.. | México D.F. Lunes 2 de febrero de 2004
BUSH: MENTIRAS Y ELECCIONES
Ante
las presiones generadas por sus mentiras evidentes sobre unas armas de
destrucción masiva que no existieron sino como pretexto para desencadenar
una guerra cruenta e injusta en Irak, el presidente estadunidense, George
Walker Bush, se verá obligado a autorizar una investigación
independiente en torno a la forma en que su gobierno manejó la información
de inteligencia sobre los arsenales imaginarios del depuesto régimen
de Saddam Hussein.
De acuerdo con reportes de prensa del país vecino,
la comisión encargada de la pesquisa dispondrá de un año
para entregar sus conclusiones, medida tramposa mediante la cual Bush pretende
postergar las revelaciones correspondientes para después de las
elecciones de noviembre próximo, en las cuales buscará la
relección. Esa maniobra, sin embargo, podría resultarle contraproducente
en la medida en que lo presentará como un candidato preocupado por
ocultar sus actos ante la opinión pública.
Las mentiras de Bush previas al inicio de la guerra -las
supuestas armas químicas, biológicas y hasta atómicas
de Bagdad, y los no menos imaginarios nexos entre Hussein y Osama Bin Laden-
son sólo parte de una empresa de sistemática manipulación
y distorsión de la verdad que sigue llevándose a cabo día
con día. Una de las tergiversaciones más escandalosas en
esta saga es la afirmación de que la contienda terminó con
la caída del ex dictador iraquí. Anunciado por Bush en mayo
del año pasado, "el fin de la guerra" no ha impedido que ésta
se traduzca en centenares de soldados estadunidenses y miles de civiles
iraquíes muertos desde entonces.
Prácticamente no hay semana en que no ocurran ataques
de gran envergadura contra las tropas ocupantes ni en las que éstas
no asesinen a miembros de la resistencia nacional. La confrontación
iniciada por Bush y por su ayudante británico, el primer ministro
Tony Blair, en marzo del año pasado, no sólo continúa,
sino se ha diversificado. Hoy es posible reconocer, además del conflicto
colonial que enfrenta a las fuerzas invasoras con los combatientes iraquíes,
el inicio de una guerra civil entre las dirigencias kurdas, por un lado,
y diversas facciones religiosas y seculares de la resistencia, por el otro.
En ese contexto tuvieron lugar los cruentos atentados dinamiteros ocurridos
ayer en Erbil, en el Kurdistán iraquí, contra las sedes de
los dos principales partidos políticos kurdos.
Irak, cuya destrucción y cuyo saqueo fueron vistos
por Bush como trampolín para un segundo mandato, podría convertirse
en su tumba política. Sería una paradoja celebrable, de no
ser porque, gracias a Bush, la guerra en ese país ha llevado a muchos
miles de seres humanos a la tumba a secas. Cabe esperar que, en noviembre
próximo, los votantes del país vecino tengan en mente, además
de las mentiras presidenciales, esas muertes injustificables.
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