Jornada Semanal, domingo 4 de abril de 2004        núm. 474

NAIEFYEHYA
 
EL LÍDER QUE ISRAEL CONVIRTIÓ EN MÁRTIR:
AHMED YASSIN (I DE II)

CON ENEMIGOS COMO ESTOS…

A nadie debe tanto el extremismo fundamentalista como a Israel y en particular al gobierno de Ariel Sharon, el padre de ese legado sangriento que son los asentamientos israelíes en tierra palestina. Y lo más fascinante de este siniestro personaje, que cuando esto se escribe está en peligro de ser impugnado por corrupción, es que cada año se vuelve más torpe, arrogante y sanguinario. Así, mientras se construye un muro divisorio que sin duda se convertirá en la mayor vergüenza del pueblo israelí, al tornarse en la materialización de una política racista y colonialista, Sharon sigue adelante con su política de ejecuciones extrajudiciales, eufemismo que significa asesinatos políticos con misiles, bombas y armas de alto poder. Su más reciente triunfo fue la eliminación, el 22 de marzo, del fundador del grupo Hamas, el sheik Ahmed Yassin, un clérigo cuadriplégico, semisordo y ciego, de sesenta y siete años que hablaba entre gemidos. Yassin, quien era considerado el líder espiritual de Hamas, fue despedazado por varios misiles en un ataque en el que perdieron la vida otras ocho personas. Este anciano no tenía un puesto determinado en la organizació; sin embargo se consideraba como la personalidad carismática capaz de mantener unido a los brazos políticos, sociales y militares de Hamas.

LA SEDUCCIÓN DE LA HERMANDAD

Yassin nació en 1936 en el seno de una familia campesina de la comunidad de Tor, al sur de Palestina, que en 1948 fue expulsada a un campamento de refugiados en Gaza. A los doce años fue víctima de un accidente en un partido de futbol y su columna vertebral quedó seriamente lesionada. Condenado a una silla de ruedas viajó a Egipto a estudiar inglés, pero en el medio universitario fue seducido por las interpretaciones radicales del Corán de la rama egipcia de la Hermandad Musulmana, una organización que entonces era perseguida por el gobierno nacionalista de Gamal Abdel Nasser. Yassin regresó a Gaza donde se dedicó a la docencia hasta 1984, cuando fue incapaz de seguir trabajando. Paralelamente Yassin fundó al Mujamma al Islamia, un centro que llegó a controlar a todas la organizaciones religiosas de Gaza y que obtuvo una licencia para operar del gobierno israelí en 1979. Pero su legado más importante fue haber sido uno de los responsables de crear una institución que ofrecía servicios médicos, educativos y sociales al pueblo palestino.

PRISIÓN

El clérigo fue sentenciado a quince años de cárcel en 1984 cuando los israelíes supuestamente descubrieron un depósito de armas en su mezquita. Un año después fue liberado en un intercambio de prisioneros. En 1989 Yassin volvió a ser enviado a la cárcel, esta vez acusado de haber secuestrado y asesinado a un soldado. En 1997 el frágil religioso fue liberado, no en un gesto humanitario, sino como medida desesperada. Un par de agentes de la Mossad habían sido atrapados en Jordania tras un frustrado intento de homicidio. El episodio se volvió un embarazoso enredo internacional que obligó al gobierno de Tel Aviv a acceder a un intercambio de prisioneros y Yassin pudo de esa manera regresar a Gaza. Inicialmente su retorno puso más nervioso a Yasser Arafat que a las fuerzas de ocupación israelíes, ya que el clérigo amenazaba con volverse más poderoso, popular e influyente que él. Contrariamente al mito difundido por el gobierno de Sharon, Yassin, quien surge como un líder local del movimiento internacional de la Hermandad Musulmana, se opuso siempre, por motivos estratégicos, a la acción directa en contra de las tropas invasoras. Yassin, como escribió David Hirst, creía que el tiempo de luchar contra Israel aún no había llegado, pensaba que antes había que sustituir al gobierno laico por uno religioso y había que lanzar un renacimiento islámico para preparar la yihad. Su oposición a la lucha armada y en particular a los atentados suicidas le ganó muchos enemigos.

LOS CÓMPLICES

Si bien no sorprende que el gobierno de Bush haya apoyado la abominable acción de Sharon y haya vetado la resolución de condena de la onu, resulta especialmente preocupante que cuarenta senadores estadunidenses (demócratas y republicanos), incluyendo al líder de la minoría, Tom Daschel y a Hillary Clinton, apoyaron el asesinato de Yassin.

(Continuará.)