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México D.F. Domingo 22 de febrero de 2004

Carlos Montemayor /II y última

Poetas de la dinastía Tang

En la última época de la Dinastía Tang ejercieron un desmedido y arrogante poder los llamados Eunucos de la Corte, que podían cobrar impuestos para el sostenimiento del Palacio. Cuando confiscaban o cobraban en especie o dinero dejaban como comprobante una cinta de gasa. Esto aparece en otro poema de Bai Ju Yi, Viejo carbonero:

El viejo corta los troncos
y elabora su carbón
en la montaña del sur,
Luego, ennegrecido el rostro
y aún cenicientos sus largos dedos,
lo vende para poder vivir.
Pese a sus ligeras ropas,
ansía el crudo frío
para asegurar la venta.
Anoche afortunadamente nevó
y hoy conduce sobre el hielo su carreta.
Un alto en el camino para engañar
la fatiga del buey y el hambre del carbonero.

Aparecen dos jinetes de la Corte
aduciendo un edicto imperial;
le reclaman, lo abruman y se marchan
abandonando en el camino a quien
sumiso tiene que perder allí
sus 500 cargas de brillante carbón.
El único pago es una cinta de gasa
prendida al cuello del buey.

Otro de los rasgos comunes en estos poetas es la conciencia temporal; los poemas parten y terminan en momentos específicos, no suelen tender a las afirmaciones intemporales, sino a un instante, a una estación del año, a ciertas horas de la noche o del día, a cierta semana o incluso a cierta época de una vida humana pero desde un instante preciso y un sitio concreto. Aparece a menudo una variante de esa visión temporal: cada poema suele contener y sugerir "un transcurso" en sí mismo, en su propio relato. Quiero decir que el lector siente que en cada poema transcurrió "cierto tiempo", que por una especie de juego de espejos aparece "el transcurso" en distintos planos. Un buen ejemplo es El palacio del príncipe Ten, de Wan Bo, del que ya hemos citado dos versos:

Permanece en la misma isla,
pero han desaparecido las bailarinas
engalanadas de jade.
Ahora, sobre el palacio, cada mañana
solas bailan las nubes
y al atardecer el viento
juega con la lluvia y escampa el cielo.
Las olas y las luces del agua
son tan bellas como antes,
pero no a todo ha respetado el tiempo.
¿Dónde estará el príncipe Ten ahora?
El río, bordeando el palacio, sigue corriendo.

Finalmente, el rasgo que quizás me resultó más atrayente fue su vocación narrativa; los poemas, aún los notablemente breves, relatan una historia, "cuentan", no sólo cantan. Esto, que al mismo tiempo quizás reafirma su realismo, podría explicarnos que su composición además de estar guiada por el sonido, el ritmo y su tema, busque también una estructura plástica. Estos rasgos concurren en la mayor parte de los poemas citados. Un ejemplo más, impecable, puede ser éste de Du Mu, El río Chi Huai:

Fría y densa se extiende la neblina sobre el agua.
La luna parece reverberar aún en la arena.
Anclo mi sampán cuando el carel pegaen la orilla.
Salto confiado y me encamino a una taberna.
Rameras inconscientes de su sino
cantan alegres a las flores en sus patios.

Wen Bo logró en Ciudad de Nixi un equilibrio en el relato, la conversación, la descripción del paisaje y la reflexión social:

Para cruzar un impetuoso río sobran los remos.
Para cabalgar por una pendiente tortuosa sobra el látigo.
La senda montañosa deforma la sombra del caballo.
En la corriente se quiebra la sombra del barco.
Sentados en cubierta disfrutamos de la isla.
Montados a caballo encontramos cumbres enrojecidas por el poniente.
Pero de pie en el césped gozamos de la brisa del lago
y apreciamos mejor las lágrimas del bambú en el rocío.
Barco y caballo entusiasman porque
desconocemos la penuria del barquero indigente y del arriero

Wan Bo fue uno de los primeros grandes poetas de la Dinastía Tang, que contribuyó a la creación de nuevas formas poéticas y al cultivo de nuevos espacios temáticos. Nació en el año de 650 en la provincia de Shansi, en el seno de una familia de intelectuales.

Wan Wei nació el año 701 en la misma provincia de Shansi. Llegó a ser un importante consejero imperial, pero su inclinación religiosa lo llevó a retirarse de los puestos públicos y retornó a su provincia. Además de poeta fue también reconocido como un gran pintor y músico.

Du Mu nació en Chan An el año 803. Se le llamó así, Du "el menor'', para diferenciarlo de Du Fu, "el mayor".

Bai Ju Yi (su nombre también aparece en las formas Bai Chü Yi o Po Chü Yi) nació el año 772 en la provincia de Shanxi. Fue discípulo y amigo de Du Fu y el poeta más destacado de la escuela realista china después de su maestro. Se trata del primer poeta que publicó su obra en libros. Los comerciantes los adquirían y llevaban a muchos sitios, lo que extendió su fama hasta Corea y Japón, al grado de que aparece como protagonista en una obra del teatro Noh japonés. Fue el poeta más celebrado de su tiempo.

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