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México D.F. Martes 24 de febrero de 2004

Basada en la vida de un niño que creció al ritmo de las balas en El Salvador

En Casas de cartón hay amor a la vida, pese a estar rodeada de muerte, señala Luis Mandoki

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Xico, Veracruz. La herida histórica de la guerra en El Salvador, en los años 80, centrada en la vida del niño Chava, actuada por Carlos Padilla, en torno a quien una serie de personajes revive la circunstancia que afectó la vida de cientos de miles, es el tema de la película Casas de cartón, que contiene imágenes de gran realismo, con enfrentamientos entre militantes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional y el ejército del país centroamericano.

Con un costo de 3 millones de dólares, se filmó en Coatepec, Puente Viejo, Xico, El Aguaje, Jalcomulco y Tepetlán, ubicados en las cercanías de Jalapa, Veracruz, bajo la dirección de Luis Mandoki, quien, tras 15 años de ausencia, regresa a México para dar vida a una historia conmovedora.

La trama, centrada en la experiencia de Chava, un niño que crece al ritmo de las balas, con la inocencia en un hilo y que en el momento culminante de la historia toma una decisión trascendente, a los 12 años de edad: quedarse con su familia, con el temor de ser reclutado, unirse a la guerrilla o marcharse a un lugar incierto para sobrevivir.

Basada en una historia verídica escrita por Oscar Torres, salvadoreño que vivió el proceso bélico cuando tenía 12 años, la producción es de Altavista Films y Lawrence Bender, quien cuenta con 19 postulaciones al Oscar, incluyendo dos a mejor película.

En la plaza de Xico se montó una escenografía que revive los años de más intensa lucha armada. En total, participan en la filmación mil 500 extras y 150 personas en la producción. El estreno se prevé para octubre.

Pequeños que viven grandes tragedias

La actriz Ofelia Medina, quien desempeña el papel de la abuela Mamatoya, expresó en entrevista que el proceso salvadoreño dejó 70 mil niños desaparecidos. "Casi todos los personajes de esta historia son seres pequeños que viven grandes tragedias. La circunstancia no es ajena, pues en México hay 30 millones de personas en pobreza extrema. Aquí también tenemos muchas historias."

Identifica muchas circunstancias parecidas entre lo que se narra en la cinta y la realidad "veracruzana, chiapaneca, oaxaqueña, sonorense, guerrerense. En El Salvador, la guerra se originó porque 14 familias eran las dueñas de todo, las cuales se aliaron a políticos corruptos, después al ejército y luego a Estados Unidos.

"Eso deja masacres, pueblos arrasados, como ocurrió en Guatemala y otros países. Hablar de esa realidad vale la pena. Si no se hace una película sobre lo que pasa en Chiapas, no sé por qué. Habrá que esperar."

Jesús Ochoa actúa como un chofer chistoso. Conduce un camión. "Este personaje es como un respiro, un dejo de ternura. Vive la guerrilla, pero mediante el niño Chava. El movimiento salvadoreño es uno de los más dolorosos de Centroamérica. Los niños y los viejos son los que más sufren. Están inermes. En mi caso, lo que más he hecho es participar en marchas de apoyo al movimiento zapatista, pero soy incapaz de tomar un arma. Sí, salgo a gritar ¡no!"

Para Ochoa, el trabajo del actor en relación con la política es "como el de cualquier persona. Todos tenemos derecho a protestar".

José María Yazpik desempeña el papel del tío Beto, joven que se une a la guerrilla luego de ser perseguido por cantar temas de protesta. "Entra a pelear no por cuestiones políticas. Hay una circunstancia similar en México, por lo cual el tema es vigente, aunque la historia no toma una posición política."

-Chava pierde su infancia, por la guerra...

-Yo trato de que Chava no la pierda tan abruptamente. Gana por eso.

La actriz Leonor Varela, nacida en Chile, actúa como Kella, madre de tres niños, entre ellos Chava, "quien va a cumplir la edad para que lo recluten. Es una mujer que va a darlo todo. Cose y mantiene una rigidez. Esta es una historia única. Mi personaje gana algo: poco a poco obtiene certeza. Gana dejando ir a su niño, cuando se desprende de lo más amado. Tengo 30 años. Crecí en Chile y creo que la opresión militar es algo que todos conocemos en Latinoamérica".

Profundo dolor por los chavos

Para Ignacio Retes, don Chico en la cinta, su personaje es el de "un campesino con cierta educación lúcida. Le duele profundamente que estén metiendo a los chavos a la guerrilla o al ejército, y trata de orientarlos, sin imponerles partido, sin propaganda".

-Casi no lo vemos en cine...

-¿Cuál cine? Estuve en algunas películas hace unos 10 o 12 años. No ha habido trabajo para mí.

Habló Mandoki: "Esta película se hace aquí por el sabor tropical, como el de El Salvador, con iglesia, alcaldía, escuela. Volver a filmar en México es como regresar a casa. Trabajar en Estados Unidos se vuelve una costumbre, pero estar aquí es diferente por su calidez. Hay más pasión. En Estados Unidos he hecho grandes películas para estudios, pero la libertad que tengo con Altavista Films es otra".

Dijo que Casas de cartón aborda los hechos como sucedieron, pero de acuerdo con el punto de vista del guionista. No se trata de una película política, de buenos y malos, sino de una visión de una guerra que puede ser la de El Salvador o Irak, y vemos lo que pasa con la población civil, cuando una familia está cenando y de pronto hay balaceras, bombas que explotan cerca.

"Eso me pareció una visión que nunca vemos en los noticiarios. Sí vemos lo que pasa afuera, pero no lo que vive la gente. Los civiles son atrapados en esa situación. Trabajar con niños es difícil. El nivel de concentración difiere respecto del de los adultos, pero al mismo tiempo dan una espontaneidad y una gracia que rara vez se logra con los mayores.

"Se siente la violencia, pero se abordan las relaciones humanas, de un niño que lucha, pero por mantener su infancia. Se agarra de su inocencia."

-¿Se puede tratar el tema de la guerra desde un punto de vista no político?

-Todo es político, pero lo que me ha interesado del guión es su punto de vista. No es blanco y negro. La lucha entre los bandos cambió la realidad de El Salvador. La guerra es la guerra, y no nos ayuda a resolver los problemas. Quiero resaltar el valor humano que se necesita para salvar una situación difícil. En la película hay amor hacia la vida, aunque hay muerte alrededor.

Agregó que presenta con crudeza la parte de la realidad humana que radicaliza los conflictos. "Las miles y miles de muertes en El Salvador llevan a la pregunta de ¿para qué? ¿Para qué tantas muertes? Los estadunidenses se presentan como lo que fueron. El reto fue presentar eso, pero sin caer en la demagogia. Es sólo una pincelada porque no trata de eso. Este guión me conmovió, aunque no es una típica historia de amor, de las que he hecho en Estados Unidos."

-¿Cómo prevé que sea recibida esta película en El Salvador?

-Investigué mucho para conocer la realidad de ese país. Cuando realicé Gaby... y la vieron los grupos de Alcohólicos Anónimos, la eligieron para presentarla a otras personas. Espero que cuando vean Casas de cartón les dé a los salvadoreños fuerza y ánimo.

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