Jornada Semanal,  domingo 11 de abril  de 2004                núm. 475

Luis Tovar

GUADALAJARA DE/MUESTRA (I DE II)

Este año la ya tradicional Muestra de Cine en Guadalajara cumplió su edición número diecinueve y, con ella, verificó algunos cambios y adendas: para empezar ahora se llama Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano. No se trata solamente de un simple cambio de nomenclatura, sino que de ese modo se oficializa la presencia de un fragmento representativo del cine que se está haciendo en nuestro ámbito cultural inmediato. Desde hace varios años la Muestra incluía algunos títulos iberoamericanos, presentados literalmente a título de muestra, fuera de competencia. Fue hasta 2002 que comenzó a hablarse de una sección oficial, tanto de largometrajes como de cortometrajes de Iberoamérica, y en el presente 2004 su inclusión en la Muestra –o filmfest, como también se dice en el nombre– implica su participación en pos de un Mayahuel. Otro cambio saludable fue el hecho de que para el ámbito mexicano se abriera una sección de documentales. De este modo se evitó, y se evitará en el futuro, el despropósito de alguna edición anterior, en el que largos de ficción y documentales fueron puestos en el mismo saco y se les hizo competir por el mismo premio.

LOS BILLETES LLEGARON YA

En los aumentos apunte usted la inclusión de un premio que se entrega por primera vez, llamado JVC porque esas son las siglas del nombre del personaje que puso los billetes: Jorge Vergara. Lo adivinó, se trata del dueño de la marca de productos alimenticios Omnilife, que hace algún tiempo compró la franquicia de las Chivas Rayadas de futbol; del también futbolero Saprissa; que quiere comprar al Atlético de Madrid; que está construyendo no sólo un nuevo estadio de futbol sino toda una ciudad deportivo-cultural ultramoderna y no sé qué. Un servidor también se preguntó qué flautas tocaba el señor Vergara en la Muestra de Cine. La explicación es sencilla: también es dueño de una casa productora llamada Anhelo, y entre que algunas películas deberán ser fruto del trabajo ahí generado, mientras otras ya lo están siendo, a Todomundo se le hizo más o menos obvio que JVC forme parte, oficial u oficiosa, de quienes organizan la Muestra, con premio de 500 mil pesotes por delante a la mejor película mexicana, según el criterio de un jurado integrado para ese efecto, distinto del oficial que concede mayahueles y del formado por FIPRESCI, que tiene por sana costumbre declarar premiados haciendo uso constante de la sensatez. Pero quizá más importante que todo lo anterior, es que don Jorge Billetes parece contar con la buena voluntad y el favor de medio estado de Jalisco pues, por lo que pudo apreciarse durante los días de la Muestra, este novísimo don Gastón Billetes parece apadrinarlo y comercializarlo todo, desde equipos de futbol y muestras de cine, hasta revistas para el sector juvenil y refrescos, como la Chiva Cola.

Valga la digresión que ha hecho a estas líneas andar un rato por ramas que no son las cinematográficas exactamente, para dejar bien sentada la aparición del doble filo que implica la conspicua presencia de un personaje como Jorge Vergara en la Muestra. Si por un lado su participación resuelve no pocos problemas logísticos y, desde luego, financieros y hace pensar en una garantía de que el evento seguirá en el futuro, existe también el riesgo de que el apadrinador se convierta en padrino, por la sencilla causa de que demasiado poder en demasiadas pocas manos ha sido, en muchos ámbitos y en cualquier época y lugar, una tentación irresistible de verticalidad autoritaria. No es el caso ahora, ciertamente; de lo que se trata es de mencionar el riesgo.

EL FESTIVAL QUE SERÁ

Cada año es lo mismo: que si la de Guadalajara es una muestra, que si ya es festival, que si todavía no... Y ahí está cada vez Raúl Padilla, presidente del Patronato de la Muestra, explicando con palabras más o menos que la muestra es el festival pero que no del todo. En tiempos como los actuales, cuando aquí y allá están surgiendo eventos de cine que quieren para sí en exclusiva el mote de festivales "de a deveras", a un servidor le parece bien que la Muestra se llame como quiera, pero que no deje de tener esa naturaleza híbrida que la caracteriza. De otro modo, ¿dónde ver el cine mexicano que no quieren las distribuidoras, es decir, casi todo?

(Continuará.)