Jorge Camil

El Niño Verde

El Niño Verde debería abandonar la política para dedicarse a la farándula. La primera vez que lo vi en escena fue durante el último informe de gobierno de Ernesto Zedillo, cuando el niño de marras, sobreponiéndose al miedo reflejado en el rostro, subió a la augusta tribuna del Palacio Legislativo como orador designado por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Durante su pieza oratoria, que comparada con el estupendo discurso de Beatriz Paredes pareció, obviamente, un juego de niños, el verde pretendió hacer un panegírico sobre la obra política de "un gran mexicano", cuyo nombre y apellido se abstuvo de revelar durante la primera mitad de su arenga. Algunos de los invitados nos volteamos a ver con extrañeza y cara de interrogación: Ƒa quién se refería, al Presidente? (algo entendible en el último informe de gobierno de un hombre que dejaba el poder después de la primera alternancia política en 70 años). Pero no, Jorge Emilio González Martínez (que así se llama el chamaco) continuó sin revelar el nombre del misterioso mexicano. Como si se tratara de una adivinanza, proporcionó más datos: el mexicano al que se refería había supuestamente dedicado su vida a desarrollar la democracia. De pronto, algunos diputados se pusieron de pie y se inició un murmullo que se convirtió en clamor. Parecía que se disponían a "hacer la ola". Otros pensaron que los correligionarios del imberbe orador, como hinchas en un partido de futbol, se preparaban a estallar en una porra de apoyo moral. Sin embargo, poco a poco, el clamor adquirió carácter definido y los invitados nos percatamos de que los legisladores, algunos para entonces montados en el asiento de su curul, gritaban a voz en cuello la consigna: "špapi, papi!" šRecórcholis!, el "ilustre mexicano" no era otro que su papá, Jorge González Torres, fundador, promotor y "propietario" del PVEM. Cuando la consigna subió de tono y ahogó la voz del orador, el Niño Verde, con cierta táctica de tribuno, suspendió el discurso, y con cara de lástima suplicó a sus compañeros: "déjenme terminar". Un minuto después, con la sala apaciguada, volvió a referirse al "ilustre mexicano", afirmando que durante su vida política había tenido el honor de acompañarlo en sus múltiples viajes a lo largo y ancho de la República Mexicana. "šY a Europa, güey!", le gritó un diputado, provocando una estruendosa carcajada que destruyó el poco decoro que quedaba en la comparecencia del Niño Verde.

El martes pasado, en un incidente que destruye la credibilidad del PVEM, El País, Reforma y La Jornada publicaron en la primera página un reportaje que el diario español tituló "Un video muestra al líder de los verdes mexicanos negociando sobornos". Esta vez, sin embargo, el Niño Verde, hoy improbable senador de la República y encargado del changarro familiar, fue grabado por una cámara oculta negociando con un intermediario en la sede del PVEM el pago de 2 millones de dólares para tramitar permisos para dos desarrollos turísticos en Playa Blanca y Puerto Morelos en el corredor turístico de Cancún.

Se confirma el eslogan que parafrasea el lema de campaña del desaparecido José López Portillo, "la corrupción somos todos": verdes, blancos y colorados. En lo que sería un incidente extraordinariamente cómico, si no fuese vergüenza nacional, el "senador" utiliza un lenguaje que el diario español fue obligado a "traducir": "ƑPor qué no quieren dar la autorización?", pregunta el verde: "cuál es el pedo?" (aquí, El País informa a sus lectores españoles que la palabra soez significa "problema"). Cuando el político, actualmente secretario de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, termina de negociar la forma en la que se le pagará su "comisión" (un millón de dólares de inmediato y otro cuando obtuviera el permiso) pide que se le proporcione un "mapita" del área para que mande gente a revisar "la chingadera". La explicación del legislador en su conferencia de prensa fue infantil (Ƒcómo no habría de serlo?). Dice que participó en la reunión porque sospechaba que tratarían de sobornarlo, y ésa era la única manera de descubrir a los malosos. De ser así, y sospechando que pudiesen estarlo grabando, el incauto no habría utilizado el lenguaje "florido" que campeó durante toda la conversación. ƑEl presidente de los verdes agilizando permisos para construir un megaproyecto en una reserva ecológica?

Es hora de que los demás miembros del partido tomen decisiones: Ƒfundar un nuevo partido, separarse, despedir al Niño Verde o permanecer como comparsas de la familia González Torres? El País termina su reportaje afirmando que desde 2000, numerosas organizaciones ecologistas, entre ellas Greenpeace, científicos, académicos y verdes europeos, llegaron a la conclusión de que es "falso y ajeno a la verdad" que el PVEM de la familia González sea defensor de la causa ambiental.