos de miles de dólares (no olvidemos que cada misil con los que despedazaron a Yassin costaba 300 mil dólares) que prometió el magnate inmobiliario David Appel a Gilad Sharon, el hijo del primer ministro, a cambio de las influencias de su padre.

UN MUNDO MÁS SEGURO

Mientras la cumbre de los países árabes en Túnez se desplomaba debido a la incapacidad de los líderes de esa región del mundo para firmar una resolución en conjunto respecto a la situación en Palestina y en Irak, decenas de miles de personas manifestaban en las calles su rabia por el asesinato de Yassin, desde Argelia hasta Yemen. No hay duda que los planes de Sharon de incendiar el Oriente próximo marchan a la perfección.