La Jornada Semanal,   domingo 29 de febrero  del 2004        núm. 469
con-textos

DEL "DITIRAMBO"
Y LA ACADEMIA

JESÚS R.
MARTÍNEZ MALO

En primer lugar quiero agradecer al doctor Evodio Escalante que me ilustre acerca de la filogenia de mi amigo Francisco Segovia. Saber que Inés Arredondo fue su madre despeja enormes dudas, que tuvieron que ver —como se desprende de su texto—, no sólo con mi "ditirámbica" "Nota editorial", sino con mi desconocimiento de que la publicación de Acercamiento a Jorge Cuesta,de Inés Arredondo, es anterior en un año a la publicación de Itinerario de una disidencia, de Louis Panabière. Escribí en mi "Nota editorial" —y sostengo, a pesar de su docta opinión, doctor Escalante— que el texto de Louis fue el primer estudio no sólo extenso sino agudo y penetrante de la vida y la obra de Cuesta. El Acercamiento... de Inés, aunque primero en tiempo, no es un estudio de la vida ni de la obra del cordobés (y perdone usted que llame Inés y Louis a Arredondo y Panabière, pero así me acostumbré a llamarlos durante muchos años, cuando vivían).

En segundo lugar, quisiera reiterar que —aunque le pese al doctor Escalante— esta edición es la más completa y cuidada hasta ahora, como se verá cuando terminen de aparecer los tres tomos que la componen. Esto quiere decir que podrá haber una más completa y cuidada más adelante, pero mientras tanto...

Critica el doctor Escalante, por ejemplo, que los editores presumamos de haber agregado ¡sólo un poema! a los que conocíamos de Cuesta. Al hacerlo, no sólo omite decir —para conveniencia de su muy académica crítica— que incluimos también las versiones originales de los poemas que Cuesta tradujo, y que ahí aclaramos la confusión que con respecto a "L’invention" se creó ya en la edición de 1964 (y había perdurado desde entonces), sino que tampoco menciona que la "Nota editorial" no se refiere sólo a las novedades que hay en el primer tomo, sino a las que habrá también en los dos restantes, y que en conjunto son el motivo que me lleva a sostener que hasta ahora esta es la edición más completa, corregida y cuidada.

Al doctor Escalante le hubiera gustado que esta edición la hicieran dos o tres doctores en literatura, y no ¡un psicoanalista lacaniano —¡por Dios!— y un sobrino de Jorge Cuesta!, acompañados, para colmo de males, de tres prologuistas que se dedican a escribir desde fuera de la academia (Francisco Segovia, Christopher Domínguez y Adolfo Castañón). Lo que me sorprende es que ni note ni señale esto mismo: que en la nueva edición de la obra de Cuesta los académicos brillan por su ausencia. ¿Por qué? No lo sé. No les habrá llamado la atención. Pero ¿es eso culpa de un infausto impulso de líricos y "ditirámbicos"? Quizá. Quizá a nosotros (Víctor Peláez Cuesta y a mí) y a ellos (Segovia, Domínguez y Castañón) la actualización de esa obra nos tentaba desde lejos ya antes que a los académicos, y sentíamos que alguien tenía que hacer el trabajo, ponerla a circular de nuevo, agregar las novedades, hacer las correcciones; en una palabra, poner a Cuesta a disposición de quien quisiera leerlo (pues la edición de 1994 se agotó hace ya muchos años, por no hablar de la de 1964 ni de su exacta reimpresión once años después). Se entiende así que el doctor Escalante lamente que esta vez no hayan sido los académicos quienes se sintieron llamados a la tarea. Pero si ahora protestan, por mediación suya, es buen signo: esperamos que completen algún día el esfuerzo, publicando una verdadera edición crítica, una edición anotada, erudita... que no es nada de eso lo que se ha propuesto la que ahora comienza a aparecer. Lamento decepcionarlo, doctor Escalante, pero nuestra intención no fue nunca hacer la edición tan esperada (esperada, más no preparada) por usted. Así que, mientras usted o un colega suyo no la haga, tendrá que perdonar las erratas (que las hay) y la falta de malicia de nuestra edición del "Canto a un dios mineral", como le perdona tímidamente las suyas al primer editor, Alí Chumacero, que tampoco esperó el aval de la academia para trabajar tanto en tantas y tan buenas ediciones del Fondo de Cultura Económica. Usted, con sus criterios filológicos tan precisos, tan bien definidos, tan eruditos, ¿por qué no ha hecho una edición crítica, comentada y anotada de las obras hasta hoy conocidas de Cuesta —o por lo menos un estudio crítico, anotado y comentado del "Canto..."?

Termino preguntándole al doctor Escalante: ¿por qué esa insistencia suya en subrayar que soy psicoanalista, y para colmo lacaniano? ¿Acaso cree que mis "laxos criterios filológicos" tienen que ver con mi posición como psicoanalista, y con mi práctica? ¿Le molesta mucho que un psicoanalista (y lacaniano además) se haya ocupado de hacer una edición de Cuesta, "robándole" así el terreno a algunos académicos más preocupados que ocupados en hacerla ellos mismos? Y ya que usted habla también de la "famosa escansión lacaniana" (¿tiene idea de lo que es eso?), escando aquí, no lacanianamente por supuesto, sino como editor de las Obras reunidas de Jorge Cuesta, que usted nunca hizo ni probablemente hará •