.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones

P O L I T I C A
..

México D.F. Miércoles 17 de marzo de 2004

Carlos Martínez García

Moreno, tercermundista y protestante

El estereotipo WASP (White Anglo Saxon and Protestant) está en crisis, y es más la propagación que del mismo hace el desconocimiento de los cambios sociorreligiosos en el mundo, que su existencia real como centro identitario que se expande por el mundo o busca imponer su ethos al resto de la humanidad. Simplemente no tiene la fuerza que algunos le adjudican para una misión de este tamaño.

Por diversas razones históricas quedó como conocimiento popular que el protestantismo es una expresión religiosa propia de los países predominantemente blancos y sajones. Fue en esas naciones donde los protestantes tuvieron condiciones favorables para enraizarse. Pero también en la parte latina del mundo del siglo XVI, cuando acontece la emergencia protestante, hubo protestantismo con sus propios liderazgos que fue perseguido violentamente por la Iglesia católica. Las dimensiones del ataque de la Contrarreforma hacia los seguidores de lo que dieron en llamar la herejía luterana fueron devastadores y redujeron la presencia de protestantes a pequeños grupos que se reunían secretamente. Por ejemplo, para el caso de la península ibérica la historia del protestantismo endógeno ha sido bien documentada por José M. Martínez, en su obra La España evangélica ayer y hoy. Un acercamiento literario a la bárbara persecución padecida por los disidentes religiosos hispanos en el siglo XVI se encuentra en la novela El hereje, de Miguel Delibes.

El reformador protestante Juan Calvino, de origen francés, consolidó el movimiento y dejó un legado que permanece hasta hoy en las iglesias presbiterianas y reformadas, e inclusive sigue teniendo influencia en otras confesiones evangélicas. Esa herencia llevó a un escritor mexicano, Alberto Rembao, a defender la vertiente latina del protestantismo en su obra Discurso a la nación evangélica (1949), argumentando que era un reduccionismo histórico marginar los movimientos reformistas que fueron encabezados por latinos. Todavía hasta hoy, aun en círculos académicos, se sorprenden con la información que documenta la existencia en España de vigorosos esfuerzos de oposición a Roma en el siglo XVI. El movimiento de la Reforma fue derrotado en España por la Inquisición y su pedagogía del terror, pero su existencia demuestra que el protestantismo traspasó las fronteras de las naciones anglosajonas.

El campo religioso global ha experimentado profundos cambios en los pasados 50 años. Hoy la mayor fuerza del protestantismo está en el aún llamado tercer mundo y en algunas de las potencias comerciales emergentes. Inclusive en Estados Unidos la composición dominante de esta fuerza religiosa ha tenido mutaciones insospechadas hace unas cuantas décadas. Hoy las iglesias evangélicas que más crecen en ese país son las conformadas por los que allá denominan hispanos. Recordemos que, por ejemplo, en la irrupción del pentecostalismo moderno en Azusa Street, en Los Angeles, en 1906, participaron trabajadores migrantes mexicanos, y algunos regresaron a su país de origen para ser los primeros difusores de su nueva fe. La congregación de Azusa Street era multirracial y dirigida por un predicador negro, William Seymour. El main stream protestante estadunidense, es decir, los blancos, rechazaron ese movimiento. Hoy la expresión mayoritaria dentro del cristianismo evangélico global es el pentecostalismo, y sus historiadores subrayan la gran importancia de Seymour y su congregación pluriétnica en una zona pobre de Los Angeles.

El rostro del protestantismo global contemporáneo está dominado por uno distinto al de apariencia anglosajona. América Latina es una fuerza que envía misioneros evangélicos a España, Francia, Africa e incluso al mundo musulmán. En estos casos ya no se trata de personajes anglosajones, blancos y protestantes, sino de representantes de un protestantismo latinoamericano en franca expansión, que con pocos recursos se siente con el deber de misionar en otras tierras. Las implicaciones propiamente religiosas de este fenómeno y sus repercusiones socioculturales están siendo embrionariamente evaluadas por estudiosos de los flujos históricos misioneros, como es el caso de Samuel Escobar Aguirre en Changing Tides, Latin America and World Mission Today, así como en The New Global Mission: The Gospel from Everywhere to Everyone. El centro de gravedad del protestantismo está cambiando hacia el sur y su rostro es moreno.

Las tendencias desmienten a muchos que no han observado detenidamente un movimiento subterráneo que está transformando a las sociedades, y que las van perfilando de manera distinta a la tenida por inmutable. Es el caso de Samuel Huntington y su reciente alegato de que los migrantes mexicanos y latinoamericanos son una amenaza a la sociedad estadunidese porque no se asimilan a la cultura angloprotestante. Lo que pasa es que están forjando su propia versión del protestantismo, que han descubierto no necesita de las mediaciones hermenéuticas y políticas del establishment imperial.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email