La última aventura del hijo de Godzilla Ahora que la cartelera de los cines locales ha dejado de ser la acostumbrada garantía de calidad, nada mejor que refugiarse en la lectura... šNo, mejor en la televisión! A toda velocidad por la autopista Megacable, las preguntas: Ƒqué le ven los niños al Cartoon Network?, o Ƒqué tiene de atractivo un canal que ofrece caricaturas las veinticuatro horas?, no podrían ser más obvias. Cartoon Network es una seductora y colorida opción de entretenimiento capaz de fascinar también a los padres de los niños, los tíos y todo aquél que se deje. ![]() Si los años noventa del siglo pasado fueron la década de la ironía, el humor negro y postmoderno, sólo hay que revisar la programación del canal para descubrir que continúa siendo el reducto fiel de esa tendencia. Después de la descomposición y parodia del cine de desastres, llevado a cabo por series como Las chicas súper poderosas, o del género de terror en El perro coraje, surgen otras interrogantes: Ƒtiene futuro una caricatura basada en la película Godzilla? En 1998, el director de cine Roland Emmerich estrenó su largometraje basado en el popular personaje, Gojira, que en los años cincuenta se hizo famoso por destruir ciudades japonesas. Producto del desastre nuclear, Godzilla es la mutación de un reptil que se vuelve una amenaza cuando comienza a hundir barcos pesqueros por todo el mundo, como si se tratara de Cajitas Felices. Sólo es cuestión de tiempo para que se convierta en un peligro para Occidente y su ciudad-símbolo: Nueva York, donde se dedica a destruir edificios, come toneladas de pescado, derriba helicópteros, atemoriza a los civiles y conoce la dicha de ser madre. Luego de varias persecuciones e intentos fallidos del ejército por destruirla, Godzilla perece en el puente de Brooklyn luego de que le ponen una trampa. La película no obtuvo el éxito que se esperaba en taquilla, sobre todo tomando en cuenta que su director había sido el responsable de cintas como El día de la Independencia, que recaudó muchos millones más. Sin embargo, como ocurre con varios de los hits del verano estadunidense, Godzilla vino acompañado con todo un catálogo de souvenirs, desde el muñeco articulado hasta la serie de televisión. Tal vez los aficionados a la música recuerden la banda sonora de la cinta, en la cual estaban algunos de los intérpretes más populares de ese fin de siglo donde predominaron los desastres: por ejemplo el ex guitarrista de Led Zeppelín, Jimmy Page y el rapero Puff Daddy, hicieron un dueto digno de olvidarse, mientras que el grupo Wallflowers se apuntó con el enésimo cover de la canción "Heroe", de David Bowie. Aprovechando el "éxito" de la película, comenzó a transmitirse la caricatura, Godzilla: The Series, que desde el principio se antoja extravagante, porque propone a un lagarto gigantesco como superhéroe. La idea parece un chiste pero no lo es. Son más los destrozos que la bestia ocasiona que sus buenas acciones, y aunque parezca que sí, la afirmación anterior no se refiere a Barney, el dinosaurio egresado de la Normal Superior. Es algo parecido a lo que ocurre con esos policías de la película Bad Boys II: destrozan media ciudad y se balean en público para recuperar unos gramos de coca. Es como poner al Monstruo de Frankenstein a restaurar murales. Con todo y eso se puede llegar a comprender que Godzilla termine aplastando tu restaurante de sushi favorito, después de todo es una bestia producto de la radiación nuclear; en cambio la tontería de los personajes de Will Smith y Martin Lawrence es imperdonable. Si las series de televisión serán concebidas bajo absurdos de ese tipo, sólo hace falta que los meteoros de Armaggedon o de Impacto profundo (o sus fragmentos), empiecen una exitosa carrera en la televisión. ![]() Como Godzilla quedó bien muerto en la película, la serie animada es protagonizada por uno de sus hijos, como era de temerse después de su original conclusión, cuando del fuego del Madison Square Garden el pobre espectador ve surgir la consabida cría, que como es costumbre en los bodrios de bajo presupuesto y también en los costosos, ha sobrevivido para mantener la amenaza latente. La criatura es controlada por Nick Tatopoulos, la mamá postiza del animalito, que se aparece cada vez que Nick está a punto de ser pisoteado por una vegetal gigante o en su defecto una bestia eléctrica. Nick es interpretado en la cinta por el actor Matthew Broderick, y en su versión animada tiene la voz de Ian Ziering. Viendo al hijo de Godzilla aplastar primarias y puestos de rosquillas, es imposible no recordar a Jeffrey Davidow, alguna vez embajador de Estados Unidos en México, que en su polémico libro El oso y el puercoespín, asegura que su país es como un oso bien intencionado que lamentablemente a veces no es consciente de su fuerza y puede terminar aplastando a sus vecinos o a quien se atraviese. La fábula funciona en varios sentidos. En todo caso Godzilla es el superhéroe que nadie quiere, como curiosamente se ilustra en uno de sus episodios, cuando el equipo antimonstruos HEAT, que incluye a Godzilla en la nómina, es demandado porque su empleado estrella dejó la ciudad patas arriba. Los nostálgicos de la televisión local tal vez recuerden la serie que los inolvidables Hanna y Barbera (Ƒquiénes?) dedicaron al buen Godzilla, libre de los absurdos (en la medida de lo posible) de su versión moderna, porque al menos el reptil se enfrentaba con sus enemigos en alta mar o en islas lejanas y deshabitadas. En respuesta a la pregunta, Ƒtiene futuro una caricatura basada en la película Godzilla?, la serie fue cancelada, lo cual no la convierte digamos que en una amenaza para La Vaca y el Pollito o El laboratorio de Dexter, que "hacen las delicias de los niños". Y si usted es fan de las series de este tipo y le indigna la falta de nuevos episodios, no se desespere, que ya viene Godzilla: El Musical. |