Bicentenario luctuoso del célebre personaje de Köningsberg

Conmemora Alemania a Kant en medio e los interrogantes vitales del pensador

ALIA LIRA HARTMANN CORRESPONSAL

Berlin,12 de febrero. Alemania conmemora el bicentenario luctuoso de Immanuel Kant. Hace 200 años, alrededor de las 11 de la mañana, el filósofo murió tranquilo a los casi 80 años, cuando en esa época la expectativa de vida era de 60 años.

El pensador nació y murió en Königsberg, hoy Kaliningrado (Rusia), que formaba parte del antiguo ducado de Prusia. Considerado ciudadano prusiano del mundo, nunca abandonó su región y jamás visitó en su vida metrópoli alguna, a pesar de enseñar geografía y contemplar al mundo como un verdadero viajero.

Detalles sobre su fallecimiento, cotidianidad y algunos aspectos relevantes sobre su pensamiento han llenado páginas de los semanarios y ediciones diarias de la prensa alemana.

Sus biógrafos y estudiosos se refieren a Kant como un filósofo al que pensadores actuales se remiten de manera ineludible y cuyas obras, ''a pesar de ser difíciles, invitan a la lectura, pues todos somos kantianos", según Reinhard Brandt, profesor de la Universidad de Marburg y fundador del Archivo-Kant en Alemania.

Immanuel Kant situó a la razón en el centro del mundo, de la misma manera como Nicolás Copérnico situaba al sol en el centro del sistema planetario, e intentaba dar respuesta a preguntas como: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, ¿qué puedo esperar?

No obstante, una encuesta realizada por el noticiario matutino más importante de la televisión alemana reveló que para ese ciudadano común alemán, Kant es desconocido. De 10 entrevistados, tres tuvieron respuestas parcas de un filósofo alemán y sólo uno logró citar alguna de sus obras.

La Universidad de Bonn ha puesto en Internet sus obras completas, y Joschka Fischer, ministro alemán de Relaciones Exteriores, visitó su tumba enfatizando el significado que para la modernidad tiene el pensamiento de Kant.

En Alemania se ha declarado este 2004 Año de Kant.