La Jornada Semanal,  25 de enero  de 2004        464
E N S A Y O
LO INMEDIATO Y LA PARADOJA

ANA PAYÁN

Paul Valéry,
Monsieur Teste,
Editorial Aldus,
México, 2003.

Poeta y hombre de letras francés, Paul Valéry es uno de los más grandes escritores filosóficos modernos, cuya obra presenta una forma permanente de la determinación reflexiva, analítica y crítica del mundo y de la literatura. En su obra caben la ciencia y el mito, el rigor y la fantasía, la abstracción y la imagen, la herencia y la aventura, la profundidad de la meditación y la brillantez del diálogo, la frialdad y la pasión. Todo esto se hermana en un espíritu extraordinario, ermitaño y a la vez mundano, matemático, encantador de nombres e imágenes, consagrado al cultivo de la inteligencia.

Su obra refleja una visión del mundo entendido como una combinación de las fuerzas de la vida y las esencias absolutas, ideas abstractas, en temas a menudo antitéticos, las emociones frente al intelecto, el universo y el hombre, el ser y el no ser, o la naturaleza del genio y el proceso creativo. En sus escritos en prosa analiza el arte, la cultura, la política y las capacidades de la mente humana en un estilo aforístico. No es de extrañar que el pensamiento filosófico de Valéry en la literatura, produjera primero una herejía y luego una de las escuelas más pujantes del pensamiento literario de la primera mitad del siglo, especialmente en las lenguas francesa y española (Generación del ’27, Generación de Orígenes, Contemporáneos), dada la condensación de su inteligente pensamiento, precursor e inspirador para destruir y disolver las supersticiones histórico-políticas, morales y religiosas. La apuesta de Valéry por el escepticismo y el espíritu de crítica es un antídoto contra demagogias y fanatismos, es excéntrica y saludable:

El partido más numeroso reúne necesariamente la mayor cantidad de tontos; y no sólo por ser el más numeroso, sino también porque los tontos se atraen entre sí incomparablemente más que los no-tontos.
El tema de la crisis del espíritu le interesó profundamente y, en cierto modo, juega un papel unificador en su reflexión. Para Valéry, lo esencial es que el poeta halle la expresión adecuada. El milagro radica, pues, en el idioma, en el lenguaje. La vigilia en medio del sueño es lo que caracteriza la estricta y luminosa lírica de Valéry.

En Monsieur Teste, Paul Valéry introduce como héroe literario al filósofo solitario, al pensador abstracto. En palabras de Borges: "Monsieur Teste. Libro de Paul Valéry. Se constituye en una clave importante para la comprensión de su pensamiento crítico y de su visión de literatura."

Monsieur Teste refleja la preocupación de Valéry frente a la mente y la sensibilidad, lo que hay de ficticio en un carácter ordinario. La independencia de un pensamiento que no suscribe ningún dogma, un inconformismo protegido por el conformismo de su existencia, el racionalismo de la evolución intelectual, aun cuando haya que relativizarlo en gran medida. Su indiferencia por la religión, por la moral y por la historia, y su confianza en las ciencias exactas le dan la conciencia del presente y la imaginación de un futuro; es lo inmediato y la paradoja: un encuentro entre la contemplación y la acción que debe resolverse artísticamente para captar el sentido de la vida. En Monsieur Teste celebramos la libertad de espíritu en una especie de renunciamiento abstracto a partir de la inteligencia, alejado de todos los motivos de la ilusión •