La alcaldía autorizó a particulares establecer una pista y "despalmaron" 250 metros cuadrados

Dañan zona ecológica en Querétaro; Profepa sólo exige reponer árboles

Peligra entorno de El Tángano por pretensión de construir unidad habitacional, advierte ambientalista

MARIANA CHAVEZ CORRESPONSAL

Queretaro, Qro., 2 de abril. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) determinó sancionar al ayuntamiento de Querétaro debido a que el pasado fin de semana autorizó a organizadores de un concurso de vuelo ligero "despalmar" 250 metros cuadrados de la reserva natural de El Tángano, con el propósito de establecer una pista de aterrizaje de parapente. La pena consiste en reforestar el área dañada.

Pamela Siurob, presidenta del grupo ecologista Promotores y Comunicadores Ambientales, advirtió además que la zona de El Tángano es "vulnerable" y está en riesgo de invasión debido a que un grupo de inversionistas pretende construir allí conjuntos habitacionales.

En El Tángano, de mil 111 hectáreas, se ubica un bordo de agua. Debido a que en el lugar existen especies rocosas y flora que permiten la recarga de los mantos freáticos, el Cerro del Ermitaño fue decretado zona de reserva ecológica en 1999, durante la administración municipal que encabezó el actual gobernador Francisco Garrido Patrón.

En el lugar existen coyotes, zorros, venados y búhos de la especie californiana, que llegaron al lugar a raíz de la urbanización del centro y sur de la ciudad, donde se construyeron el estadio Corregidora, la terminal de autobuses y centros comerciales.

Recientemente fueron encontrados vestigios arqueológicos que datan del año 1100 y se está a la espera de que el Instituto Nacional de Antropología e Historia realice las investigaciones.

El delegado de la Profepa, Enrique Urribarren Castro, explicó que la semana pasada el entorno natural de El Tángano fue modificado debido a que la alcaldía autorizó "despalmar" 250 metros cuadrados a fin de establecer una pista de aterrizaje.

La dependencia federal determinó que el ayuntamiento incurrió en irregularidad al autorizar la tala de árboles y utilizar tepetate para preparar un camino como pista de aterrizaje. "En la medida que (el tepetate) se vaya compactando, se va convirtiendo en material impermeable, por lo tanto impediría la filtración" de agua a los mantos acuíferos, explicó.

Aunque la Profepa acordó sancionar al ayuntamiento, sólo decidirá cuántos árboles se repondrán y qué otras acciones "de compensación" deberá realizar.

El alcalde panista Armando Rivera Castillejos rechazó tener responsabilidad, pues explicó que el camino que fue habilitado como pista de aterrizaje existe desde hace 25 años y que lo único que se hizo fueron obras de "remozamiento", sin dañar la vegetación.

Agregó que apelará de la decisión de la Profepa, pues considera que su administración no ha incurrido en esta anomalía; "mi conciencia está tranquila, pues no he dañado ningún árbol", dijo.

Urribarren Castro explicó que el gobierno municipal debió solicitar a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales autorización para deforestar una parte de la zona, lo cual no hizo.

En caso de que el gobierno municipal no acate la determinación, la Profepa podría interponer una multa que oscilaría entre los 100 y los 20 mil salarios mínimos, advirtió.

Dijo que en el acuerdo que declaró a El Tángano zona de preservación ecológica y protección especial, el cabildo indica que cualquier cambio que se vaya a hacer al lugar requeriría una autorización expedida por el municipio, "y ante las declaraciones que hemos oído, pues no hubo tampoco ese trámite".

En dicho decreto, publicado en la gaceta municipal, se especifica que sólo en una parte del lugar se permitiría edificaciones en el futuro, pues es parte del desarrollo habitacional de Querétaro, la cual no se ubica en el área de preservación.

No obstante, el cabildo ha recibido siete peticiones de cambio de uso de suelo para construir unidades habitacionales en El Tángano. Entre los solicitantes están las empresas ICA y Altavista, dijo de su parte la regidora pevemista Ivonne Vandenpeereboom Jiménez.