México D.F. Sábado 10 de enero de 2004
En diagnóstico interno marca con rojo
Oaxaca, Sinaloa, Puebla y Tamaulipas
Reconoce el PRD poca preferencia electoral en cinco
estados del país
En Veracruz busca alianza con Convergencia; superar
las reyertas, la tarea principal, afirma
RENATO DAVALOS /II
El perredismo tiene marcadas con rojo cuatro de las cinco
entidades que renovarán gubernaturas en 2004: Oaxaca, Sinaloa, Puebla
y Tamulipas, porque tiene baja preferencia electoral y profundos conflictos
internos. En Veracruz busca alianza con otros partidos.
El diagnóstico mínimo de la estructura
interna de los estados, elaborado por la Secretaría de Organización
perredista, traza en rojo a Puebla -que elegirá gobernador, Congreso
local y ayuntamientos el 14 de noviembre- debido al "dramático descenso
(de la preferencia) electoral", cuya causa es, define el análisis,
la "descomposición política", que se manifiesta en la ausencia
de dirección estatal y dos fracasos en el intento de constituirla.
Hay tres grupos en disputa: los chuchos, encabezados
por el ex diputado Miguel Barbosa; los redires (Red de Izquierda
Revolucionaria, cuyo líder nacional es Camilo Valenzuela), de Horacio
Lima, y los tachos, de Martha García Rocha y Arturo Rosas.
Debido a las pugnas entre esas fracciones apenas se han podido constituir
47 de 217 comités de base. El Partido Verde y Convergencia ya superaron
electoralmente al perredismo.
En
Oaxaca 12 grupos se disputan el liderazgo perredista. Obviamente, con esas
confrontaciones, partidos como Convergencia ya superaron al PRD. Las principales
corrientes son encabezadas por Armando López Nelio, de la recién
constituida Izquierda Democrática Nacional (IDN) -bejaranos-;
Héctor Sánchez López, dirigente de Misol, y Eloí
Vázquez, de los amalios.
El proceso en esa entidad está dividido en dos
instancias: el primer domingo de agosto elegirán gobernador y diputados,
y el primer domingo de octubre, presidentes municipales.
El crecimiento perredista de los recientes 12 años
quedó diluido al perder 18 puntos en la preferencia electoral. De
36.1 por ciento en 1992 cayó a 17.6 en julio pasado.
Las pláticas con Gabino Cué, aspirante de
Convergencia a la gubernatura, han comenzado por parte de los perredistas
con la intención de repuntar porcentajes electorales. El examen
interno señala la creación de "comités de base ficticios"
y la necesidad de que el PRD deje de ser "partido testimonial".
En Sinaloa apenas se han instalado 150 de los 433 comités
de base que se trazaron como meta. Recientemente los secretarios del comité
estatal Rubén Rocha y Ambrosio Chávez renunciaron al perredismo;
inclusive el secretario de Recursos Naturales y Pesca del PRD, Jesús
Leyva, está preso por presunta malversación de fondos.
En esa entidad el porcentaje de votación es de
12.4 por ciento, pero la preocupación principal es el avance petista
y pevemista. A los problemas se suma el adeudo de dos meses de prerrogativas,
que ha impedido distintos pagos de la estructura estatal. En este caso,
el Comité Ejecutivo Nacional pretende alianzas con otras fuerzas
políticas para los comicios del 14 de noviembre.
Tamaulipas, otra entidad en "rojo", elegirá diputados
y alcaldes el 31 de octubre. Allí la preferencia por el PRD es de
apenas 7.8 por ciento, y también crece el arraigo de los verdes
y el PRI, aunque decae el del PAN.
Faltan por constituir 250 comités de base, y la
presión orgánica interna está determinada por la pugna
entre amalios, que predominan en la entidad, los chuchos
y los cívicos. El amalio Elpidio Tovar, presidente
del Consejo Nacional, encabeza a los aspirantes que compiten contra los
de Joaquín Hernández, alcalde de Madero, y los de Carlos
Enrique Cantú.
La posible alianza se encamina fundamentalmente a formalizarse
con el Partido del Trabajo, pero antes "tenemos que estructurar el partido",
sentencia el documento. Reagrupar a dirigentes estatales y municipales,
romper el aislamiento de las figuras populares e incorporarlas al proyecto
y revisar la estructura operativa, sección por sección, es
la tarea que se propone la Secretaría de Organización.
El caso veracruzano, antes sede del voto perredista, ha
venido disminuyendo y no ha podido aprovechar la merma priísta,
evidente desde hace una década. En 1997 los perredistas tuvieron
26.7 por ciento de aceptación, la cifra descendió a 22 por
ciento en 2000 y en julio pasado apenas llegó a 12.5 por ciento.
Convergencia, encabezada por el ex gobernador Dante Delgado Rannauro, tiene
ya 7.5 por ciento de preferencia.
También chuchos y amalios disputan
el control partidista estatal. En los comicios pasados, el secretario de
Asuntos Indígenas, Humberto García, hizo campaña en
favor de los panistas. Se levantó el proceso respectivo, y fue suspendido
provisionalmente por la Comisión de Garantías y Vigilancia.
Junto con Convergencia, los panistas han crecido en la
preferencia electoral. Incluso ahora el Partido del Trabajo analiza la
posibilidad de lanzar al ex priísta Ignacio Morales Lechuga, mientras
que los priístas apoyan a Fidel Herrera. Los perredistas buscarán
aliarse con Delgado Rannauro y alguna otra fuerza política en los
comicios para renovar los poderes locales el 5 de septiembre.
"Reconstrucción" es la palabra recurrente en el
diagnóstico perredista para el próximo año, con la
vista puesta en 2006. Primero, afirma, hay que "estabilizar" el partido
a escala nacional, buscar alianzas y emprender la tarea de superar la reyerta
interna.
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