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México D.F. Lunes 16 de febrero de 2004

José Cueli

Mala uva, los de San Marcos

Hace tiempo que la fiesta brava en México está fuera de razón. Casi con los dos pies en otra vida fantasmal. En ésta sólo puede decirse que asienta la sombra de lo que fue. No riñe ya, dejó de lado la pasión, no da desazones por causas nimias, no protesta por los toritos mansurrones, débiles, sin casta; compañeros de los recientes años. Sobre un conjunto de almohadas dispersas reposa su cuerpo derrumbado como máquina descompuesta, a la que no obedecen engranajes, ni tornillos, ni toros, ni toreros, ni cabales. Una débil lámpara a la cabecera de la México es toda la luz que alumbra la cueva y aún ilumina la lenta y angustiosa agonía. Las sombras, al extenderse por los asientos vacíos, semejan un murciélago gigantesco que cierne sus fúnebres alas por la cuevota.

Ayer a media corrida se oía el chirriar de puertas; las lucecillas oscilaban como si una ráfaga de aire las moviera. Los cabales nos recogíamos, presas de un "mar fario", como si tuviéramos frío a pesar de que la noche no era destemplada. De repente captábamos que eran los toros de San Marcos los que arremetían contra la puerta de toriles con su habitual mala uva y descastados. Los toros después de mirar despectivamente la cueva y rezongar protestando, continuaban su embestir, tirando cornadas buscadoras de las ingles de los toreros. El ambiente se tornaba religioso en el desierto coso vacío. Los toreros se adelantaban a la cuaresma y sufrían los rigores de una penitencia autoimpuesta. Aún el veterano Manolo Mejía no le encontraba la cuadratura al círculo de los difíciles toros y terminó en la enfermería después de recibir tupida paliza. Si Manolo Mejía no está para lidiar estos bichos, mucho menos Mario del Olmo, que recordó lo que pudo ser en muletazos chipen y regresaba después de pasarla en hospitales y consultorios. Menos aún Christian Ortega, que de todos modos bordó el torero en unos lances rematados con una media que despertaron a los cabales que quedaban en sus asientos.

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